viernes, 23 de febrero de 2018

Diario de un "Ascenso" (7): los resultados de la vacuna

Jueves 15 de febrero de 2018

18:20h

Pulga. Dibujo.
Pulga, de Lady Orlando
Suena el teléfono. Todas las entradas del diario de Ascensión, la Rotten, comienzan de manera parecida, con una llamada o una visita. Suena y suena, estoy a punto de no cogerlo, pero estoy pendiente de una llamada. Como siempre, tengo el teléfono tapado por la CPU, no veo quién llama, vivo confiada. El caso es que lo cojo sin mirar el nombre y ahí está, con su vocecita de niñita-vieja, medio susurrada. Soy idiota a más no poder. ¿Por qué porras he descolgado?

Hola, Dorotea, ¿no has cogido la gripe? Así de sopetón. Una pena que no la tenga, por fin me tomaría ese café con ella para pasársela tosiendo sin taparme la boca. A continuación sigue preguntando por mi estado, que si llevo mejor el trabajo. El control, ahí está. Le digo que sí, pero es solo parte de mi estrategia. Si cree que voy a ir a tomar café con ella solo porque puedo respirar, y dormir, e irme a mi casa a la hora que me corresponde, está muy equivocada. No me conoce. La próxima vez que llame estaré alerta, miraré esa maldita pantalla y no cogeré. Y le devolveré la llamada dos días después diciéndole que estoy otra vez hasta el cogote, ahogada y con tal estrés que no tengo ni vida, como ella. Bueno, me ahorraré el como ella.

18:25h

Cinco minutos y ya terminamos conmigo. No voy a contarle nada sobre mi vida y ella no va a preguntarme más. Eso era lo justo para saber si puede llamarme en quince días y presionar para lo del café, lo justo para no parecer una maleducada egoísta y lo justo para empezar con lo que más le interesa sin parecer una desesperada. Este es el patrón que se repite en todas sus llamadas antes de hablar de las pulgas. No, ya no hay, bueno sí, en el edificio donde trabaja sí. Larvas. Sigue con el ritual de sacudirse a todas horas. Releo lo que llevo escrito y esta entrada del diario parece igual a otras sobre ella. ¿Por qué decidirme entonces por el mismo tema? Porque después de lo de siempre, llega lo nuevo.

Mañana tiene cita en alergología. Hace justo un año le comió el coco a su doctora para que le recetara la vacuna contra la alergia a los ácaros. No sé si ácaros y pulgas tienen relación a nivel alergológico, ella llegó a la conclusión de que sí montando un laboratorio en casa, observando a los animales en tubos de ensayo. Si veía las larvas en las moquetas, estaba claro que usaría esos súper poderes oculares para otros fines. No creo que use microscopio. Su tesis es que si pulgas y ácaros conviven en el mismo hábitat, el remedio para la alergia a las pulgas tiene que ser similar (o el mismo) que el de la alergia a los ácaros. Lo que no dice es que todo convive con los ácaros, pues están en todas partes y que, en este caso, conviven juntos porque ella los metió en tubos de ensayo modificando las condiciones naturales. A veces me gustaría ver su casa, otras preferiría ver una película de terror antes que entrar en ese piso. Y odio las pelis de terror. Total, que se fue con esta historia al especialista y no sé si la doctora que la atendió decidió que todo tenía sentido o simplemente pensó que su mente se quedaría más tranquila con la vacuna, porque se la recetó y le dijo que volviera en un año para ver los resultados. Y en esas está la mujer. Contándome entusiasmada, mientras yo voy escribiendo mentalmente estas líneas, que le va a decir que el tratamiento es un éxito, que ya no le atacan, ni le salen ronchas. Aunque sigue sacudiendo la ropa porque están ahí.

18:40h

Nos acercamos peligrosamente a menos cuarto. Lleva quince minutos hablando y sin intención de cambiar de tema o parar. De la vacuna ha pasado al informe sobre las pulgas que ya ha terminado. No sé muy bien qué va a incluir. ¿Técnicas de exterminio? ¿Maneras de evitarlas? ¿Remedios para las picaduras? Sacudir la ropa mil veces al día va a estar incluido. Ha vuelto a repetirlo, y probablemente se despedirá con eso, como un mantra. Es su frase mítica en vez de “Que la fuerza te acompañe”, “Sayonara, baby”, “Hola, me llamo Íñigo Montoya, tú mataste a mi padre, prepárate a morir” o “Francamente, querida, me importa un bledo”. "Adiós, Dorotea, no te olvides de desnudarte y sacudir la ropa al entrar y al salir". ¿En el informe también recomendará lo del desnudo? Mi teoría sigue siendo que si se desnudara más (no sé si ella pillaría el eufemismo de echar más polvos) vería menos pulgas.

