—Yo primero presentaría lo que
sea líquido, las acciones.
—Tiene que cumplir uno
requisitos: de familia, de paro…
—¿Cuánto tiene de hipoteca?
—Ciento cuarenta, no, ciento
cincuenta.
—Si es segunda vivienda es cuando
te van a por todo.
—Supongo que te dice que
priorices entre restaurantes y…
2016/366/341 Stu(dying) 101, de Edna Winti |
Justo cuando la conversación empezaba a tener sentido, entró
mi jefa con una candidata buscando a Sara Pestes y las tres se pusieron a
cacarear como gallinas… no, miento, cacareaban mi jefa y la Pestes, la candidata
estaba tan nerviosa que no sabía ni qué decir. Sin embargo esos cacareos que
normalmente me molestan, amortiguaban a los chavales del vestíbulo. Sentía que
había tanto ruido que ya era imposible oír nada.
Algo que odio de esta oficina es el ruido. Es un edificio
lleno de estudiantes y cuando salen de clase o se reúnen en las zonas comunes
hablan, gritan más bien. Los de la conversación anterior ni siquiera gritaban,
pero eran un grupo de seis, sentados delante de nuestra puerta, a veces hablaban
todos a la vez para hacerse oír y me jo…robaron la tarde. Porque si el ruido es
la tónica general, una costumbre muy extendida tanto entre el personal como
entre los estudiantes es pegarse a nuestra puerta para hablar. Salen de sus
oficinas o de sus aulas, se separan de su grupo de amigos para no molestarlos o
para buscar una privacidad inexistente en un vestíbulo que es zona de paso, y
se pegan a nosotras. Así me he enterado de los problemas con la herencia de su
padre de una de mis compañeras, de la dificultad de los estudiantes con sus
trabajos, lo mal que lo llevan estando fuera de casa y unas cuantas discusiones
por temas de trabajo.
De una de las asignaturas de gestión que tuve en la
licenciatura nos enseñaron a buscar el problema real, la verdadera causa de una
situación y a eso voy. El problema real no es el ruido, el verdadero problema
es Sara Pestes, la tirana. La que dice que en su casa no pone el aire
acondicionado porque es muy caro y aquí lo pone a toda pastilla porque lo
pagamos todos. La que nada más llegar se
apropió de la mesa individual y la estantería (que ahora no usa porque en
realidad no tiene nada que poner en ella) porque está tan por encima de
nosotras que tiene que hacerlo saber. La que se agobia con la puerta cerrada y
por eso nunca se cierra, aunque oigamos a la gente hacer sus cosas en el baño. La
puerta es estupenda y, si se usa, te quedas en la más absoluta felicidad ignorando
si fuera hay estudiantes o caballos salvajes relinchando desaforados.
Aaahhh!!!!, de Evil Erin |
Para no enterarme del ruido pongo la música a tope, aunque
no es muy eficaz porque no me gusta la música muy alta y oigo todo aun con los
auriculares puestos. Lo bueno es que tengo una excusa para que estas dos no me
molesten tanto, aunque el egoísmo de la divina Pestes aún puede aumentar mucho
más cuando tiene necesidad de hablar. Y tiene esa necesidad continuamente.
Realmente no entiendo esa obsesión por tener una oficina para ella sola si
necesita comentar cada movimiento que hace: acabo de hablar con Luis y llega
tarde a la reunión, Terry está enfermo y no lo atienden en el hospital, no
encuentro hotel para la candidata, estoy tan cansada, me pica el culo, tengo
que mear. Bueno, esto último no que no es típico de una diva, pero es lo que le
falta. Por supuesto, intento hacerme la desentendida todo lo que puedo porque no
se puede tener todo en esta vida: o puerta abierta o conversación. Y, por
supuesto, ella intenta imponerse, pero de alguna manera la he educado a que no
soy como Sandra y a mí no me da tanto la brasa con su mierdas.
No sé si alguna vez estuve contenta aquí, creo que no porque
desde que me dijeron que iba a compartir con la Pestes esta, sabía que los
conflictos iban a estar a la orden del día. Son muchos años trabajando juntas,
aunque lo hiciéramos en espacios diferentes, y sé de qué pie cojea esta tocapelotas
egocéntrica. Ayer me dijo algo que estoy por colgar en la pared: “Lo que peor
llevo de currar mucho es que luego los demás solo se interesan por sí mismos”.
¿Y ella? ¿Se preocupa por alguien?
