Mediodía. Sala de espera del salón de belleza. Vacía. De fondo, una emisora con música. Termina una canción ochentera a la que no ha prestado atención. El libro la tiene
atrapada como un imán hasta que empieza a sonar I want to know what love is y rompe el maleficio.
La mirada perdida en la puerta de la calle que parece
abrirse a los recuerdos más recientes: su primer encuentro cuando él le pidió
un bolígrafo, el último cuando la besó después de proponerle una cita. Su
primera cita en meses. ¿Por qué no ser sincera con una misma? La primera en un
par de años. Y ahí está en ese salón, esperando a que le hagan la cera completa
por si pasa algo. Tiembla, tiembla pensando en sus ojos verdes que un día la
vieron brillar a través de la niebla.