miércoles, 7 de mayo de 2014

Todo por no tener ordenador

Hoy hace una semana que me actualizaron el ordenador. Vinieron a recogerlo a las diez. El día se presentaba largo, así que decidí hacer pequeñas tareas pendientes, como ir a buscar el certificado de retenciones, o acercarme a correos. Además metí un montón de cosas para ir a la biblioteca: un libro, el guion de Cadena perpetua, mi cuaderno de notas, el primer esquema de lo que estoy empezando a escribir. Iba cargada como un borrico.

Los departamentos de administración y recursos humanos están en otro edificio, a unos cinco minutos de aquí. Ya estaba llegando cuando vi el autobús de donación de sangre justo en la puerta. En ese mismo momento decidí que después de recoger el certificado, me iría a donar. Tenía toda la mañana y aún me daría tiempo a ir a correos y a  visitar la biblioteca, aunque sólo escribiera un poco y dejara la lectura para otro momento.

Cuando me acercaba al autobús vi entrar a una compañera. No la conocía, pero llevaba la identificación. Como yo. Por un instante, en vez de darme confianza, me hizo dudar. Tengo pánico a las agujas, sólo con hablarme de ellas me entra una debilidad que me hace temblar las piernas, me mareo siempre que voy a hacer análisis, nunca voy sola, pero pensé en toda la gente que necesita de los demás y me acerqué a la cortina dispuesta a superarme a mí misma.

Todo fue muy bien. La gente que estaba en aquella unidad fue muy amable, la doctora era realmente simpática y eso me transmitió un poco de tranquilidad. A pesar de todo, los nervios me subieron la tensión a 13/9. No voy a entrar en detalles del proceso porque puedo ponerme mala, además, preferí mirar a las nubes. Pero sí tengo que hablar de la recuperación. Me tuvieron tumbada unos cinco minutos. Luego me dejaron sentarme con cuidado y me dieron un zumo. No creo que llevara más de dos o tres minutos cuando empecé a tener una sensación rara en el estómago que subía poco a poco a la cabeza, así que me tumbé otra vez. Fue breve. Enseguida pude sentarme de nuevo y seguir con otro zumo.

Supongo que pasó un buen rato porque la persona que entró después de mí ya había salido. Fue el momento en que recogí mi bolsa cargada de libracos y me fui a la parte delantera donde me ofrecieron algo de comer y más bebida. Ya no ofrecen bocatas de jamón y sí, me sentí decepcionada aunque no tuviera mucha hambre en aquel momento. Me tomé unas palmeritas y salí de allí con otro zumo en la mano feliz por haber hecho algo que creía imposible. Tan contenta que decidí seguir con lo que tenía planeado, al fin y al cabo, si los demás podían seguir con su vida normal, por qué yo no.

Lo siguiente fue la visita a Correos. No encontré la carta que tenía que enviar y volví a mi oficina. No sé si esto fue una suerte o no. Empecé a buscarla, pero también empecé a sentirme mal. No dije nada y me fui al baño. Necesitaba refrescarme la cara con agua helada. No me dio tiempo. Tuve que sentarme. En mis recuerdos está la oscuridad, creo que fue porque me desmayé, aunque no soy consciente de ello, sólo de sentir un gran cansancio, el no poder evitar cerrar los ojos. Y oscuridad. Oscuridad incluso teniéndolos abiertos. O quizás era sólo la intención de no cerrarlos. Por suerte, el habitáculo donde está el váter es muy estrecho y te puedes apoyar en la pared sin caerte, si no probablemente me habría encontrado tirada en el suelo.

El mareo me descompuso el cuerpo, estuve como si tuviera gastroenteritis, no digo más. Tuve que avisar de que no iría a pilates, a pesar de que la doctora me dijo que a esa hora ya estaría bien. Incluso al día siguiente todavía me sentía débil, con las piernas temblonas. Ayer hablé con La Rotten y  lo comentamos, a ella le sentó fenomenal, no se sentía tan bien desde hacía meses. Y yo hecha un desastre y necesitando dos días para recuperarme. Hasta que no me den los resultados no sé si podré ser donante oficialmente, pero por ahora, no me apetece repetir.

4 comentarios:

  1. Hasta yo me sentía agobiado.
    Un abrazo.
    HD

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    1. Muchas gracias, Humberto. Quería transmitir lo que sentí.
      Un abrazo para ti también.

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  2. Mira, lo bueno de leer con taaaanto retraso, es que me puedes contar ahora qué tal salieron las analíticas. Espero que bien.
    Yo tengo anemia congénita y no puedo donar, pero soy de las que mira siempre las agujas. Me encanta. Soy una médico frustrada ;-)
    Oye, sí que te cunde a tí un día, no? Tendría que organizarme yo así de bien.

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  3. Pues para saber los resultados no llegas con tanto retraso, los recibí el viernes pasado y eran más escuetos de lo que pensaba. Sólo me ponía que son normales, que puedo donar y los resultados de VIH, hepatitis, plaquetas y un par de cosas más que no recuerdo. Gracias por preguntar :)

    Los días me cunden sólo a veces. Hoy por ejemplo! :) Hasta medio ligué en el bus, pero esa es otra historia jejeje.

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