Creo que hay más de un estudio social que habla sobre la productividad que se evapora cuando hay ruido. Las distracciones te hacen perder la concentración. Yo ahí además, explotaría de forma salvaje y causante de despido procedente. Ella no soporta la puerta cerrada y tú abierta. Pero al parecer ella se tiene que salir con la suya. Tienes un manual de lo que es gente tóxica al lado y no hay palabras paliativas contra eso. Te prometo que cuando se acaban las escenas graciosas que reproduces comparto tu rabia y hasta la veo y doblo y tiro porque me toca. Esa persona que es personaje te ha cogido el número y sabe a quién molestar. Por si fuera poco sólo ve sus problemas. Estás trabajando con una niña con complejo de emperador. Se la tendrían que comer sus padres y no tú. Tus etiquetas lo dicen todo. Saludos
ResponderEliminarLo del ruido a mí me mata. Mira que me quejaba cuando estaba en el zulo, pero esto es peor, o quizás es que ya olvidé un poco aquella tortura. Y sobre la Pestes, sí, solo ves sus problemas y tiene ese complejo de inferioridad y una inseguridad, que la mía casi se queda pequeña. Y nos tiene que machacar para volver a casa sintiéndose bien. Machaca más a Sandra que a mí, eso también debo reconocerlo.
EliminarA ver si nos toca la lotería.
Un saludo!
En más de una ocasión me he puesto a hablar de mis cosas en pasillos, halls y demás sin percatarme de que "alguien" podría estar escuchando. Suena egoísta, debería haber pensado en que quizás molestaba a alguien que trabajaba cerca, pero en realidad hasta que te he leído, no me había dado cuenta de ello.
ResponderEliminarCreo que no lo damos en ciencias pero hay una especie de ley que dice que las personas desagradables, producen un "ruido" que es directamente proporcional a los All-Brans que no se toman por las mañanas. Bromas a parte, me identifico con la situación, y es muy molesto tener que trabajar con personas o personajes así. Los lunes yo entro en la oficina recitando el mantra: estoy calmada, esto es solo un trabajo que durará hasta el viernes, nada perturbará mi paz. El mantra de los viernes mejor me lo callo porque no sonará muy bien.
Te felicito por tu forma de escribir y mucho ánimo con la arpía.
Es normal que no te dieras cuenta, Noelia. Es como cuando estamos en una terraza tan a gusto, sin importarnos la gente en sus casas aunque sea de madrugada. A mí me pasaba con una que tenía bajo la ventana. Bajaba a tomar unas cañas y algarabía y risas. Subía a casa y les echaba pestes a los que seguían de cañas jajaja.
ResponderEliminarNo me extrañaría que lo de los All-Brans fuera cierto jajaja, sobre todo porque nadie viene a nuestra puerta para dar mensajes agradables. Repetir ese mantra creo que es lo mejor que podemos hacer.
Un abrazo y gracias por pasarte.
A mi me afecta muchísimo el ruido. Muchas veces he soñado con estar en una habitación acolchada, como aparece en las películas de "locos"...pasarme un día entero tumbada en el suelo,mirando al techo...sin escuchar nada.
ResponderEliminarAdemás tengo la mala suerte de tener un oído refino. Oigo el zumbido del ventilador, el motor de la nevera, el pavimento que cruje por los autos, los perros que ladran, el vecino...todo...lo oigo todo...
Hay veces que no sé cómo escapar de todo ese bullicio. El que más me agobia es el de la gente...vivimos en un mundo de ruido constante Dorotea. Y lo malo es que la gente no se da cuenta, no lo perciben.
Cuando estoy en casa, no enciendo el televisor, ni si quiera pongo música. Necesito estar en silencio después de trabajar. Eso da paz a mi mente loca. Jejeje!
Me encanta tu espacio!!!!
ah! estás demasiado entretenida con esos personajes que tienes en el trabajo...XD!
Un besazo!!
Muchas gracias, Maman Bohème. De verdad que siento que tengas esa sensibilidad porque es cierto que todo es ruido, una locura y un estrés. Y si quieres taparlo, más ruido. Y bueno, el silencio ayuda a la creatividad, no sé por qué a la gente no le gusta :)
EliminarUn abrazo y gracias por pasarte.
PD Sí, estoy demasiado entretenida jajaja.
sos hermosa e inteligente
ResponderEliminarestoy conmigo y feliz de estarlo
me encantan como siempre tus escritos
Gracias, Recomenzar. Yo aspiro a eso mismo a estar conmigo, pero creo que me queda un buen trecho todavía.
EliminarUn abrazo enorme.