domingo, 27 de abril de 2014

Un post a medias que no sabía cómo titular

El viernes empecé un post que empezaba así:

“Esta mañana leí el artículo de la psicóloga Patricia Ramírez, Las personas “socialmente elegantes”. Aquí en el curro hay muy pocas que cumplan todos los puntos que ella menciona, algunas creo que no cumplen ninguno”.

Luego comentaba un poco cada punto y para terminar tenía pensado conectarlo con algo que me pasó la semana pasada en el trabajo. Algo interrumpió el proceso de escritura, no tomé notas y hoy, al abrir el archivo, no recuerdo qué es ese algo. Supongo que una de esas tonterías mías. 

jueves, 10 de abril de 2014

¿Será envidia? ¿Soledad? ¿O qué?


Rainy, por « м Ħ ж ». Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.0 Genérica (CC BY-NC-ND 2.0)
Rainy, de « м Ħ ж »

Cuanto más solitaria se siente una persona, más a menudo se ducha o se baña, más caliente le gusta que esté el agua y más tiempo se queda bajo la ducha. Lo que eso nos dice es que las personas solitarias están reemplazando, sustituyendo el calor social que no tienen en su vida, que les hace sentirse solos, por calor físico”.

Estas palabras son del profesor de psicología en Yale, John Bargh, en el minuto 16:50 del documental El cerebro automático: el poder del inconsciente (es el segundo de dos documentales sobre el funcionamiento del cerebro) y vienen de perlas para lo que iba a escribir sobre mi semana en el trabajo.

Antes de hablar el profesor Bargh, se ve a una parejita en la ducha. Pensé cuánto me gustaría estar en su lugar, ya hace algún tiempo que no me toca. Y entonces, ¡zas!, aparece Bargh soltando esa retahíla. Inmediatamente aparecieron en mi mente las imágenes de mis duchas este invierno, en las que no cierro el grifo del todo mientras me enjabono porque siento frío. Vivo sola desde hace años, me gusta, me siento bien llegando a casa y teniendo todo para mí. Sin embargo, esa ducha del documental hizo click como lo hicieron otros pequeños detalles últimamente. Un click como este provocó que me bajara de la noria hace exactamente cuatro meses. Cuatro meses y un día. Pero parece que echo de menos estar allí arriba más de lo que pensaba.

martes, 8 de abril de 2014

Liebster Award: ¿Me darán ya el tridente?

Liebster Award


Llevo cuatro meses y medio escribiendo en este blog, así que fue una sorpresa cuando Rita, de Entre ironías, sudores y sinceridades, me dio la oportunidad de ganar un premio Liebster. Los propios bloggers se lo otorgan a otros blogs siempre que tengan menos de doscientos seguidores. Me hace mucha ilusión, sobre todo porque viene de una escritora que me encanta y con la que me siento muy identificada. GRACIAS, fue una sorpresa, ningún compromiso pero sí un pequeño reto.

martes, 1 de abril de 2014

Mirones

Ayer al salir del trabajo, tenía que ir a Correos (últimamente parece que me da por escribir más sobre lo que pasa fuera de la ofi que dentro de ella). Me esperaba un paquete de Ana la Rana y ya sólo me quedaban un par de días. Cosas de la vida. El día que iba a ir a recogerlo, hubo una avería en el tren y no llegué a tiempo. El sábado pasado, mi otra oportunidad y la mejor, me surgió otra cosa y tampoco pude ir. Pensé, hoy o nunca.

En el viaje de regreso a casa, suelo coincidir con dos compañeros de la facultad. Eran de esos compañeros a los que conocía de vista pero nunca hablaba con ellos. No recuerdo sus nombres. Él nunca me transmitió buena onda, de hecho, me cruzo más con él que con ella y sigue sin transmitirme nada positivo. A veces se queda mirándome como un panoli, pero no me dice nada. No me gusta que me miren así. Otras, se recorre medio vagón para salir por la misma puerta que yo aunque le quede más cerca la de más allá. Si tanto interés tienen, que saluden, claro que no pega después de casi seis años viviendo en el mismo barrio y no haber abierto la boca.