lunes, 7 de julio de 2014

¿A quién puede caerle mal Ascensión?

Hace tiempo que tengo ganas de hablar de la Rotten, pero siempre me han surgido otros temas y lo he ido dejando. Lo más probable es que sean notas inconexas, según vaya recordando.
 
Se llama Ascensión, pero cariñosamente mis amigas y yo le llamamos la Rotten, porque es igual de simpática que la señorita Rottenmeier, la institutriz de Clara. Tiene unos sesenta años, soltera, vive sola y todos los fines de semana se va a casa de su madre en una ciudad de provincias a unas tres horas de viaje. Está muy sola. Tiene tres hermanos, los tres solteros y cobijados bajo el ala de la vieja. Ese núcleo familiar es muy raro. Siempre que me habla de ellos me recuerda a un capítulo terrorífico de Expediente X en el que aparece muerto un bebé completamente deforme que resulta ser fruto de las relaciones de una madre con uno de sus hijos. Ella no tenía ni piernas ni brazos y todos se la cepillaban, pero era quien mandaba.
 
La Rotten empezó siendo la secretaria de mi jefa, así que trabajaba en el mismo edificio que yo. Menudo control. Por suerte, el súper jefe se quedó sin secretaria y ella cubrió el puesto y se mudó. Cada vez que aparece damos gracias porque se la llevaron. De hecho, hasta hace dos años yo llevaba una existencia bastante tranquila en lo que se refiere al acoso. De vez en cuando, venía a saludarme o yo iba a llevarle alguna factura, hablábamos un rato y poco más. Pero entonces llegó Sandra y se hicieron íntimas, estaban medio enamoradas (o enamoradas enteras, pero jamás lo reconocerían). Como son tan solidarias, buenas y guays, tuvieron que meterme en el grupo y formar un trío. Esto implica que cuando viene al edificio, pasa por el zulo a saludarnos, hay días que dos y tres veces. La empresa no está centralizada sino que tiene oficinas en varios edificios, así que pasea todo el día, por eso no le da tiempo a hacer las cosas y se tiene que quedar hasta las nueve. Si no viene de visita llama por teléfono y si puede, llama y visita, eso es su preferido.
 
Soy su paño de lágrimas. Es más, como confía más en mí que en Sandra (y no, no es un halago), me llama más a mí que a ella para contarme sus penas. Por las tardes, a veces no le cojo. Cuando llama por las mañanas, no me queda otro remedio porque después de colgar, tecleará el número de Sandra y ésta le dirá que estoy en mi sitio, bla bla bla. Como es la secretaria de mi jefe y tengo que pedirle ayuda, no puedo ser borde así como así. Quisiera mandarla a la mierda de una vez, pero no puedo. Con las visitas me pasa algo parecido. Si viene por las mañanas, tengo que aguantar el tiempo que esté aquí (aunque a veces digo que me tengo que ir a hacer alguna gestión y desaparezco, pero tengo que ser sutil). Por las tardes es otro cantar. Mi amiga Esther trabaja en la recepción y en cuanto la ve llegar me escribe para avisarme. Si puedo, salgo pitando. Pero es tan obsesiva, que no es la primera vez que pasa por el zulo, no me ve, sube al despacho de mi jefa y al irse, vuelve a pasar. Y ya me ha cazado. Una vez me escondí tras la puerta, pero no le llegó con abrirla un pelín y ver que no estaba. La abrió del todo para cotillear, me golpeó… y me cazó otra vez.
 
Siempre presume de que tiene muchos amigos. Pero si se pasa los días aquí y el fin de semana cuida de su madre, ¿cuándo los ve? ¿Qué relación puede tener con ellos? Creo que es todo ficción, si no, no me contaría sus penas a mí. El otro día tuvo un problema con una compañera de trabajo. Fue a su casa y la otra la trató bastante mal. Me gustaría conocer la versión de las dos o haber mirado por una mirilla. Ahora me llama siempre que hay novedades sobre el asunto, para ponerme al día.
 
Le encanta todo el rollo de la ley de la atracción y no para de soltar discursos intentando adoctrinarnos. Sólo es válida su opción. También nos habla mucho de un médico naturista (el médico loco) al que acude cuando está en casa de su madre. Le pone chinchetas de acupuntura y lleva trocitos de esparadrapo por todo el cuerpo para sujetarlas. Hace unos días se subió la falda hasta el muslo para enseñármelas. Parece que este zulo despierta las ansias de la gente por despelotarse.
 
Hoy casi estalla una tormenta. En realidad, lo que rondó por aquí fue una de esas tormentas secas. Desde que apareció por aquí Mr. Lolas, Sandra le hace mucho menos caso a La Rotten. Ya no se levanta para abrazarla, ni grita de emoción cuando aparece en la puerta y hoy la desquició por teléfono. Se pasó la mañana explicándole el funcionamiento de un programa que utilizan las dos. La Rotten no acababa de pillar el rollo y la llamó varias veces. Sandra no paraba de resoplar, cada vez más alto, harta de aguantarla. Para rematarle el día, apareció por aquí cerca de las dos, la hora en la que muchos salimos a comer. Sandra hace toda la jornada seguida, pero Mr Lolas, becario, se va más o menos a esa hora y eso es lo que hizo. Cuando Sandra lo vio levantarse se puso tensa. ¿Ya te vas? La tensión fue en aumento, notaba cómo lo miraba por el rabillo del ojo mientras La Rotten seguía explicándole la lección y ella se volvió niña mimosa por un momento. Yo quería ir a por una coca contigo. La Rotten se puso en guardia con esas palabras y los celos llenaron su boca. Si quieres te explico esto en otro momento. Y Sandra se tuvo que disculpar con un no, no, es igual, para que no se le viera el plumero (no entiendo por qué tanto secretismo, si todas sabemos lo que hay). El maromo se marchó dejándolas a las dos mosqueadas, y a mí con las puntas del pelo chamuscadas por los rayos que salían de sus ojos, de sus orejas y de las puntas de los dedos.
 
Tanta tensión tiene que estallar y lo que lamento es que me voy a ver en el medio porque estoy todo el día aquí. La Rotten tiene el don de desquiciar a la gente y Sandra ya ha olvidado lo que me dijo cuando se conocieron: ¿A quién puede caerle mal Ascensión?

4 comentarios:

  1. Risas con la escena de la puerta como escondrijo...

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    1. Pues si me vieras, jajajaj. Gracias por pasarte, qué sorpresa! :)

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  2. No creas que Ascensión es un personaje poco común en realidad personas como Ascensión diría yo que son el 90% de la población , la mayoría de la gente es solo un gran escaparate donde no hay nada detrás , ...que pena.

    pero bueno esta es la monstruosa sociedad que hemos creado , un abrazo.

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    1. En cuanto a soledad y apariencias supongo que sí, pero es un personaje peculiar y de verdad espero que no haya muchos como ella. Lo siento sobre todo por quienes tienen que aguantarlos.

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