La puerta misteriosa, de Dorotea Hyde |
Abrí la puerta de la Meeting
Room y casi me desmayo. Eran las diez menos veinte de la mañana y fue una
sorpresa muda, ni hongo radiactivo ni luces boreales. Simplemente llegué con
una mochila llena de enfado y frustración porque era el
cuarto día seguido que el tren llegaba con retraso y al girar la llave,
empujar la puerta y respirar aquello supe que el día iba a ser muy largo. Primero
la vaharada me echó para atrás, se me cortó la respiración un instante (ahí fue
cuando pensé que iba a perder el sentido) y como seguí en pie entré directa a
la ventana. Justo en ese momento, tan oportuna, llegó Sara Pestes y ya no pude
abrir. Iba a dar igual, pero aún no lo sabía.
En esta oficina hay una
puerta misteriosa que da a un espacio de lo más vulgar: un pequeño almacén
al que llamo el cuarto misterioso (perdón por la redundancia) donde las señoras
de la limpieza guardan el papel higiénico, las cajas del agua, la aspiradora y
materiales de limpieza. El dichoso olor salía de este cuarto y cuando una de
ellas se pasó por aquí para coger algo y abrió la puerta, casi nos desmayamos
otra vez. Según nos contó un poco cabreada, como si nosotras tuviéramos la
culpa, como si preguntar fuera un crimen, a las del turno de tarde se les cayó
ambientador. A mí no me olía al que normalmente usan pero me abstuve de hablar
no fuera a ser que se enfadara todavía más.
Las horas, como pensaba, iban más lentas que un caracol, en
cambio nosotras nos íbamos poniendo peor a la velocidad del rayo. Abrimos la
puerta y la ventana, pero era como si hubiera un circuito extraño de
ventilación y al entrar el aire limpio empujara la toxicidad del cuarto
misterioso en la ofi. Gargantas y ojos irritados, estómagos revueltos y
náuseas, dolores de cabeza, sobre todo yo que estoy pegada a la puerta. Cada
vez que las señoras de la limpieza venían a buscar algo una ráfaga de aquella
cosa me daba de lleno y tenía que salir a despejarme. Al menos era una suerte
que, después de haber creado esa especie de accidente nuclear, las señoras de
la limpieza de la tarde sean un poco vagoncias y solo aparecieran dos veces.
Cuando salí a tomar el té con Circe me encontré con mi jefa
y se lo conté. Me preguntó por qué no nos habíamos cambiado a una de las salas
de trabajo. ¿Y qué ordenador íbamos a usar si allí solo hay mesa y sillas? Mucha
solidaridad de pacotilla, pero no me autorizó a que nos marcháramos. Y como no
podía irme antes de la hora sin su permiso y escaquearse es imposible porque
nos controla desde la ventana de su despacho, alargué el descanso en venganza.
Una de esas venganzas inútiles.
Poison by design, by Austin Valley |
Al día siguiente la situación estaba un poco mejor, pero notaba
que aquella mierda entraba en mi organismo más rápidamente de lo que salía, me
sentía tan mal o peor que el día anterior. Estas señoras de la limpieza tienen tanto
pavor a que les birlemos algo que cada vez que salen cierran la puerta
misteriosa con llave, parecen Nicole Kidman en Los otros, así que lo de ventilarla queda descartado. Por esa
obsesión suya a cerrar nunca vimos nada de la fuga tóxica aunque suponemos que
impregnó las cajas de cartón del agua y hasta que se terminen y quiten los
restos, tendremos algo de olor.
Casi dos semanas después del incidente todavía no se ha
normalizado el ambiente y cada vez que abren la guarida, el espanto sale de
nuevo. Dos semanas en las que siento la garganta áspera, irritada y no aguanto
las lentillas. Esto me lleva, sumado a la conversación que tuve con una amiga
contándole la peripecia, a pensar en la Rotten. Éste era el edificio en el que trabajaba cuando se desencadenó la
historia de las
pulgas. Pero el dato interesante es que es alérgica a los detergentes,
suavizantes, esencias varias. Quizás sí había algo aquí que le hacía daño, solo
que no era pequeño y con seis patas saltonas sino algo que aparentemente no se
ve pero está en todas partes: los productos químicos. A nosotras nos hizo daño
porque la fuga fue bestial, pero si eres sensible quizás una pequeña cantidad te
hace reaccionar. Y la guerra química que desencadenó para matar al animal claramente
lo empeoró (si es que no fue eso lo que lo causó). Quizás tanto ella como yo
estábamos equivocadas y no se trató ni de pulgas ni de delirios mentales, sino de
algo que no pudimos detectar. Yo, por desconocimiento, ella… bueno, ella no sé
por qué.
Esta historia casi ha sido un cuento de terror con una habitación y su secreto. Un secreto innombrable que sólo conocen las iniciadas del culto de la limpieza. Por cierto, me has hecho reír con su mal humor. Me han recordado a otras señoras de la limpieza siempre desconfiadas, siempre pensando que cualquier pregunta que les hagas puede dar lugar a una respuesta que se usará en su contra. El planteamiento con esa habitación es genial y la fotografía que le añade el toque de humor a la "fuga radioactiva" también. El final deja el necesario misterio. Intuimos lo que pudo haber pasado ahí por lo que te contaron pero la puerta sigue cerrada. Buenísimo.
ResponderEliminarP.D. De todos modos no me parece gracioso que trabajes en un ambiente así. Fuera de broma ciertos productos son tóxicos y probablemente nocivos para la salud. Cuídate o quéjate más alto.
Jajaja, sí, terror total. Pero es que cuando ves esa puerta por primera vez sugiere tantas cosas. Puse la foto oscura a propósito y no se percibe, pero hasta tiene un escaloncito con el ladrillo sin tapar que no pega ni con cola con la oficina, como si llevara a un lugar que no tiene que ver con lo que hacemos aquí.
EliminarAhora ya estamos mejor, cada vez se nota menos y solo si abren. Pero pensé que tenía conjuntivitis otra vez, y probablemente la tuve, solo que no vírica ni bacteriana, sino por las porquerías que teníamos en el ambiente. Y la garganta igual. Lo curioso es que estas dos, que se quejan por todo, ni mu.
Gracias, Sergio. Un abrazo enorme y, si no nos encontramos estos días por los blogs, felices fiestas. :)
Santo e feliz Natal para si e sua família.
ResponderEliminarAG
Gracias. Felices fiestas para ti también.
EliminartUS TEMAS SABROSAS CASI AVENTURAS DE TU MENTE SON
ResponderEliminarME GUSTAS
LO MEJOR ESCRITORA
PARA VOS Y TU MENTE
FELIZ 2018
Ya en la noche de Reyes, feliz feliz 2018 para ti también. Te deseo muchísima felicidad y espero seguir disfrutando de tus escritos.
EliminarUn beso enorme.