Lost?, de Janne Räkköläinen |
Quizás no sepa los nombres, pero conozco bastante bien tanto el barrio donde vivo como el barrio donde trabajo, los he pateado y he callejeado, así que suelo preguntar adónde se dirigen en concreto y es lo que hice también esta vez. Al enseñarme el mapa en Google, pude decirle hacia donde tenía que ir. A veces la gente me dice: voy a la iglesia, o voy a esta clínica de fisioterapia, o voy al INEM y ya está, hecho. Un día hasta me puse a discutir con un viejo que se inmiscuyó en mis indicaciones a la biblioteca. Su argumento era: ¿Me lo vas a decir a mí, que estuve allí? Y el mío: Yo también, varias veces. Acabé gritándole a la chica cuando se alejaba: hazme caso, entra por la valla roja. Y es que es por la valla roja. La valla negra, por la que decía el señor que tenía que entrar, es de un instituto. El error lo puede tener cualquiera, pero lo adecuado es ser prudente y no organizar una discusión y menos en plan gallito: me lo vas a decir a mí. Pues sí, se lo digo las veces que haga falta.