viernes, 12 de enero de 2024

El chat y la rana

Se supone que esta soy yo (Spoiler: no).
Al menos llevo zapatos en los pies.
Imagen creada con Copilot,
con lo que eso implica

Me parece que no es necesario decir que la inteligencia artificial está en la boca y en las letras de casi todo el mundo, al menos del mundo con acceso a internet. Excepto Sandra, que vive en la inopia. Pero la historia de Sandra y ChatGPT da para otra entrada que no creo que escriba, aunque sería para morirse de la risa.

La empresa donde trabajo no quiere ser menos que nadie. Igual que fue una de las primeras en cerrar cuando empezó la pandemia y la primera en abrir cuando todo era todavía bastante turbio, ahora quiere ser la primera en tener su propia inteligencia artificial. Además de inventarse una pose nueva de “somos los primeros en” entre sus competidores, parece que quieran hacerle la competencia a ChatGPT (aunque ésa no sea su área de actuación).

No es un secreto que desarrollar una tecnología de este tipo no sólo requiere mucha pasta, también a los mejores. Eso también es pasta, claro, y aquí los sueldos no son muy altos, así que no sé cómo lo quieren montar.