viernes, 7 de noviembre de 2014

Malas pulgas

Carteles de Alberti Flea Circus (circo de pulgas)
Brian Leon: The flea circus

Ascensión, la secretaria del súper jefe, más conocida como la Rotten, fue atacada por una pulga. Lleva cuatro semanas luchando contra ella, pero las piezas no terminan de encajar. Voy a diseccionar su historia imitando a Henry Fonda en Doce hombres sin piedad porque hoy ha cambiado su versión, me tiene harta (menuda novedad) con su prepotencia y su “yo sé más que tú” y necesito hacer terapia.

Primer ataque.

Hasta hace dos días, juraba y perjuraba que sucedió hace cuatro semanas, eso nos pone a principios de octubre. Cuando la pulga le empezó a morder, nos dijo que estaba en un armario que no abría desde la mudanza. Eso es principios de septiembre, o finales de julio.

Hoy: Esta misma mañana le comenté que las larvas de pulga pueden estar meses en letargo sin alimentarse (los adultos, dos meses). Algún detalle la hizo cavilar, porque me confesó que abrió ese armario y algunas cajas cuando regresamos y que ya en ese momento le picó, incluso sufrió algún ataque antes de irnos de vacaciones.

Especimen atacante

Lo primero que pensé cuando me contó la historia es que el agresor podía ser un bichito del papel (observad mi riquísimo vocabulario sobre bichos). No me refiero a los pececillos de plata, sino a otros bichitos muchísimo más pequeños, de color negro, que a veces están entre papeles viejos y que producen unas ronchas terribles si te muerden/pican. La directora de la biblioteca también le comentó que en el papel se encuentran muchísimos bichos. Pero las opciones de los demás nunca son válidas, así que durante semanas sólo tuvo la palabra pulga en la boca. Además, la vio. Teniendo en cuenta que la Rotten tiene presbicia y suponiendo que su pulga mide dos milímetros, ¿realmente la vio? ¿Llevaba las gafas puestas en todos y cada uno de los ataques para poder distinguirla bien o simplemente vio un punto oscuro en su brazo?

Hoy: Había todo un nido de pulgas en la oficina donde trabajaba antes. Me pregunto por qué no montó un circo con ellas para sacarse una pasta extra. Hace un rato me llamó sólo para decirme que ha pensado en lo que le conté sobre los bichos del papel. Después de las vacaciones, vio cuatro o cinco bichitos negros que NO eran pulgas. Y añadió que tiene dos tipos de lesiones: un tipo provocado por mordeduras y otro por picaduras.

El contraataque

El viernes pasado roció toda la planta donde trabaja y el interior del armario con un insecticida ecológico antes de irse de fin de semana. También roció el producto en su casa. Tuvo tres días de felicidad. Ayer la dichosa pulga tenía hambre y le mordió nada más despertarse, así que no sirvió de nada llegar el domingo a media noche, abrir las ventanas de par en par para airear y ponerse a lavar todo lo que pudiera estar impregnado por el insecticida.

La Rotten es naturista, pero a su manera, cuando le conviene. A veces suelta discursos como si le fuera la vida en ello, parece una fanática. Unos de sus puntos débiles es que tiene una mente cerradísima que no le permite admitir que las cosas no son blancas o negras y, como comento más arriba, únicamente es válida su opción. Después de enseñarnos las nuevas marcas de guerra, le hablé de unos polvos que utilizaba mi madre en épocas de plagas de pulgas. Es un producto químico de los de toda la vida, no pensé que lo compraría. Sin embargo, me equivoqué. Al salir del curro se fue corriendo a preguntar en todas las farmacias y droguerías de la zona. Ese es el nivel de desesperación que tiene a causa del picor, no me extraña, pero como es una chula (los demás unos débiles) y su “umbral del dolor es altísimo”, no se echa nada.

Como lleva unos días que no para de hablar, se le escapó que el dichoso insecticida ecológico era aceite de árbol de té. Hasta donde yo sé, este aceite se utiliza en la piel, no sé hasta qué punto tiene efectividad como insecticida por la casa…

Conclusiones

  • Demasiados cambios en la versión de la historia provocan que pierda confianza en la Rotten.
  • Está tan obsesionada que no me extrañaría que la causante de los granos fuera su propia mente.
  • Hasta los bichos detestan a la Rotten.
  • Me encanta tirar por tierra las historias de la Rotten, aunque mis objeciones tampoco tengan fundamento.

4 comentarios:

  1. Me ha encantado el último punto, que lo sepas :). A mí me encanta que tires por tierra tus historias. Qué mujer.

    Dile que se eche agua con azúcar y nos reímos un rato, va.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí también es el punto que más me gusta :D No lo hago muy a menudo, pero cuando mi cabeza empieza a echar humo, me gusta llevarle la contraria sólo por llevársela.

      Bss

      Eliminar
  2. Tus objeciones me parecen con más fundamento del que les otorgas. Ten en cuenta que en tu historia nos llevas de la mano por tu ironía y esa Rotten, vista a través de tus ojos, pues tiene muy malas pulgas. Perdón por caer en lo fácil. Seguro que algo bueno tendrá esa mujer pero hay gente a la que la balanza se le inclina tanto de unlado que nada podemos hacer por disculparla. Y yo lo que no soporto es gente que te cuenta algo y luego te lo cuenta con cambios. Tengo problemas con la mentira. Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es curioso, S, porque no la tenía por mentirosa. ¡Al contrario! Pero últimamente la estoy pillando en ciertas situaciones. Sí, creo que tiene cosas buenas y quizás un día debería escribir sobre los momentos en que me da mucha pena, pero al final, me saca tanto de mis casillas, que vuelvo a escribir sobre lo malo.

      Un abrazo.

      Eliminar