jueves, 12 de febrero de 2015

Verde esmeralda

Hace unos días estuve de cumpleaños. También Sandra. Cumplimos el mismo día. El lunes siguiente pasó nuestra jefa por el zulo y tras las preguntas de rigor me preguntó con un tonillo malicioso qué tal el fin de semana. Se miraron entre ellas y mi jefa soltó su envidioso: “Está soltera, seguro que estuvo de celebración todo el fin de semana”. Como la conozco y vi que el tono de su piel se estaba volviendo verdoso, pensé que lo ideal sería que quedara verde esmeralda y solté un tranquilo: “Por supuesto… Bueno, ayer estuve de descanso”. Juerguista, pero responsable para venir en condiciones al trabajo. Diana: el verde brillante ya estaba ahí.

Quería escribir esto con cierta ironía, reírme de la situación y sobre todo, reírme de ellas. No podía. Me toca las narices desde hace demasiado tiempo. Es cierto que una persona soltera tiene una libertad de movimientos que no tiene una persona con pareja, tenga hijos o no. Lo que me cabrea es que dan por hecho que por ser soltera, sin hijos y libre como un pájaro, no tengo responsabilidades.

Como estoy soltera vengo a trabajar con la ropa sucia y arrugada, voy al gimnasio con el chándal oliendo a choto porque paso de darle una pasadita en la lavadora y me da igual que a mis compañeros se les revuelva el estómago, las pelusas ocupan más espacio que mis libros, no tengo tazas para desayunar porque todas están en el fregadero como en la típica peli de universitarios. En realidad da igual, mi súper sueldo me permite hacer todas las comidas fuera de casa, así que ya ni me molesto en fregar y eliminar las moscas que revolotean por el piso con las barrigas llenas. Y como tengo un organismo a prueba de calorías, tampoco tengo que seguir una dieta saludable, eso me ahorra ponerme a cocinar cuando llego a casa. Después de comer fuera de casa, todavía me sobra pasta para pagarle a una persona que me ayude con las tareas, pero no lo hago porque estoy soltera y da igual que la cama esté sin hacer y el baño sin limpiar. No tengo quien lo vea y si lo ven, me lo perdonan. Recordad: estoy soltera.

Más, más, la lista es larga. Como estoy soltera, tengo un régimen especial en el trabajo. Entro y salgo cuando me da la gana, así que cuando llego a casa estoy como una rosa y puedo salir de copas hasta las mil. Si al día siguiente no rindo, mi jefa personalmente me trae una aspirina con un vaso de agua para aliviar la resaca. Sí, a pesar de ponerse verde, me la trae y además me deja salir un poco antes. Si tengo una avería, salgo sin problemas para atender al técnico. Es más, si está bueno y me lo ligo, puedo tomarme el día libre. Al chico que esté conmigo en ese momento le da igual porque estamos solteros los dos y ponerse los cuernos no es tema de pactos de pareja sino de falta de responsabilidad propia de nuestro estado civil.

Me he cansado de hacerme la graciosa, eso no va conmigo. Me fastidia muchísimo que dos personas con asistentas que les hacen todo (a Sandra creo que incluso le limpia el culo cuando va al baño) se pongan verdes de envidia porque ellas “no pueden celebrar su cumpleaños” porque tienen pareja. ¿Perdona? Cualquiera puede celebrar su cumpleaños, hay muchas maneras y presupuestos. Y nada, NADA, impide que se cojan una tarde para estar con sus amigas. Es cuestión de organización. Si están cansadas quizás es porque son adictas al trabajo. En ese caso deberían hacérselo mirar. Eso mi jefa. En el caso de Sandra realmente no sé por qué está cansada. ¿De hablar por Whatsapp toda la mañana?

