Espera en la esquina de siempre a que aparezca y pase sin
verlo, caminando como si flotara en una nube sin importarle nada lo que sucede
a ras de suelo. La lluvia lo empapa, hace tiempo que se coló por alguna rendija
al interior de sus zapatos y está empezando a traspasar el abrigo, pero la espera
vale la pena, quizás sea hoy el día en que a ella le llame la atención algo del
mundo real y al fin se dé cuenta de que coinciden cada mañana. Le da igual tener
esas pintas, empapado, el pelo aplastado contra la piel y temblando como si
tuviera miedo. Miedo de ella.
En el interior de un coche parado en el semáforo suena Non lo dirò col labbro. No sabe cómo se
titula, solo le suena la música de una peli que una de sus ex
veía una y otra vez. Luz verde. El coche avanza dejando libre su campo de
visión. Al fondo de la calle, después de la curva, aparece la figura envuelta
en un abrigo rojo, mirando a un mundo que solo existe en su mente. Se agacha para
observar algo en el suelo. Él no alcanza a ver que son las primeras amapolas de
la temporada, los pétalos empapados y aplastados unos contra otros, encorvadas
por la lluvia, temblando por el viento, como si le tuvieran miedo al frío
inesperado. La chica del abrigo rojo, ella, las toca con dulzura. Avanza un
paso y se para de nuevo. Saca su móvil del bolsillo y les hace una foto a las
delicadas flores que, sin estar en su mejor momento, anuncian ya la llegada de
la primavera.
Que maravilla Te inspira la música a mi tambien como me inspira una imagen.Escribes maravilloso disfruto tus entradas ya que sos real como a mi me gusta mil besos compañera de sueños
ResponderEliminarMe inspira muchísimo, a veces con sentido (como esta entrada) y otras sin él, pero me encantan estos minicuentos. Por cierto, estoy difundiendo tu poema de la Dolores... ¡es que me ha encantado! Y ha tenido mucho éxito entre mis amigas :D MUAC
EliminarCreo que siempre le das un sentido a lo que escribes. O yo se lo encuentro. Aunque te parezca mentira, a mí también me inspira la música. A veces. Y siempre escribo con algo. En silencio imposible. O posible pero lo paso peor.
ResponderEliminarLa chica del abrigo rojo, no podía ser otro color viniendo de ti, es como el misterio que todos hemos elegido alguna vez. El que no haya espiado nunca aunque sea un poquito a alguien, en plan rockstar, en su adolescencia... Yo tenía un amigo que espiaba a una chica a la que decía amar aunque no la conocía de nada. Pudo presenciar desde unos arbustos cómo se amaba con otro chico en un banco. Pero no quiero romper ni tu poesía ni la del tema musical. Besos
Me halaga que le llames poesía a este minicuento :) Y no la estropeas! Al contrario, me encanta que haga surgir recuerdos como los textos de los demás. Lo de escribir con música lo llevo a ratos. Hay veces que la necesito y otras no puedo escribir nada si no es en el más absoluto silencio.
EliminarQué divertido es espiar. Tengo que reconocerlo :D Espié hasta bien entrados los veinte, la adolescencia bien atrás, pero después de dejarlo he sido más espiada y lo curioso es que ha sido por hombres mayores que yo, así que debe de ser que en realidad no tiene edad.
Besos