martes, 5 de abril de 2016

Sueño: dos novios para un diablillo


Martes 5 de abril de 2016. Noche.

Novia hinchando un globo. Grafiti Love is key
Love is key de cosmo_71
Anoche tuve un sueño rarísimo y larguísimo, incluso seguí soñando después de sonar el despertador, en ese estado entre la vigilia y el sueño. Lo traigo porque está implicado un compañero de trabajo. Hace un rato me di cuenta de que el hilo conductor, la boda, vino a mi mente por el post de S. que leí ayer. El resto de elementos catastróficos y dramáticos no tengo ni idea de dónde han salido. 

Es el día de mi boda. Me voy a casar con Álvaro, el compañero de curro del que hablé antes. Guapo, no muy alto, encantador. Lo conocí hace como un año aunque lleva aquí tanto como yo. Nos habremos visto ¿tres veces?, ¿cuatro? Sin embargo, desde hace una temporadita, nos cruzamos casi todos los días en el camino de ida o en el de regreso y siempre, siempre, en el mismo punto de encuentro. Un poco raro todo. Hasta me da vergüenza. En la distancia, sin palabras, las miradas son las dueñas absolutas y han establecido un juego que me pone nerviosa.

Tenía que establecer los antecedentes, ya vuelvo al sueño. Para casarme he vuelto a mi ciudad, pero no a la casa en la que viven mis padres ahora, sino a la de mi infancia y adolescencia. Recorro el barrio con mi madre para hacer los recados que nos faltan. Acabo de recoger el vestido [¿Estoy loca? ¿Cómo puedo dejarlo para el mismo día?]. Es blanco, siempre pensé que me casaría de rojo, qué decepción. Seguimos, esta vez en bus. Pasamos por delante del instituto, ya en nuestra calle. De pronto estamos frente a la entrada del garaje, metidas en un coche. A saber cómo hemos hecho el cambio. Montamos la acera, pero un tipo fuertote nos para antes de que entremos. Hablamos con él, pero no sé los detalles de la conversación, creo que ni los oigo, como si me hubiera desdoblado. Lo único que recuerdo de esa conversación es que dice que es mi novio, pero ese no es Álvaro. ¿Qué porras está pasando?

Novia bebe leche delante de la nevera
Untitled, de Cecilia Espinoza
Ya sabéis que en los sueños se sabe mucho más de lo que aparece en escena. El soñador es como un narrador omnisciente que no pone en imágenes todo lo que sabe de los personajes. Pero lo sabe absolutamente todo. Así que sé que Álvaro va a casarse conmigo, que está en casa (en la casa actual de mis padres) preparándose, pero también sé que ese tipo desconocido dice la verdad aunque yo no quiero creerlo porque es la primera vez que lo veo. Es como si participara en un reality show y tuviera que presentarme ante el altar [¿El altar? ¿Yo? ¿Qué cura con cierto sentido común me casaría sin haber hecho la comunión?] para saber a quién me llevo a la cama esa noche. De hecho, ya hay un reality así, ¿no? [La realidad supera no solo a la ficción sino también a los sueños].

La conversación desesperada acaba porque todo empieza a temblar de una manera bestial y atronadora, el suelo se resquebraja, bloques de acera y calzada se convierten en piezas de rompecabezas gigante y aplastan a la gente. Literalmente se la está tragando. La mayoría tiene las piernas aprisionadas y se va deslizando hacia abajo, hacia el garaje, aunque no hay sangre. De todos modos es horrible, sé que están sufriendo. Una chica está más preocupada por lo que le pasa a su perro, sólo quiere salvarlo pero está atrapada. Quiero ayudarla a ella y al perro, pero no puedo moverme de donde estoy o también quedaré atrapada yo. El tipo que dice que es mi novio intenta ayudarme. Es el único hombre en la zona, el resto son mujeres.

novia corriendo
Runaway Bride, de Leah Makin
El terremoto finaliza pero todo es un desastre. No se puede caminar por ningún lado. El novio desconocido es super fuerte y levanta las piezas de la calle como si fuera Sansón para que la gente se libere. Curiosamente no hay muertas ni heridas. A mí el tipo este me deja alucinada. Debe de ser por la situación de peligro que me empieza a parecer atractivo. Otra cosa curiosa es que el temblor y los desperfectos solo están en esa manzana. Yo me quiero ir de allí, quiero seguir con la boda. ¿Por qué iba a suspenderse? No puedo dejar plantado a Álvaro [Me parto].