En la vida hacemos elecciones que nos llevan por un camino u otro, la clave es que queremos todo. Si tenemos el pelo rizado lo queremos liso, pero después del alisado nos molesta la electricidad estática. Como la envidia nos corroe, la soltamos con un aderezo de venenos sobre el/la que tiene liso natural, a ver si se le quema y se queda calvo. ¿No es mejor disfrutarlo o cambiarlo? Yo también echo de menos cosas de pareja, tener a alguien que me dé calor para no dejar la ducha abierta más tiempo del que me gusta, que me apoye y me dé un abrazo al llegar a casa después de un día terrible. ¿Me ando lamentando? No (… quizás en el blog, un poco). Tomé una decisión y acepto las consecuencias, así que simplemente llego a mi casa y disfruto del silencio que no tengo en todo el día. Es bueno tener objetivos y deseos para estar motivado y seguir adelante, pero hacerse la víctima como estas dos es patético, como poco.

En cualquier caso, felicidades. Y que les den*.



* Lo siento, necesitaba tomarme esta licencia.

6 comentarios:

  1. Con tu inteligencia y este post que me ha hecho casi saltar de emoción y gritar "¡claro que sí!", poco más que añadir. Yo he tenido comentarios así por no tener hijos. Compañeros de trabajo que se creen ciudadanos de primera por haberse reproducido y aportar un nuveo problema ecológico al planeta me creen a mí de segunda. Yo no tengo preocupaciones y debo esforzarme el doble y suplirles siempre que lo necesiten. Claro que mis respuestas al respecto son bastante radicales y mejor no las reproduzco. Soy el malo de la película por los malos modos pero al menos no me vuelven a molestar. Se quejan de situaciones que ellos mismos se han buscado y no saben apechugar con ellas. Como si alguien les hubiese forzado a tener una pareja, unos hijos o cualquier otro asunto de libre elección. ¡LIBRE ELECCIÓN! Disculpa el rollo pero este tema me interesaba de un modo personal Saludos. .

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    1. No tienes que disculparte :) Es un placer leer tus comentarios.

      También me ha pasado como a ti en el curro o estar fatal y no dejarme salir ni cinco minutos antes. Y debo decir que admiro a muchos padres, que no sé cómo hacen para organizarse, curran a destajo, tienen aficiones y encima los hijos les han salido bien. Y no explotan la situación! Son estas victimistas las que me ponen enferma.

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  2. No puedo decirte más que amén a todo lo que has escrito. Por fortuna, a mí todavía no me llegan tantas críticas porque estoy muy rodeada de gente en mi situación. en el extranjero o fuera de casa en cualquier caso, todavía estudiando o becada, empezando a construir la vida ladrillo a ladrillo. Pero por parte de mi familia sí me llega cuando no les contesto a algo en seguida o cuando me quejo de las cosas que me pasan aquí. "Pero al menos tienes una vida interesante". Y mi hermana me tiene una envidia horrorosa por estar trabajando de lo suyo (ha sido por casualidad, pero qué más le da) y porque, como tú dices, soy soltera y no tengo que rendir cuentas a nadie de lo que hago o dejo de hacer. Pero es fácil quedarse con esa parte de la realidad y olvidar todo lo que viene detrás, que son muchas cosas buenas pero también malas. Y la mayoría son simplemente normales. Limpiar, lavar la ropa, mantenerse vivo y en pleno funcionamiento, esas cosas de las que no te libras en cuanto abandonas la casa de tus padres para (con suerte) nunca más volver. Tengo pendiente escribir un poco sobre esto y la realidad de ser adulta.

    Déjalas que sigan de color verde esmeralda que, dicho sea de paso, es un color precioso.

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    1. "Pero al menos tienes una vida interesante": No veo la relación entre esa afirmación y estar soltero o casado. Es más, la gente a veces la confunde con salir todos los fines de semana y beber hasta olvidar. A mí también me la han dicho mucho. :D

      Siempre nos quedamos con la parte buena cuando deseamos lo que tienen los demás. La envidia parece aflorar porque no se ven los contras.

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  3. Ah, y feliz cumpleaños con retraso :) Espero que el año que comienza en tu vida esté lleno de momentos extraordinarios y cosas interesantes que contar (y que nos las cuentes, claro está).

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