miércoles, 21 de enero de 2015

Diario de Jekyll (1): All I want is you

Martes 20 de enero de 2015

8:24h

Hoy es el cumpleaños de una de mis mejores amigas del colegio. La chica guapa, la que les gustó a todos los chicos de clase en algún momento u otro hasta que se dieron cuenta de que no tenían posibilidades con ella y se buscaron a otras cuando tuvimos edad. A pesar de llevárselos a todos de calle, sé que a un par de ellos les gustaba yo. Uno hablaba tanto de mí en casa que su madre se dio cuenta, se lo contó a la mía y la mía a mí. Teníamos unos cinco años. Nunca me dijo nada ni yo a él. Otro era mi mejor amigo. Se declaró de sopetón. Un jarro de agua helada en una tarde (fresca, la verdad) de finales de junio. En ese momento creí que no es posible la amistad entre hombres y mujeres. Tenía once. Al tercero lo pillé. Estábamos en séptimo de EGB y con trece años empiezas a cazar miradas. Una pista por aquí, una señal por allá. Tampoco me gustaba. Los tres me caían genial, eran monos pero a mí me gustaba otro, tanto, que no me acuerdo quién era.

Han pasado muchos años y los recuerdos se agolpan solo por recordar el cumpleaños de una niña que fue muy importante en mi infancia, pero con la que no tengo contacto. Y no me habría acordado de ella si no hubiera puesto la fecha de hoy para hablar de otras cosas, historias que pasan en el presente, pero que en el fondo no están tan alejadas de aquellas miradas furtivas de un adolescente. Las emociones no cambian, cuando alguien te gusta se siente el mismo cosquilleo tengas la edad que tengas y se utilizan las mismas artimañas.

8:30h

El tren llega tarde. Tenía que haber llegado uno a y veintidós y otro a y veintiocho. Hace frío y la gente se agolpa bajo el tejadillo. Al fin viene. Se ve la luz a lo lejos. Ya se nota la tensión por ver quién se sube primero. Sé que no va a haber sitio para sentarme y leer, voy sacando mi iPod. Me subo y me voy hacia la puerta de enfrente. Me gusta ponerme ahí cuando voy de pie y es donde suele ponerse Diego. Espero que piense que me pongo ahí por él. Qué señal tan fantástica. Si es que de vez en cuando se me enciende la luz en esto del ligoteo y no hay quien me supere.

8:33h

Siguiente parada. Estoy nerviosa. Una manada sube al tren. Me aparto un poco para que no me pisoteen. De último, él. Se pone a mi lado, pero no en medio donde las puertas se juntan. No, se arrima a mí, bien pegadito. Entre él y la persona de su izquierda hay espacio, entre él y yo, solo la ropa. ¿Eso es una señal?

[A ver, despierta, Jekyll. Cres que tu cutre señal tiene que ser obvia y la suya, que claramente dice algo, te genera dudas. Qué lúcida estás hoy. Tenías que haber tomado café en el desayuno. Y no le eches la culpa al jarabe para la tos].

No nos miramos, hoy da igual, estamos pendientes de otras cosas. Casi puedo sentir su respiración, noto cada uno de sus pequeños movimientos, veo por el rabillo del ojo cómo pasa las páginas de su libro, casi siempre sin sentido. ¿Está leyendo de verdad? Estoy segura de que no se está enterando de nada.

8:50h

El tío que va delante de mí se cambia, se pone delante de la barra y se recuesta. Me hace daño en la mano y la retiro. Da un brinco como si el lastimado fuera él, pero me pide disculpas. Diego me mira. La única vez en todo el trayecto.

9:10h

Llegamos tarde otra vez. Cojo mi mochila y salgo tras él. 

5 comentarios:

  1. Estoy intentando recordar cuando sentí por última vez ese cosquilleo y ya me queda lejos. Qué suerte estar vivo-a para sentirlo aún. Después de todo tú lo estas. A pesar de tus anteriores posts. Esa escena en el tren me ha recordado esas viejas historias dónde los simples gestos ya eran la felicidad asegurada. Al menos durante esa jornada.

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    1. Hoy no es mi día con las respuestas. Primero la envié a través de la cuenta de correo, y no se ha publicado. No sé si ha llegado de alguna manera a tu cuenta. Luego la repetí aquí y el sistema se la ha tragado.

      En fin, tan sólo decía que a pesar de mi tendencia al decaimiento, intento buscar excusas para seguir adelante. Y que a mí esta historia me parece absolutamente irreal, como de cine, a pesar de estar viviéndola :)

      Gracias por pasarte.

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  2. me ha encantado la frescura de tu blog

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  3. gracias por tu hermoso comentario Y segui escribiendo asi de natural y bello

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