Martes 15 de julio de
2014
18:35h
Mi amiga Esther y yo estamos en la cocina tomando algo.
Quiero salir cinco minutos antes para ir al médico. Esther me dice que mi jefa
ya se fue, así que decido adelantar la salida diez minutos para no tener que
correr y llegar sudando. De pronto, escuchamos a alguien que saluda. Nos
miramos. Esther no ha podido ver quién entraba. ¿Es la Rotten? La voz parecía
un poco más grave, ella la tiene de pito. Y no se escucharon sus pasitos
rápidos, tiqui tiqui tiqui. Silencio.
Seguimos merendando y hablamos bajito. Nos interrumpe el
sonido del ascensor. Así que la persona que entró sigue ahí. Es extraño que la
Rotten no entre cotillear en la cocina. Le gusta tener todo bajo control.
Aunque desde hace tiempo meriendo más tarde y ella lo sabe. Cuenta con verme en
el zulo.
Pasan los minutos y el edificio está en silencio. Esther me
dice que me vaya ya, no sea que me la encuentre. Aunque sea así, no me puedo
parar con ella. Una cosa es ser educada y otra decir siempre que sí. Pero la
conozco y sé que si la veo me va a atrapar. Un día me la encontré camino del
tren. Ese día también iba al médico, apurada porque no había podido salir unos
minutos antes. Se lo dije. No le importó. Me persiguió un poco más allá del
cruce donde nos teníamos que haber separado.
Entré en mi despacho, contesté rápidamente un email de
trabajo y salí al pasillo con el cepillo de dientes en la mano. Al otro lado
del pasillo estaba ella, con un chupachups, hablando con las arpías. Bajito,
confabulando. Nos miramos. Hizo el ademán de acercarse. La saludé con el
cepillo y le dije adiós sonriendo como una lolita.
Cuando regresé del baño un email de Esther me gritaba: ¡Era
ella! Lo mismo que iba a escribirle antes de marcharme… para que las paredes no
escuchen.
Miércoles 16 de julio
de 2014
13:05h
Después de recoger unos papeles, voy a administración a que
me paguen un reembolso. A mi compañera le cuesta encontrarlo. Hay dos tipos de
formularios para hacer los justificantes, voy a señalarle el que utilicé por
si le resulta más fácil buscar y me dice que ya ha aparecido. Me llevo una
sorpresa porque ella coge un justificante hecho con el otro formato, le
pregunto si está segura y cuando me lo da para firmar, compruebo que todo es
correcto. En un segundo, sé lo que ha pasado: la Rotten ha metido las zarpas.
Yo me hago mis justificantes de gasto para ahorrarle
trabajo. Aunque me echa una mano porque es la secretaria del jefe, no tiene por
qué hacer estas pequeñas cosas de la gente del departamento. Cuando era una
recién llegada, le pasaba los tickets y facturas y ella me hacía los
justificantes, pero en vez de poner el concepto que yo le decía, quería
cambiarlo. Si le decía que el gasto era de productos para pulir manzanas, ella quería poner que eran papeles de envoltorio para mandarinas. Me costaba demasiado tiempo convencerla, así que
decidí aprender a hacer los justificantes y así ser autosuficiente. Por
supuesto, no le pregunté cómo hacerlos, sino que le pedí ayuda a Esther. Que no
acudiera a ella le cabreó muchísimo, pero no dejó de hablarme, por desgracia.
Después de enviarle los primeros justificantes, me llamaba
siempre para decirme que algo estaba mal. Yo sabía que estaban bien. No poder hacer
los cambios la enfadaba y acabábamos discutiendo. Al final, se dio por vencida
con los justificantes y empezó a corregirme los certificados que tenía que
firmar nuestro jefe. Sólo una vez hubo que cambiar una cosa, pero ella quería
mover aunque fuera una coma. Incluso en una ocasión se lo envié en formato
electrónico porque no tenía papel con el sello de la empresa y casi lo
descuajeringa porque en su ordenador se veía con otro formato.
En lo que respecta a nuestro trabajo juntas, he tenido que
hacerlo perfecto y así pasaron unos años sin darme problemas. Hasta hoy. Mejor
dicho, hasta hace dos semanas. Al ir a hacer el justificante de gasto, vi que
habían cambiado uno de los códigos. Mi error no fue poner el código mal, sino
preguntarle a ella. Sembré la duda y le di la oportunidad de cambiar algo. Como
el contenido era correcto, ¿qué podía cambiar? El continente.
Para mis gastos, como son simples, utilizo el formulario
sencillo. El otro se utiliza para viajes, en los que los empleados tienen
muchos gastos de diferentes tipos y con cambios de divisas.
¿Por qué tuvo que cambiarlo? Porque necesita sentirse
superior, restregártelo a la cara y dejarte como una mierda; necesita saber que
sabe más que los demás (perdón por la repetición); necesita ayudar aunque la
otra persona no necesite ayuda para sentir que la otra persona depende de ella;
necesita perder el tiempo para poder seguir diciendo que está ocupadísima, que
no le llega el horario de trabajo para hacer las cosas y que los demás la vean
como víctima. Menospreciar nuestro trabajo es como un orgasmo para ella y sentirse por encima de los demás es como esnifar una rayita de coca. Pura euforia.
¡Dime donde trabajas que yo pongo firme a esa señora! Mis amigos acostumbran a pedirme que llame a tal o cual sitio para reclamar e indignarme lo que sea, porque se me da de lujo, suelo conseguir lo que quiero, y me desestresa eso de chillar un poco. Así que ya sabes... ;-)
ResponderEliminarComo me enfade mucho, te paso su número para que llames y la vaciles jajajaja. Gracias por la oferta. Reconozco que no tengo carácter para cabrearme con desconocidos, es una desgracia :(
ResponderEliminarParece que a esta señora le gusta menospreciar a los empleados de la oficina , lo único que te puedo decir es que tengas paciencia y no te amargues :D ..
ResponderEliminarSí, alivia sus complejos así. A veces me amargo, por eso escribo :D
EliminarPobre! Me recuerda a la película "El diablo se viste de Prada" ... o cambias de jefa o de trabajo. Eso es insoportable! Ánimos!!!
ResponderEliminarOMG! Espero que no sea tan terrible como El diablo se viste de Prada. A veces los que estamos dentro no vemos las cosas claramente. Cambiaría de aires, pero está tan difícil...
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