Todo parece repetirse.
Aunque algo es similar, es distinto.
Ha habido varias olas. Quizás es que no en todas estábamos trabajando presencialmente y por eso no comentamos, pero volvemos a sentir lo mismo que en marzo de 2020, antes de irnos para casa por tiempo indefinido. Les dije que ahí fuera nada es igual y creo que no lo va a ser (ojalá no me equivoque), pero la inquietud dentro es la misma y el miedo libre.
Se han cerrado cuatro plantas del edificio
nuevo por cuatro brotes. Todo el mundo a casa. Mi amiga Celia trabaja en
una de ellas y estoy pendiente de que me responda y me diga si está bien. En
otros edificios, algunas jefas han mandado a sus empleadas a casa los días que
quedan antes de las vacaciones, solo para evitar la circulación de gente y
prevenir. Aunque esa misma gente se irá la Plaza Mayor o a Cortilandia en cuanto apaguen el ordenador.
No se puede generalizar, también hay alarmismo, miedo, preocupación, igual que en aquel marzo. Por un lado, es normal porque un buen puñado de nuestras compañeras están enfermas y otras están a la espera del resultado, pero… No se puede esperar otra cosa que ese cierre, que yo creí que llegaría antes.
En esta empresa se está haciendo una vida como si la covid-19 no existiera ni nunca hubiera existido. Comidas, fiestas, eventos masivos (masivos, no como ése al que acudí en septiembre y que me agobiaba solo por setenta personas), sin mascarilla, con roces, echándose los salivajos unos a otros. Y no, no es un recurso para que visualicéis la situación, es literal, lo comprobaríais si vierais las fotos que no se han privado en compartir en redes. La gente también trabaja sin mascarilla, sin distancias y ha pasado lo que tenía que pasar teniendo en cuenta la evolución de la ola, la primera desde que se inauguró el edificio.
Ha habido brotes como esos de manera constante en los últimos meses y no han cerrado nada, así que supongo que este es peor. Pero hay que guardar las apariencias: cerrar lo justo para que parezca que se hace algo, pero no tanto como para parecer que todo es un desastre.
Yo estoy agobiada porque me harta el tema. Quiero desconectar, hablar de otras cosas, pero la gente solo tiene esa conversación. Quizás es lo normal si ves a alguien después de mucho tiempo. Le preguntas cómo le han ido las cosas, cómo está su familia, cómo ha pasado estos meses. Es distinto con las personas que ves todos los días y que solo hablan de eso: mascarillas, vacunas, infectados, enfermos, UCIs, mascarillas, enfermos, UCIs. No puedo más.
Todo parecerse repetirse.
Quiero salir del bucle.
Casi que es el día de la marmota, cada día se repite, como en aquellos primeros momentos
ResponderEliminarPues a trabajar en casa. Que contengamos la pandemia. Un abrazo, y feliz Navidad
Sí, es como un mal sueño recurrente.
EliminarSobre lo de trabajar en casa... puede que hasta haya entrada sobre eso antes de Navidad. :D
Un abrazo y felices fiestas!
Cierto. Yo también estoy viendo que todo se va pareciendo a ese Marzo tan recordado que no añorado(bueno, yo lo pasé un poco bien). Y estos son los entrantes. El plato principal avisan en los centros de atención primaria que podría llegar para pasadas las fiestas. Al menos estás en casa. No descuides ni un segundo la protección cuando salgas. Saludos
ResponderEliminarQuiero pensar que no será igual porque con las vacunas, incluso con sus limitaciones, estaremos un poco mejor, pero la situación se está poniendo realmente fea.
EliminarUn abrazo y felicies fiestas, Sergio.
Es cierto que el tema harta, pero la distopía se resiste a irse, con las mutaciones del virus. Y con la complicidad de los antivacunas, que persisten con sus caprichos.
ResponderEliminarPor acá, hay algunas reuniones masivas sin precaución.
Los mejores deseos, que el año próximo sea distinto.
Besos.
