Hoy hace una semana que me actualizaron el ordenador.
Vinieron a recogerlo a las diez. El día se presentaba largo, así que decidí
hacer pequeñas tareas pendientes, como ir a buscar el certificado de
retenciones, o acercarme a correos. Además metí un montón de cosas para ir a la
biblioteca: un libro, el guion de Cadena perpetua, mi cuaderno de notas, el primer esquema de lo que estoy
empezando a escribir. Iba cargada como un borrico.
Los departamentos de administración y recursos humanos están
en otro edificio, a unos cinco minutos de aquí. Ya estaba llegando cuando vi el
autobús de donación de sangre justo en la puerta. En ese mismo momento decidí
que después de recoger el certificado, me iría a donar. Tenía toda la mañana y
aún me daría tiempo a ir a correos y a
visitar la biblioteca, aunque sólo escribiera un poco y dejara la
lectura para otro momento.
Cuando me acercaba al autobús vi entrar a una compañera. No
la conocía, pero llevaba la identificación. Como yo. Por un instante, en vez de
darme confianza, me hizo dudar. Tengo pánico a las agujas, sólo con hablarme de
ellas me entra una debilidad que me hace temblar las piernas, me mareo siempre
que voy a hacer análisis, nunca voy sola, pero pensé en toda la gente que
necesita de los demás y me acerqué a la cortina dispuesta a superarme a mí
misma.
Todo fue muy bien. La gente que estaba en aquella unidad fue
muy amable, la doctora era realmente simpática y eso me transmitió un poco de
tranquilidad. A pesar de todo, los nervios me subieron la tensión a 13/9. No
voy a entrar en detalles del proceso porque puedo ponerme mala, además, preferí
mirar a las nubes. Pero sí tengo que hablar de la recuperación. Me tuvieron
tumbada unos cinco minutos. Luego me dejaron sentarme con cuidado y me dieron
un zumo. No creo que llevara más de dos o tres minutos cuando empecé a tener
una sensación rara en el estómago que subía poco a poco a la cabeza, así que me
tumbé otra vez. Fue breve. Enseguida pude sentarme de nuevo y seguir con otro
zumo.
Supongo que pasó un buen rato porque la persona que entró
después de mí ya había salido. Fue el momento en que recogí mi bolsa cargada de
libracos y me fui a la parte delantera donde me ofrecieron algo de comer y más
bebida. Ya no ofrecen bocatas de jamón y sí, me sentí decepcionada aunque no
tuviera mucha hambre en aquel momento. Me tomé unas palmeritas y salí de allí
con otro zumo en la mano feliz por haber hecho algo que creía imposible. Tan
contenta que decidí seguir con lo que tenía planeado, al fin y al cabo, si los
demás podían seguir con su vida normal, por qué yo no.
Lo siguiente fue la visita a Correos. No encontré la carta
que tenía que enviar y volví a mi oficina. No sé si esto fue una suerte o no.
Empecé a buscarla, pero también empecé a sentirme mal. No dije nada y me fui al
baño. Necesitaba refrescarme la cara con agua helada. No me dio tiempo. Tuve
que sentarme. En mis recuerdos está la oscuridad, creo que fue porque me
desmayé, aunque no soy consciente de ello, sólo de sentir un gran cansancio, el
no poder evitar cerrar los ojos. Y oscuridad. Oscuridad incluso teniéndolos
abiertos. O quizás era sólo la intención de no cerrarlos. Por suerte, el
habitáculo donde está el váter es muy estrecho y te puedes apoyar en la pared
sin caerte, si no probablemente me habría encontrado tirada en el suelo.
El mareo me descompuso el cuerpo, estuve como si
tuviera gastroenteritis, no digo más. Tuve que avisar de que no iría a pilates,
a pesar de que la doctora me dijo que a esa hora ya estaría bien. Incluso al
día siguiente todavía me sentía débil, con las piernas temblonas. Ayer hablé
con La Rotten y lo comentamos, a ella le
sentó fenomenal, no se sentía tan bien desde hacía meses. Y yo hecha un
desastre y necesitando dos días para recuperarme. Hasta que no me den los
resultados no sé si podré ser donante oficialmente, pero por ahora, no me
apetece repetir.
Hasta yo me sentía agobiado.
ResponderEliminarUn abrazo.
HD
Muchas gracias, Humberto. Quería transmitir lo que sentí.
EliminarUn abrazo para ti también.
Mira, lo bueno de leer con taaaanto retraso, es que me puedes contar ahora qué tal salieron las analíticas. Espero que bien.
ResponderEliminarYo tengo anemia congénita y no puedo donar, pero soy de las que mira siempre las agujas. Me encanta. Soy una médico frustrada ;-)
Oye, sí que te cunde a tí un día, no? Tendría que organizarme yo así de bien.
Pues para saber los resultados no llegas con tanto retraso, los recibí el viernes pasado y eran más escuetos de lo que pensaba. Sólo me ponía que son normales, que puedo donar y los resultados de VIH, hepatitis, plaquetas y un par de cosas más que no recuerdo. Gracias por preguntar :)
ResponderEliminarLos días me cunden sólo a veces. Hoy por ejemplo! :) Hasta medio ligué en el bus, pero esa es otra historia jejeje.