viernes, 1 de junio de 2018

Compañerismo y sinceridad

tres mujeres
Así de nítida es nuestra amistad.
3 dames, de Feo Lernández.

Compañerismo y sinceridad. 1.
Resulta que estaba yo un poco agobiada porque mi jefa me había pedido unos datos con urgencia. Sandra estaba en la meeting room cuando apareció Diana para explicarme lo que quería, escuchó atentísima la fecha inminente de entrega y en cuanto nuestra jefa salió por la puerta empezó a parlotear como una cotorra. Con los cascos puestos, solo veía de reojo sus labios moviéndose, pero mis oídos empezaron a percibir poco a poco el aumento de volumen para llamar mi atención. Me estaba poniendo del hígado y finalmente sucumbí. Primero me preguntó si necesitaba ayuda, que no falte la cortesía. Luego quería que le explicara cómo llegar al trabajo en transporte público desde su casa, como si yo supiera dónde vive y no existiera internet.

Compañerismo y sinceridad. 2.
Como no podía concentrarme porque me interrumpía cada dos minutos para preguntar sobre tal y cual parada de metro y no quería parecer desocupada para que no me diera la brasa aún más, hice lo que hago siempre en esos casos: tuitear lo que me pasaba. El tuit dio lugar a una conversación bastante divertida sobre mis compañeras porque el tuitero con quien hablaba me decía que dan ganas de trabajar aquí y mi respuesta, absolutamente sincera, es que a él le iría mejor porque es hombre. Estas dos tienen una preferencia clarísima por los tíos. Solo hay que recordar las “historias” de Sandra con Mr. Lolas y el Pájaro. De Sara Pestes aún no he contado ninguna porque llevo menos tiempo compartiendo con ella, pero sí puedo decir que cuando vienen candidatos hombres se pirra por ellos, siempre les dice que la vengan a buscar aquí al finalizar las reuniones para sentirse alagada o para verlos una vez más y, una vez contratados, atiende con más detalle a los hombres que a las mujeres, aunque alardea de tratar a todo el mundo igual.

Compañerismo y sinceridad. 3.
Pensando en esto del género, estaba convencida en esos tuits de que la opinión de mis compañerOs sería un poco diferente a la mía y Vic me respondía que si llevan un tiempo trabajando con ellas, pueden tenerlas caladas pero no decirlo. Exactamente lo que hago yo. En realidad, a no ser que causaran un problema grave, a mí o a otros, no diría jamás a nadie de la empresa lo que pienso, lo que escribo o lo que le cuento a mis amigos sobre ellas. Solo la Rotten sabe cuál es mi opinión real sobre la Pestes porque la traga menos que yo, sin embargo, jamás le diría la verdad sobre Sandra. Y, aunque es cierto que con el tiempo y el trato vamos conociendo mejor a las personas, lo suficiente para bajarlas del pedestal, las personas con las que comparto agujero tienen el don de mostrarse como son únicamente conmigo. Que digo yo que podrían seguir fingiendo un rato más. Eso sí sería compañerismo aunque tampoco fuera sinceridad.

9 comentarios:

  1. Pues me ha encantado todo. La historia y hasta lo sugerente de desfogarse en twitter. Lo que no sé es cómo dejas un tweet que consiga que alguien lo responda. Imagino que debes tener bastantes seguidores y alguno cae. Lo digo porque yo solo sé llamar la atención en twitter metiéndome en una tendencia y opinando algo polémico y sí, entonces consigo la atención de no sé, 60000 impresiones entre insultos, me gustas y cosas así. Pero lo de tu tweet tiene mérito. Cuentas brevemente la historia de lo que te pasa y es muy divertido. Y genera esa miniconversación también muy divertida. Lo que no es divertido es esa gente que se reproduce como hongos en los trabajos. Porque yo también he tenido y tengo de esos o esas. Un abrazo

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    1. Yo tampoco lo sé, Sergio, jajaja. Empecé a desahogarme en tuiter porque por aquella época tenía el papel abandonado, como una manera de obligarme a escribir, sin esperanza de feeback. Pero supongo que en un ámbito tan grande, siempre encuentras a gente a la que le gusta lo que dices y viceversa. Aunque sea por pura suerte. Seguidores muy pocos, que me sigan de verdad, menos, y que interactúen, menos aún. Pero igual que con el blog, lo que quiero es desahogarme. Si alguien lo encuentra y se siente identificado, genial. Para algo habrán servido mis tonterías. :D

      Madre mía, S., lo tuyo en twitter es de admirar, jajaja. Es que yo no tengo valor para eso, ni aunque mi cara esté escondida detras de unos zapatos rojos. Jajajaja.

      Y lo de la gente en el trabajo... no deja de ser lo siempre, que parece que vivimos en un bucle.
      Un abrazo.

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  2. Me embelesas con tus textos
    me haces sonreír
    desde lo lejos
    sigues creciendo querid
    a entre la letras de tus dias
    abrazos sin fin

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    1. Gracias, Recomenzar! Me encanta leer tus comentarios (no solo los textos de tu blog) cuando estoy de bajón. Acabo más positiva y también sonriendo.
      Un beso enorme.

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  3. Haces que lo cotidiano del día resulte interesante por esas historias que hay detrás de esos compañeros de trabajo. Tienes razón en eso de que el compañerismo y la sinceridad no tienen por qué ir de la mano. A veces es mejor no saber :) Un abrazo Dorotea! P.D. Me gusta esa expresión de "Me estaba poniendo del hígado". Aiss...es un órgano muy sufrío el pobre a veces jeje

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    1. Muy sufrido y siempre en silencio... hasta que todo estalla y no hay solución. Así estoy yo, sufriendo en silencio aunque espero no estallar nunca! :)
      Las relaciones en el trabajo son tan complejas, imagino que habrá cualquier combinación que podamos imaginar y más. :D Gracias por tu comentario.
      Un abrazo.

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  4. me encantaria conocer tu cara dale animate escribis siempre tan lindo

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    1. Quizás algún día encuentre la manera de mostrar un trozo, un ojo, por ejemplo, mis rizos o las manos. :)

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