Yo estoy agotada psicológicamente. En la empresa donde trabajo, más que antivacunas o negacionistas, que de todo habrá porque somos muchos, lo que hay es gente a la que le da todo igual. Y cuando se trataba de otras cosas, las consecuencias eran mínimas, pero ahora son brotes a mansalva. :S
EliminarUn abrazo y felices fiestas.
saldremos de este eterno día de la marmota... Un abrazo, Dorotea
ResponderEliminarYo creo que sí saldremos, pero qué largo se hace el camino.
EliminarUn beso enorme. Y feliz año!
Siento como si simplemente se hubiera asumido que esta tiene que ser la forma en la que tenemos que vivir a partir de ahora. Que si hemos llegado hasta aquí sin vacuna, a partir de ahora que la mayoría estamos vacunados nos podemos relajar porque ya no será tan malo. Es un sube y baja predecible que parece no queremos evitar.
ResponderEliminarYo también estoy cansada, también siento que vivo en el día de la marmota aunque en un rincón de mí todavía persiste la esperanza de que saldremos de él. Y estoy convencida de que después de fiestas será peor, y de que todos lo sabemos.
Besos.
La gran mayoría de la gente que trabaja aquí es lo que piensa: vacunas=vivir como antes de la pandemia. Y es verdad que se puede retomar cierta normalidad, pero no han querido tomar medidas, hasta dejaron de hacernos pruebas... que ahora han tenido que retomar porque todo se ha desmadrado.
EliminarEstoy agotada.
Un abrazo y felices fiestas.
Te comprendo. Sé cómo te sientes.
ResponderEliminarGracias, Alexander. Envidio a quienes están tranquilos.
EliminarUn saludo.
Nosotros vivimos leyendo lo que pasa en Europa porque a los dos meses lo vivimos por acá así que estamos atentos... la suba de casos se está dando en forma alarmante igualmente... veremos que pasa... saludos y suerte ahí
ResponderEliminarAquí ahora mismo va en ascenso sin frenos. Menos mal que no está dando tan fuerte, pero se expande por todas partes. Suerte para vosotros también, a ver si no sube tanto ahora que empezáis el verano.
EliminarUn saludo.
Guau, como bien dice JLO acá tiende a replicarse lo que ustedes viven al tiempo después. Acá aún estamos en la luna de miel de haber sido obedientes con las farmacéuticas, OMS varias y empresarios y fundaciones de dudosa reputación ofreciéndonos la 3ra dosis de la vkuna. Se sabe en el ambiente que vendrá una 4ta, una 5ta, una 70ava y etc. El negocio rinde.
ResponderEliminarMás allá del miedo que vende la TV (ahora llegan al punto de poner música de terror de fondo en los noticieros de medio día y cena con los casos de covid) la gente en la calle no muestra mucho miedo ni cuidado tampoco. Estamos en verano, saldremos de vacaciones, tal vez en marzo nos encerrarán de nuevo.
En fin, me verás acá en los comentarios en marzo diciéndote cómo fuiste pitonisa de lo que pasa en Latinoamérica jeje. Y seguiré manteniéndome en la cada vez menor resistencia.
Un abrazo!
Espero no ser pitonisa... al menos de lo que pienso en negativo. Desde que escribí esto se ha puesto peor en cuanto a casos, pero los hospitales de momento están resistiendo, al borde del colapso, pero resistiendo. Y hoy parece que los números indician una leve bajada, a ver si es verdad que empieza. Hay mucho agobio.
EliminarUn abrazo.
Hola. Que gusto encontrarme con tu blog.
ResponderEliminarRespecto a esto del covid algo escribí en mi blog el año pasado.
Es penoso ver que son muchos los que no toman ningún resguardo y les da lo mismo lo que pase con otras personas.
Bueno, aquí estamos y seguiremos cuidandonos lo mas que se pueda.
Saludos desde Santiago de Chile
Hola, Ricardo:
EliminarGracias por pasarte.
Aquí en España, ahora mismo, es más un tema de cuidado personal que un tema institucional con restricciones y normas. Y el tema de las vacunas se ha politizado en muchas (sino en todas) las autonomías. Se me quitan hasta las ganas de vacunarme y eso que yo soy muy provacunas. En fin, tiempos complejos.
Un saludo.