martes, 30 de septiembre de 2014

Diario de un "Ascenso" (3): la mujer que les susurra a los perros

Lunes 29 de septiembre de 2014

11.45h:

Termino de comer un poco de fruta y voy al baño a lavarme las manos. Mientras me las seco oigo una voz chillona demasiado conocida. Al abrir la puerta se confirman mis sospechas: la Rotten está en el despacho de mi jefa. Bajo corriendo, cojo el móvil, las gafas de sol y salgo a toda prisa y sin despedirme de Mr. Lolas. En la calle doblo la esquina. Hace un poquito de curva. Avanzo para ponerme en un sitio desde el que la veré atravesar hacia su edificio pero es muy difícil que ella me vea. Puede mirar, pero haré como que hablo por teléfono. Espero.

Aparece de pronto. Cruza la primera calle, en el segundo semáforo se encuentra a una señora paseando a dos perros y no puede evitar atacarles a los tres. Sin más ni más se agacha a acariciar a los perros, ¿por qué no le muerden? A ver si alguna vez se encuentra a unos de esos con mala leche y le lanzan un bocado. Está ansiosa por hablar. Sandra estaba con mi jefa cuando ella estuvo allí, pero no se puede explayar, está lo justo para resolver los trámites. Luego no me encontró aquí. Necesita hablar como el agua. No, prefiere pasar sed pero no se puede callar.

Parquímetro de Madrid
Fotografía de Dorotea Hyde

El semáforo se pone en verde unas cuantas veces y sigue de palique con la vieja. Cuando por fin se deciden a avanzar, van tan lentas que casi no les da tiempo a cruzar. Los conductores se impacientan. Más palique en la acera de enfrente. No puedo (no quiero) volver a la oficina porque me vería, me escondo tras una de las máquinas de pagar el aparcamiento. Decido dar la vuelta por la otra calle. El edificio de al lado tiene entradas por dos calles, atravesaré por allí y así me doy un paseo. Entro en el patio, sorteo las estructuras de metal para una carpa. Salgo al otro lado y veo que Ascensión al fin se ha pirado.

12.15h:

Ahora llama a Sandra. Por ahora quedo libre. A mí me llamará por la tarde y sólo hay una respuesta a esa llamada. Silencio.

Martes 30 de septiembre de 2014

12.00h:

Llamada de la Rotten. Últimamente se muestra muy emocionada con una compañera de trabajo a la que no conozco en persona pero sí por email. Ella acaba de conocerla y para (de)mostrarme que es majísima y se lleva fenomenal con ella, me reenvía sus intercambios de emails. Ya van dos veces. Los borro sin leerlos y sin comentarle nada. Por eso su llamada, para seguir insistiendo en que Miriam es encantadora, un cielo. Le recordé que yo la conocía y que sé cómo es, al menos conmigo. Eso debió de fastidiarle, ella quiere ser la primera en todo. Pero le fastidió aún más que le dijera que no había leído sus mails, que no tenía tiempo. No sé cómo me las apañé pero conseguí cortarle tras solo tres minutos de conversación.

17.30h:

No le llega con la llamada de la mañana, está asomando su cabezota por la puerta. Me dice que solo quiere saludarme que total ya hablamos por la mañana, pero no se va. Yo le digo hasta luego. Eso la desconcierta. Su lenguaje corporal me dice que quiere quedarse, probablemente necesita (¿de verdad lo necesita?) contarme algo. Y no me equivoco. Se acerca sigilosamente a mi mesa, como una espía de dibujos animados, y empieza a contarme una historia de un compañero de su edificio. De pronto se oyen unos pasos en el cuarto de la fotocopiadora y se calla. No puede seguir. Es Azucena, una de las arpías. No le di importancia ni le dije que esperara un poco a ver si se iba, solo adiós. Y se fue. ¿Así? ¿Tan fácil? Me extraña que se haya ido por las buenas, pero no recuerdo haberle dicho nada más. Pasa de los adioses y del lenguaje corporal que muestra incomodidad. No le importa nada y, sin embargo, hoy se fue.

Sé que ha sido de chorra, pero al menos estoy aprendiendo a cortarle y no darle más palique del necesario. Eso para mí, ya es algo.

1 comentario:

  1. A ver si la que tiene que revisar su lenguaje corporal eres tú para hacerle entender que no puedes atenderla y que siempre estás ocupadísima. ¿Pero ves como es posible?
    Mi perro no es muy fiero, pero si hay que entrenarle, le entreno al menos para que le agarre del pantalón ;-)

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