viernes, 15 de febrero de 2019

Portazo va, portazo viene

Please don't slam door
The doorbells are blurry; I figure thats ok, de David Goehring
La mini ofi está a rebosar de tensiones. En cierto modo Sergio lo presagiaba en los comentarios de mi entrada anterior al preguntarme si Sara Pestes es vengativa. No creo que lo sea, pero sí quiere doblegarme, que le bese los pies y baile al son de sus gritos y sus portazos. Quizás soy demasiado cortada para enfrentarme a ella y decirle “PARA DE UNA PUTA VEZ DE MALTRATAR LA PUERTA”, pero no voy a cargar con marrones suyos, dentro o fuera de mi horario laboral. Desde que le dije hasta mañana cuando ella quería la respuesta en el momento, ha intentado una y otra vez, casi a diario, que me espatarre, que reconozca su grandeza. Me he rebelado llamándole cochina con sutileza (creo que no pilla la ironía) y abriendo la ventana para ventilar cada día, aunque a ella le molesta, o simplemente diciéndole que no.
 
Sé que (yo) tenía razón al decir que no porque se quejó de mí, pero no me llamó nadie después para meterme en cintura, cantarme las cuarenta o darme una lección. Si lo hubieran hecho, habría vuelto a decir no, un NO bien alto. Quería que hiciera algo que no entra dentro de mis tareas, que no tiene nada que ver con mis conocimientos y, además, era un marronazo. Por eso quería tirarme el saco de mierda, claro. Portazo.

Portazo cada vez que no le río un chiste malo. Portazo cada vez que no le hago caso a alguno de sus comentarios repetitivos y trasnochados. Portazo cuando paso de sus presunciones disfrazadas de confidencias de amiga. Portazo cuando antepongo mi trabajo a sus idioteces. Portazo porque es caprichosa y tiene berrinches, uno tras otro. Portazo. Portazo. PORTAZO.

Este es un pequeño resumen de los últimos once días. Ojalá se enfadara conmigo de verdad, para siempre. Ojalá dejara de hablarme. Pero le pasa lo mismo que a Sandra, necesitan a los demás para contarles a alguien sus cuitas y sus quejas, para victimizarse y sentirse el centro de atención. Así que al final la que se arrastra hacia mí es ella y ni siquiera se da cuenta. En ese momento se acabaron los portazos y todo son puertas abiertas.

6 comentarios:

  1. Qué mal rollo Dorotea😫...pero gracias que estás siendo inflexible y te mantienes en tu lugar!!
    Y así es como los demás ven que ya no pueden hacer nada, que su poder se desvaneció porque la otra persona aprendió a que no le afectaran las payasadas ajenas 👏👏👏 y los malos rollos. A parte de plantarte con trabajos que no son tuyos.
    Te mando mogollón de energía para que cada día te tomes los agravios y las desfachateces de esta peña por...por donde todos sabemos!!!!🤭😂 Un besazo gigannnteeee!!!!!

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    1. Sí, estoy contenta porque para mí, que nunca me atrevo a nada, esto ya es un logro. Es que no deberíamos permitir nunca los abusos y que esta lo hace por capricho. Como me gustaría decirle que te den, pero mientras no llega ese momento, tendré que hacer pequeñas rebeliones.
      ¡¡Muchas gracias por tu ánimo y tu energía!! MUAC

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  2. Qué divertido verme linkeado y hasta incluido casi, casi entre tu elenco de personajes como pitoniso involuntario sobre el comportamiento de Sara Pestes. Más bien psicólogo del comportamiento de estos trastornados.
    Te necesita. Tú misma lo entiendes cuando dices que se arrastra a ti. Es como "mi" Fernando. En su mundo la mayoría de gente no les aguanta ni cinco minutos. Tu y yo les hemos aguantado un poco más y no pueden soltar a su presa fácilmente. Esos portazos los da porque mejor atacar la puerta que a la persona que necesita que eres tú. Pura frustración de tu lapa personal. Ay, cómo me duele decirte que yo sigo en estos tiras y aflojas y no consigo sacudirme en una batalla final a mi supervillano. Tiene que haber un modo pero aún no lo he encontrado. Así podría darte más ánimos. Eso sí, como dice Maman Boheme, sigue inflexible. Cuando sales del trabajo la pestes debe esfumarse de tu mente. Un abrazo

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    1. Ais, S. Cómo siento leer que tampoco has podido librarte de Fernando. No solo porque me daría esperanzas, sino porque es inhumano que tengas que seguir aguantando a ese ser. Uf.

      Sí, son dependientes. A Sandra la tiene comiendo de su mano y quiere hacer lo mismo conmigo. Y la soledad, que es muy mala, aunque vaya presumiendo de amigos y comilonas. Así que se agarra a nosotras como lapa, solo que yo me he echado un repelente y eso la tiene un poco cabreada. :D

      Espero que podamos librarnos de esta gente (gentuza).

      Besos.

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  3. Me gusta tu blog querida Haces partícipe a Sergio de tus acciones me gusta es real y esta vivo. Me gustan las realidades que vivimos yo hago lo mismo
    Escribir es un escape del cual no podemos escapar
    un abrazo Te disfruto
    Mucha

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    1. Sergio y tú sois tan participativos que es inevitable no involucraros en mis textos de vez en cuando. Aprecio mucho vuestros comentarios. Los vuestros, los de Mamam, me ayudan a seguir escribiendo, a vencer la pereza.
      Un beso enorme.

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