jueves, 14 de mayo de 2015

Lo que me inspira la música (1): Amigos que no están


Valerie suena a tope en su ipod. El ritmo se apodera de ella y la distrae de la lectura. Levanta la vista del libro y mira al infinito, a las colinas secas que pasan. Empieza el estribillo. Al regresar a la lectura se fija en el brazo que tiene enfrente. Fuerte, musculoso, sin vello. Le resulta conocido, se parece a otro… quizás era un poco más delgado, pero son igual de pálidos. Le gustaría tocarlo, sentir la piel. Tiene pinta de ser suave… Se ha puesto nerviosa pensando en el pasado, haciendo un viaje paralelo montada en sus recuerdos, muy muy lejos del tren.

Paco se cuela desde el canal recordatorio de al lado:

—Pero… ¿no tiene nada de vello? ¿Ni… ahí…? —baja la mirada para indicar la entrepierna, de pronto le ha entrado la vergüenza.

Una sonrisa asoma y se hace cada vez mayor, también más amarga. Lo echa de menos. A Paco, no al dueño del brazo. 

4 comentarios:

  1. Yo entré hace un par de años en el club de los que empiezan a perder amigos(no porque le dejan a uno voluntariamente sino porque la vida les abandona). A veces escucho el grupo de música que les gustaba y también les recuerdo. La música y el aroma, los dos "rememoradores" máximos. Con los amigos, sobre todo, la música. Yo hasta sé que ciertos cantantes dibujan mi presencia en ciertos cerebros de ciertos amigos a los que machaqué en su momento con mi música.
    Y desde luego, al leerte, queda claro que los amigos sólo desaparecerán del todo cuando sus amigos no estén. Paco ha seguido vivo ahí un rato. Hasta para mí que no le conocí.

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    1. Totalmente de acuerdo. La música y los aromas abren ventanales al pasado. Creo recordar que Mazcota, que ha escrito un poco más abajo, también tocó ese tema de los aromas y los recuerdos en un relato. Es que son muy potentes!

      Pero también me gusta ese poder de la mente de llevarte a una cosa, y esa a otra y esa a otra... para que luego digamos de la navegación en internet :)

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  2. Pues sí que es evocadora, sí. Yo le he dado al play y me ha transportado a mi más tierna infancia.
    Por cierto, me ha gustado mucho la frase "mira al infinito, a las colinas secas que pasan". Me parece una forma muy sutil, a la vez que efectiva, de situar al lector en el escenario del tren.

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    1. Gracias!

      Mientras lo escribía recordaba tu experiencia en el auditorio. Porque ya he leído en tu blog al menos un par de cosillas con la música como protagonista que me han gustado mucho :)

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