Vivir en positivo

Rapid antigen test kit, de elias.mahmoud74635586

Año nuevo, vida vieja. Terminaron las vacaciones y volvimos a trabajar. Pero antes, debido al avance imparable de ómicron, tuvimos que pasar por la enfermería de la empresa para hacernos un test. El mío era el tercero en poco más de dos semanas. Primero uno de antígenos antes de irme de vacaciones. Luego una PCR entre Navidad y Año Nuevo porque tuve síntomas. Y este para empezar a trabajar. Con tanto control y tan poco salir, no esperaba otra cosa que un negativo. Pero hubo alguien que se llevó una sorpresa.

Fui con la Rotten. Llegamos y había una cola larguísima que doblaba la esquina. Nosotras teníamos cita, pero daba igual porque allí estábamos mezcladas citas y no citas, no hacían distinción y el orden de entrada era el de llegada. La Rotten que si tenía frío a las piernas, que si llevaba unos días con dolor de garganta, que qué cansancio. Salimos y fuimos a caminar para hacer tiempo mientras no salían los resultados. Por el sol, Doroty, por favor, por el sol. Así que nos dimos una vuelta por el barrio y, cuando ya casi había pasado una hora y llegamos a una sombra, me paré un segundo para ver si ya teníamos los resultados. Negativo.

Doroty, no entiendo lo que me pone. 

Pensaba que la pobre se estaba haciendo un lío. Siempre tengo que ayudarle con la app, pero en cuanto vi su pantalla…

Aislamiento.

En rojo.

No me hizo falta leer más. No podía entender cómo se había podido contagiar una mujer que se cuida tanto, que es una radical de las mascarillas, que le protesta a la gente en el autobús por ir hablando, que sigue limpiando su mesa al llegar al trabajo, aunque ya sabemos que no es por las superficies por donde se pilla esto, que en Navidades no tuvo vida social, únicamente el contacto con sus hermanos y su madre. Dos de sus hermanos salen a trabajar, quizás uno de ellos pudo pillarlo y llevarlo a casa. El más joven, además, es negacionista, así que medidas de protección, cero. Y, por supuesto, ninguno de los cinco está vacunado. El negacionista les prohibió que se la pusieran a su madre. La madre le hizo caso porque es su ojo derecho. Y la Rotten y el tercer hermano no pueden ponérsela por ahora por temas de salud.

La mujer se quedó en shock. Podía notárselo. Caminamos aun más despacio de lo habitual hasta el cruce donde nos separaríamos. Ella iba haciendo repaso de la última semana. Y entonces, todas las piezas cuadraron. Cuatro días antes de que notara los primeros síntomas, estuvieron todos en la consulta de su médico negacionista. Este es negacionista de todo lo que tenga que ver con la ciencia, no solo de la covid-19. De todo lo que no le convenga a él para ganar pasta, se entiende. Algún día daré más detalles de él, de cómo casi mata a la madre de la Rotten y de cómo les ha lavado el cerebro. Para esta entrada llega con decir que estuvieron en su consulta y él prohíbe las mascarillas. Toda una tarde en un recinto cerrado sin ventilación, muchos pacientes enfermos de un covid-19 que dice que no existe, pero que dice que les cura con tratamientos surrealistas por los que cobra una fortuna. Sin embargo, la Rotten no paraba de decir que había sido en el supermercado, el único sitio al que había ido, como si a la consulta del médico loco fuera en viaje astral.

De momento está aislada en casa, con la cabeza loca porque ella gestiona muy bien los problemas y la ansiedad, pero ya sabemos por el tema de las pulgas cómo es esa gestión. También está disgustada porque uno de los tratamientos que le recomendó el médico loco no ha funcionado y yo debo de ser la única a la que no le sorprende. Y, como su madre también se contagió, tiene una preocupación más y solo piensa en dar negativo e ir a ayudar. Hace las cuentas absurdas de alguien que dice que sabe mucho sobre la covid, pero que en realidad no tiene ni idea de nada y lo manipula todo a su conveniencia. Nos tiene fritos a Mike y a mí. No sé si podría resistir otro embate como el de las pulgas, menos mal que Mike está en mi equipo esta vez. La Rotten siempre presume de pensar en positivo, pero solo le sirve para pontificar. En realidad, el único positivo que tiene en su vida, es el de este test. Todo lo demás, negro, sobre todo para quienes la aguantamos por mucho que lo hagamos porque está sola y nos da pena.