The problem with censorship is..., de Cory Doctorow |
Ha pasado un mes desde mi última entrada. He estado bastante
ocupada con el comienzo de las clases de inglés en la empresa y en la academia,
un viaje inesperado, sesiones extra de fisioterapia para los dolores de
espalda, intentar escribir una historia para enviar a un concurso… No he tenido
demasiado tiempo para organizar las historietas del trabajo y crear una entrada
decente; se me han escapado los días y las semanas entre los dedos. Pero, de
pronto, cuando ya no tenía esperanzas de publicar nada hasta noviembre, la
historia vino a mí. La fuente no podía ser otra que la Rotten con una peripecia
paranormal, divertida y un pelín desquiciante. Me corrijo, muy desquiciante.
Esta Rotten es muy socorrida para el blog. Incluso cuando
pienso que está más tranquila siempre está ahí para montar una de las suyas.
También sobre esto reflexioné en la entrada paranormal porque está claro que,
si aparece por aquí, es porque sigue intensa, aunque quiera auto convencerme de
lo contrario. Y como parece que es mi musa, que cuando escribo sobre ella acabo
las entradas en un pispás, al poco rato de ponerme frente al ordenador, el
texto estaba terminado.