
Sin dudarlo cogí por la calle de al lado, que no es paralela
y me hizo dar una pequeña vuelta para llegar. Justo hoy que había salido
dispuesta a pasar por delante de ese edificio aun sabiendo que Fernando P.
podía salir o entrar porque es ahí donde trabaja. Porque era una ruta que hacía
muchas veces en mis caminatas y he dejado de hacerla para no tentar a la
suerte. Me gusta cambiar las rutinas, pero no huir. Así que decidí mientras
avanzaba por el camino alternativo, que regresaría por la calle que había
evitado. Ningún encuentro, deseado o no, iba a hacerme desistir.
Con esos pensamientos llegué a la esquina donde antes estaba
el banco. Encontrar en su lugar algo que creo que era un local de comida me
enfureció. Primero, porque me he quedado sin oficinas cerca del trabajo ya que
la mía la cerraron hace unos meses, un poco antes que esta, supongo. Segundo,
porque tendría que ir a una tercera que no está mal localizada, pero que con
ese paseo previo me quedaba fatal. Miré el reloj, eché cuentas y no, aquello no
cuadraba ni haciendo trampas. Tercero, porque adiós a mi retorno por la calle
polémica del principio. Adiós a Fernando P. Adiós al Guardián. Adiós a las
hormonas alteradas.
Al fin llegué casi asfixiada por el apuro y el calor. Había
pasado por delante muchas veces pero no recordaba que el cajero era exterior.
Menudo asco. Los de las oficinas cerradas eran interiores y con un pestillo que
me hacía sentir a salvo, que me protegía incluso de otros clientes cotillas de
miradas asesinas que querían estar dentro al mismo tiempo que yo. Al asco que
me produjo ese hecho, se unió la desesperación por verlo ocupado. Un minuto,
dos, tres, cinco. No es que fuera mucho tiempo pero ya era mi hora de entrar y
todavía tenía que regresar. Quién sabe qué hacía aquella mujer, que ni tecleaba
ni tocaba la pantalla, pero de pronto vi que movía las manos, no sacó dinero en
ningún momento, pero apareció algo peor: una libreta. Como empezara a
actualizar, podía morirme así que me fui.
Llegué tarde a la ofi, así que recuperé tiempo a última hora
y me fui directa al banco que queda cerca de mi casa, que además tiene cajero interior.
Bien, vía libre. Con los billetes en la mano salí pensando que menos mal que
salgo un poco antes, que a pesar de haber tenido que quedarme un rato y haber
pasado a sacar dinero, aún me da tiempo a hacer los recados. O no, porque
llegué a la tienda y estaba cerrada. No podía ser de otra forma para terminar
un día completo.
¿Se pueden sentir celos por alguien a quién no conoces? Si quieres conocerlo de un modo más íntimo sí. Especialmente porque en principio está menos seguro que tu pareja. Pero vamos, que solo estaba hablando con la de la limpieza.
ResponderEliminarTu periplo desafortunado hasta el cajero es casi angustiante pero más por el mal rollo que llevas encima que por lo que te ocurre. Pequeñas contrariedades que ya habrás olvidado. Aunque parece que se unen todas para amargarte un día. En esos casos se recomienda remontar la corriente, no convencerte de que todo está mal, sonreír como si eso no fuera contigo, seguir intentándolo hasta que te sacudas el "mal fario"... o esperar al día siguiente. Pero imagino que a estas alturas ya has tenido de todo y espero que bueno. Te ha dejado al menos esta historia tan bien escrita como lo que siempre viene de tu creativo cerebro.
¿Tú crees, S.? A mí esa punzada en el estómago me dejó pensando si eran realmente celos o que la comida me había sentado mal. Y sí, supongo que era lo primero.
EliminarEl resto del periplo, como dices, olvidado, solo es carne de drama para contar una historia. En el momento se pasa fatal pero luego consigo escribir algo y al menos tengo una recompensa. :)
Un abrazo.
Fascinante lograste en pocas palabras lo lograste
ResponderEliminarun texto perfecto fácil de leer y posible.
Los celos salen de adentro de nuestra alma besos desde Miami
No sé de dónde salieron los míos, Mucha, pero de muy hondo muy hondo porque no sabía que existían. :S
EliminarMuchas gracias por tus palabras, tan bonitas como siempre. Me alegro de que te haya gustado.
Un beso.
Lo de los cajeros es algo que creo que a más de uno también nos trae quebraderos de cabeza...yo al menos me incluyo :) He visto que en más de una ocasión me ha llevado tiempo encontrar el mío porque no había ninguno cerca o incluso he tenido que pagar comisión porque no me merecía la pena ir en búsqueda de mi banco por la distancia. En cuanto a los celos, creo que igual fueron efímeros como lo que dura el fijarte en una persona que apenas conoces (parece que se queda ahí) hasta que te fijas en otro igual de interesante... Aunque mientras dura, eso de ruborizarte por un saludo es incómodo pero te deja un cosquilleo divertido jeje Un beso!
ResponderEliminarY como tu tarjeta sea de un banco pequeño o muy local, apaga y vámonos. O como quieras cajeros internos, como yo. Puede ser toda una aventura.
EliminarY sobre los celos, duraron un poco más en el pensamiento porque mientras caminaba ya pensaba en escribir esto y mientras los tienes en la mente, parece que se resisten a morir, jajaja.
Un beso.
Que suerte el tener el cajero tan cerca!!! mi banco ha decidido que me vuelva loca cada vez que tengo que ir a sacar dinero, porque apenas hay cajeros y no se a que están jugando porque cada x meses cambian la oficina de sitio, con lo que, una de dos, o me toca buscarlos por toda la ciudad o hago como siempre que no llevo ni un euro encima!
ResponderEliminarTambién te sigo por aquí como puedes ver, y que conste en acta que no soy una acosadora jajajaja, es solo que he visto este más tarde :-P
https://similocuramedeja.blogspot.com.es/
Jajaja, pues en realidad este es el principal, pero vamos, que ninguna obligación. ;)
EliminarEl tema cajeros es imposible de entender. Sobre todo desde la crisis ha habido un baile de oficinas continuo. Y como tu banco sea pequeño, olvídate. Yo la mayor parte del tiempo también voy sin dinero porque según la zona me cuesta mucho encontrar uno.
Saludos y gracias por pasarte por aquí también.
Dorotea
ResponderEliminarMe apunto esa película porque, aunque has dicho que era floja, veo que te ha inspirado. Que puedo decirte tu sentido del humor es único me hiciste sonreir
Por tu gran habilidad como escritora
:) Es que a veces caigo en la tristeza con facilidad, así que intento reírme un poco de mí misma. No sé si lo consigo.
EliminarUn abrazo y gracias.!
Es por eso que transformé la pasion de alguien y mia
ResponderEliminaren un blog de fotografia
jajaj
es facil
mil besos