Señalización de My Way, de Rommel Davila |
Hace unos meses, en mayo, recibí el email de una amiga. El
texto era una mezcla de emoción y agobio porque aún estaba a tiempo de
apuntarme a las oposiciones de RTVE. Pensé que debía de estar equivocada porque
el examen ya había pasado. Seguí el enlace sin convicción y me encontré lo impensable.
Resulta que uno de los sindicatos de los trabajadores de RTVE impugnó las bases de la convocatoria del 2022. No quiero abrir el melón de lo que pasa o deja de pasar ahí dentro, pero no hace falta ser muy lista para imaginar que, después de quince años sin procesos públicos de contratación, la institución debe de ser una jaula de grillos. Con el fin del jolgorio a la vista, alguien debió de querer facilitarle las cosas a otro alguien. La justicia falló a favor de los demandantes, así que los exámenes se cancelaron para adaptar las bases a la ley.
Por eso, en mayo de 2024 yo aún tenía la opción de
apuntarme. Si soy sincera, con ganas locas de dejar mi trabajo actual, pero con
cero motivación por irme al otro lado sabiendo estos detalles.