Salto en el tiempo. Estoy vestida de novia. Un vestido con volantes y escote palabra de honor. No pega nada conmigo pero me queda de lujo porque en el sueño tengo una figura que quita el hipo [No entiendo qué delirios puedo tener en mis neuronas para estar vestida así y ser feliz]. Parezco un merenguito, pero uno de alta costura. Voy camino de mi colegio porque la boda se va a celebrar allí [Qué cutre]. Miro por la ventanilla y veo a un montonazo de gente vestida de ceremonia. Mi madre me dice que son los invitados. ¿Qué invitados? Si iba a ser algo íntimo, solo nosotros, mi querido Álvaro y yo, sus padres y los míos. ¿Qué cuernos hacen todas las primas de mi padre desfilando como manolas? De nuevo veo sólo mujeres. Sé que los hombres están pero no se ven, ni siquiera aparecen como masa informe. Tiene que ser una conspiración del novio desconocido. Empiezo a odiarlo.

En ese momento sonó el despertador. A continuación seguí con mis ensoñaciones, quiero llevarme a Álvaro a un lugar íntimo de una vez. Mi coche llega a la puerta del colegio, no hay sitio para aparcar. Veo acercarse a un grupo en dirección contraria: son algunos de mis antiguos compañeros de cole que también acuden a la ceremonia (los primeros hombres entrando en escena). ¿Cómo se han enterado? ¿Soy famosa? Es el colmo. No pienso casarme delante de toda esta gente. Como no tengo la certeza de que sea Álvaro quien me esté esperando [al fin y al cabo no me hace ni puxx caso en la vida real] y la historia es una pesadilla, decido despertar completamente y mandarlos a todos al cuerno.

8 comentarios:

  1. Es curioso. Yo siempre me pregunto cómo se forman esas historias en forma de sueño en nuestra cabeza. no la procedencia. Porque los materiales que usas están todos en tu vida real, claro, de dónde los ibas a sacar, no somos videntes. Pero me llama la atención esa división espacio-temporal que haces de novia. Te conviertes en la primera novia infiel que lo hace por no quedar mal. Te quieres ir con el hércules pero te sabe mal dejar a Alberto compuesto y sin novia. Es un acto de amor el de partirse. Creo que todos hemos querido hacerlo alguna vez para quedar bien con todo el mundo que nos caía bien pero al que no podíamos atender.
    Y luego está que será una pesadilla como dices, pero con notas de agradable color como sentirte muy bien con tu cuerpo y con tu escote.
    O la de casarte con alguien que te gusta.
    Cuidado con cenar muy tarde. Pasan esas cosas. Pero sigo diciendo que no es tan pesadilla. Hay miedos, deseos, catástrofes, salvadores, soluciones, otra vez peligros... Te mueves entre las dos aguas de lo que quieres y temes no conseguir. Como todo el mundo. Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo pasé fatal, Sergio. No sólo en la escena del terremoto, sino por esa división, cuando empecé a sentirme atraída por el desconocido porque ¡qué vívidos son los sueños! Luego lo aborrecí y me agobiaba muchísimo toda ese bodorrio que se había organizado en secreto. No creía que pudiera ser obra de Alberto, pero secretamente empecé a detestarlo también por una traición que nunca llegué a confirmar. Eso sí, con el cuerpazo me sentía GENIAL jajaja. Besos para ti también.

      Eliminar
  2. Nunca he comprendido por qué el verbo soñar es sinónimo de algo placentero. Quizá se refieran a soñar despierto, que es muy diferente. Porque si hablamos de los sueños que nos invaden cuando dormimos, los genuinos, los que realiza el subconsciente sin apenas supervisión, la mayoría de veces son confusos y nos dejan mal cuerpo.
    Por otro lado, me encantan las escenas disparatadas y absurdas, y en este sueño has reunido una buena colección. Lo de casarse en un colegio me ha parecido de lo más divertido, pero también muy enfermizo. Porque, después de la boda, ¿te evalúan los profesores (o familiares, o conocidos, o vete tú a saber quien) y ponen nota a la ceremonia?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajajaja, cuanto me he reído con lo que dices sobre el colegio. No había caído, pero tienes toda la razón. De hecho, aparecen como invitados mis antiguos compañeros, los que estaban al quite de todo lo que hacía, y no mis amigos más íntimos, los que no me juzgan por nada de lo que haga.

      Sobre lo del significado del verbo soñar, estoy de acuerdo. Parece que ha ido derivando a un significado que no es exacto. Como suerte, que si identifica con buena suerte, cuando también puede ser mala. Un abrazo.

      Eliminar
  3. Tu historia
    la realidad maravillosa
    del poder de la mente
    y el poder recordar cuando es tan increíble
    como lo cuentas
    los sueños que han salido de tu maravillosa mente
    Te felicito po la grandeza cuando escribes tu blog

    ResponderEliminar
  4. Mil gracias! Cuando tengo sueños tan locos como este, intento apuntarlos corriendo o al menos tomar notas que luego me sirven para escribirlos y recordar más detalles. Me hace mucha gracia leerlos años después. Un besazo.

    ResponderEliminar
  5. Voy a mirar más bajo la falda del blog..

    ResponderEliminar