sábado, 10 de agosto de 2019

Lo que me inspira la música (12): Mojito





Me sirvo un mojito.

Agosto. Sábado noche. Estoy sola en casa, se oye música de las terrazas de la calle y he pensado por qué no podría pasar yo también un buen rato, quizás emborracharme por una vez, aun en soledad.

Mojito.

Abro mi diario y comienzo a escribir compulsivamente. Mientras la tinta del bolígrafo llega a las últimas pienso que es una costumbre trasnochada que no puedo dejar. No sé si alguien más seguirá gastando hojas de papel, pero a mí me relaja, mi mente funciona a mil por unos segundos para luego descansar. Descansar.

Cierro los ojos, respiro hondo, hasta me olvido del mojito...

Vaya, lo he vuelto a recordar.

Mojito.

En la lista de reproducción salta Still Loving You. Siempre me ha gustado esa canción de Scorpions pero hoy me fijo en la letra y me decepciona por no decir que me espanta. Canta un tipo que se niega a perder a su chica, como mi ex. No, no. No es violento, solo que no ha superado que lo nuestro se ha acabado, que lo poco que teníamos ya no está y me sigue mensajeando y haciendo proposiciones más o menos sutiles para echar un polvo esporádico, por si pico en caso de estar tan desesperada como él. Solo sexo, como antes, pero diferente porque ahora apenas hablamos.

Mojito.

La diferencia es que mi ex nunca ha matado mi orgullo porque nunca he tenido. Y tampoco sabe lo que he pasado porque solo se interesa por él mismo. Ni siquiera le ha interesado nuestra amistad, lo único importante que teníamos. Para él siempre estuvo en un cubo de la basura. O ni siquiera eso. Puede que solo existiera para mí.

Mojito.

Ahora, en soledad, rodeado de tristeza y aislamiento, necesita a alguien que lo escuche. Estoy convencida de que nunca me ha querido, como el tipo de la canción a su chica. Y aún así, siento esta canción como el himno perfecto para él.

Mojito, mojito, mojito.

No sé por qué acude a mí, pero ahí está su mensaje de hace dos días diciendo que está pasando un momento de bajón y, a pesar de tener un buen trabajo y un hijo…

Espera, espera. ¿Cómo que un hijo? ¿Desde cuándo tiene un hijo? Nunca me dijo… Esa es la prueba de lo que le importaba nuestra amistad, más allá del sexo, más allá de los años y más allá de todo. No entiendo por qué me lo cuenta ahora si el niño ya existía cuando nos conocimos. Quizás porque está intentando cambiar las cosas que mataron nuestra relación sin darse cuenta de que realmente ya no hay opción para nada entre nosotros porque él prefiere Still Loving You y yo, en cambio, me decanto por Wind of Change.

Mojito.

Cierro el diario y me sirvo otro.

Mojito.

6 comentarios:

  1. Buf , qué magnífico texto. No tiene desperdicio. Hasta el mojito que te tomas me ha recordado a algunos que me he tomado yo en casa. Le he cogido el gusto a esas vacaciones caseras aunque también he hecho de las otras. De las que cansan más que ir al trabajo. Al menos físicamente. Pero ese ex tuyo y la música parece que hacen buen maridaje, me has convencido. Creo que la letra se le adapta como un guante. Porque lo de no contar lo del hijo es de traca. La historia de individuos a los que nunca les ha importado la otra parte de la pareja está el mundo saturado. Es casi lo habitual. Aunque puede que tu indiferencia le esté sentando mal y ahora sí le estés importando. Nunca hay que menospreciar el poder del orgullo herido. Saludos desde otro rincón de las vacaciones. Las mías ya en franco retroceso por haber consumido otra parte en Mayo.
    P.D. Yo tengo libretitas en las que de vez en cuando escribo a bolígrafo algo que quiero recordar, una idea, citas de libros de biblioteca o hasta un post entero. Pienso diferente sobre el papel. Creo que mejor. O por lo menos lo disfruto más.

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    1. Para mí el papel sigue siendo fundamental. Incluso el otro día leí un tuit de un escritor que decía que cuando te bloquees, cojas papel, así que no debe de ser solo una manía nuestra. :D

      Y en cuanto al tipo del relato, le va la canción que ni pintada, pero intercambiamos un papel: creo que sin querer la que maté su orgullo fui yo. Has dado en el clavo en todo.

      Un beso enorme y, disfruta las vacaciones que te quedan. Las mías también están en las últimas.

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  2. Me tomo un mojito, y lo que haga falta, a tu salud.
    A mí también me gusta escribir sobre papel, deslizar el bolígrafo sobre él. Me relaja y da seguridad. Es como si todo encontrara su sitio una vez escrito.

    Besos.

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    1. Y a tu salud también, Devoradora de libros. :)

      No sé, quizás es porque aprendí a escribir en papel, porque durante años, todos los de mi infancia y adolescencia (que son años que nos marcan mucho) escribí en papel, pero me pasa como a ti, me relaja, pongo mis ideas en orden o en desorden de otra manera. Influye también el hecho de que no es tan fácil borrar y empezar de nuevo como en digital... o da más pereza.

      Un beso enorme.

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  3. Una noche que podría haber sido introspectiva para disfrutarte a ti misma (y los mojitos, claro) te toca estar recibiendo mensajes del ex o recordándolo.
    Tal vez él extraña la comunicación? el que le escucharas, o es simplemente su ego que se niega a que ya no estás ahí. Como sea, le falta dar vuelta la página.
    Un gran abrazo!

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    1. A mí me da la sensación de que le falta pasar página, pero puede que también tenga algo de las otras opciones... En cualquier caso, después de tanto tiempo, habría preferido que el secreto siguiera guardado... aunque no existiría este relato. Croe que me volví un poco nocturna como tú. :)
      Un abrazo.

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