Vaya, qué pena, he perdido el hilo por divagar. Creo que ha vuelto a lo de los desnudos y sacudir la ropa. La conozco y sé que está deseando que lea su informe. Lo está haciendo para… uf, me falla la memoria, no sé si para un centro de salud de Murcia, o para el sistema sanitario de toda la comunidad. No sé cómo conoció a alguien de allí, se hizo pasar por experta y se lo encargaron. Muchas veces he pensado que, igual que ella va de entendida máxima en el tema, el que habló con ella se puede hacer pasar por médico. Por supuesto, no descarto que todo sea mentira. A estas alturas ya no me creo nada de lo que cuenta. Y sobre el informe, no pienso leerlo, ni siquiera si me lo pide abiertamente, ni siquiera si me da una copia. No es que me niegue a aprender sino que no quiero tener más vínculos con esa señora. Hace unos años hubo una plaga de pulgas en la región donde viven mis padres, bestial. Por aquel entonces había tres perros en casa y un par de decenas de gatos. Las pulgas nos invadieron, bajo el colchón, entre las sábanas, entre los cojines de los sofás, saltando a la mesa mientras comíamos en el patio. Las eliminamos sin problemas, que no me venga esta a dar lecciones de limpieza, higiene y paparruchas.

18:45h

Ahora me dice que me deja porque ya son menos cuarto y hace un rato que me tenía que haber ido. Si piensa que salgo a las seis y media, primero, que no me llame diez minutos antes de salir. Y segundo, que no me suelte el rollo pasada la hora cuando estoy intentando cortarle desde hace quince minutos. Intentando. Debería colgarle directamente, aunque volvería a llamar y no me dejaría trabajar. Igual que cuando te atrapa por la calle y te sigue mientras tú intentas escapar. 

6 comentarios:

  1. Dorotea, lo tuyo es la novela, un blog se te queda corto, ¿a que si?

    Saludos.

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    1. Sí, jajaja. Con la historia de La Rotten me habría gustado escribir algo más largo, pero no consigo alejarme lo suficiente, así que de momento se quedará por aquí.
      Un abrazo.

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  2. La Rotten siempre es una maravilla leída. Luego ya en persona debe ser el terror. Y el teléfono al que te puede llamar es una bomba de relojería. Qué imprudencia cogerlo así, de cualquier manera. Realmente tiene una manía compulsiva. Está fatal. El problema es que si le quitas su manía no tiene por qué ser tonta así que vigila con su capacidad para convencer. Te puede hacer creer que hay pulgas y ácaros o que estos no te van a dejar vivir.
    Lo que más me hace ver que está fatal, más que su manía, es la forma en que piensa que los demás la comparten. Tiene una falta de empatía total. O por lo menos equivocada.
    El tratamiento ese no le va a servir de nada. Necesita otro tipo de medicación menos externa. La que seguramente no querrá. Fuerza, Dorotea, mucha fuerza y paciencia. Un abrazo.

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    1. Lo has clavado, Sergio. Un par de personas por aquí se atrevieron a decir (las admiro) que lo suyo es un problema psiquiátrico y se puso hecha un basilisco. Y no es que no vea todos esos bichos, es que no están. Ahora trabajo en el edificio donde empezó todo y nunca me han picado. Y sobre su falta de empatía, como siempre tiene la razón, para qué va a empatizar. No me libro de ella ni a la de tres, pero una parte de la culpa es mía por ser tan descuidada.

      Un abrazo y gracias!!

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  3. Eres una novela muchacha
    escribe un libro
    y lograrás cosas que con un blog no puedes
    Un beso a la distancia
    Admiro tu texto
    abrazos

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    1. Mil gracias, Recomenzar. De verdad que me encantaría escribirlo, pero aún no es el momento. Tengo que poner distancia primero con esta historia. :)
      Un beso enorme.

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