lunes, 22 de septiembre de 2014

Vencida

No me apetece escribir. Podría encontrar algún tema, pero no tengo ganas. Lo que conté en mi última entrada sobre la Rotten me hundió. Martes nueve y miércoles diez. Para olvidar. El fin de semana me fui de viaje y no logré desconectar. Me pasé los dos días llorando. Sé que debería plantarle cara, pero ahora mismo estoy aterrorizada y no sé cómo salir de ese hoyo.

Hace un rato que estuvo aquí. Dos veces. Llegué a las cuatro menos cinco y estuve un rato con mi amiga Esther. Le conté que había venido por la mañana y que había pasado de ella. No la podemos criticar porque, en cuanto la mencionamos, aparece. Quiero dominar ese poder que tenemos a ver si también puedo utilizarlo para invocar tíos buenos. Simplemente susurraré “Dani” y aparecerá en el mismo tren que yo, me mirará por encima de su libro con su cara seria de siempre, esta vez un segundo más que normalmente y al bajarnos me dirá: Te acompaño. ¡No, joder! (perdón por el taco). Esos son sueños y últimamente lo único que tengo son pesadillas. Y hoy van tres. En la tercera acabó contándome batallitas del niño de mi jefa, orgullosa como si fuera su nieto: “ya cuando era bien chiquitín yo vi que era muy espabilado”.

Estoy pensando en buscar ayuda. Me ha vencido igual que ha tumbado a otros más fuertes que yo. 

5 comentarios:

  1. Hummm… ¿cuánto te puede joder ella si se pone? Quiero decir, ¿te pueden echar por ella?

    Porque si no, cógela un día por banda y díselo: me caes mal. No te aguanto. Déjame en paz. Como profesional te respeto y para todo lo relacionado exclusivamente con el trabajo, estoy más que dispuesta a cooperar contigo. En mi tiempo libre, en tu tiempo libre, yo no existo. Y por cierto, que sepas que la mitad de la oficina piensa lo mismo pero les faltan huevos para decírtelo. Capta las indirectas, guapa.

    Es frío y directo y cruel, pero me parece aún más cruel que alguien como tú se sienta amargada por culpa de semejante bruja. Y que conste que voy camino de convertirme en una Rotten, pero espero hacerlo en la intimidad de mi casa.

    Anímate, pequeña. Busca ayuda si la necesitas y descansa. Y vuelve. Un abrazo enorme :*

    ResponderEliminar
  2. Creo que si se empeña sí, podrían echarme por ella, aunque no creo que lo hiciera. Me encantaría decirle todo eso, pero no soy capaz ni poniéndome de todos los colores, por eso a veces creo que en realidad me pasa por idiota, sin caer en victimismos, que no me gusta.

    Llevo unos días pasando de ella cuando viene por el zulo y estoy un poco mejor, aunque es difícil pasar cuando el problema te busca. Pero estoy mejor. Muchas gracias por tus palabras :) BSSS

    ResponderEliminar
  3. ¡Hablando se entiende la gente, Dorotea, claro que sí! Haz caso a Babilonia. Desde luego una conversación así no podría ser motivo de despido.
    Y si no ya sabes, pásame la dirección y voy con pasamontañas a darle un susto a esa, jajaja.
    Aaaaaanimoo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por los ánimos, Rita. Estoy un poco mejor y la llevo un poco mejor. No soy capaz de soltarle lo que me dice Babilonia (qué más quisiera :D), pero sí le he dado un par de cortes, cortecillos más bien. Sí, estoy mejor.

      Eliminar