Una vez más, cuando estaba a punto de entrar en la estación
para ir a trabajar, alguien se acercó a preguntarme por una calle. Un chaval
joven que, en este caso, acudió a quien pensó que podría orientarle mejor:
alguien que supuso que vivía por la zona porque estaba entrando, y no alguien
que estaba saliendo y que supuso que llegaba allí solo para trabajar. Y sí,
vivo por esa zona, pero la calle ni me sonaba. Tampoco me sé muchos
nombres de calles
cerca del trabajo, además las confundo unas con otras y las cambio de posición.
Me avergüenza un poco todo esto, pero aun así indico muy bien a la gente cómo
llegar.