lunes, 12 de octubre de 2020

Covid-19, Diario de un encierro (18): La semana da asco

Lunes 5 de octubre de 2020

Primer día laboral del confinamiento. Que si cierre por aquí, que si cierre por allá. Y yo me pregunto qué cierre si todos los bares están abiertos como si fuéramos un país de borrachos.

Tuve que limpiar una mierda que la Pestes dejó tirada, pero no me corté en dejarla en evidencia. Tampoco a la tercera persona implicada. Se ve que no estoy empezando la semana de buen humor, porque si el lunes no me corto, veremos cómo será el viernes.

Por la tarde salí a clase de inglés desde casa. Llevaba en el móvil la matrícula escaneada, que es donde aparecen los días y las horas a las que voy. Al llegar a la estación vi que un coche de la policía nacional hacía la ronda. Se dirigían hacia mí lentamente. Yo muy segura, erguida, mirada al frente. El copiloto me echó un ojo y pasaron de largo. Son como perros que huelen el miedo y yo de miedo, poco. Llevaba mis papeles conmigo, ¿qué podía pasar? Aunque lo más probable es que vieran mi carpeta y sacaran conclusiones. En cualquier caso, fue lo más emocionante que me ha pasado en semanas y ni siquiera me cachearon.

Al volver me encontré con Rabonegro y se estuvo refrotando contra mis piernas un buen rato mientras maullaba contenta y me pedía caricias con la cabeza. Rabonegro es la gata de unos vecinos cercanos. Se ve que se escapa todos los días a dar su paseo y cuando regreso de clase me la encuentro casi siempre. Es igualita a una gata que tuvimos en casa: menuda, blanca, rabo negro, mancha negra entre las orejas, pelaje suave. Desde el principio tuvo un flechazo conmigo: la primera vez que me vio corrió hacia mis piernas y me marcó sin dudarlo. Sé por los perros y gatos que hemos tenido en casa que tienen cierto instinto para saber quiénes son amigos y quiénes no. A mi padre lo adora y eso que lo ve de Pascuas en Ramos, en cambio se esconde de muchos de nuestros vecinos.

 

 Martes 6 de octubre de 2020

Tuve que enseñarles a Sandra, Mike y Marisol/Marinube una parte de mi trabajo. Entre los chanchullos que la Empresa A y la Empresa B se montan y que mis jefas me han tenido durante años trabajando en otras cosas, ahora hay que conseguir los resultados de tres años en uno solo y ellos me van a echar una mano. Los dejé con la cabeza echando humo, Sandra un poco asustada. Pues sí, Dorotea la que no se queja (solo en su blog) hace cosas que tienen su intríngulis. A ver si alguien lo valora de una maldita vez.

Después nos metimos en la reunión de departamento en la que la Pestes intentó victimizarse. Todas pasamos de ella.

 

Miércoles 7 de octubre de 2020

Al levantarme por la mañana me encontré con que no veía ni un solo canal de televisión. De pronto recordé que tocaba el apagón por el cambio en la distribución de frecuencias y la resintonicé mientras desayunaba. Al mediodía me interceptó mi vecina de al lado para decirme que igual tenía que tirar de mí para no perderse el culebrón turco de la noche porque ninguna de sus hijas quería sintonizar su televisión. Le dije que no contara conmigo, que no iba a estar por la tarde. Lo que faltaba. Si estuviera sola le ayudaría. Pero no lo está. Una de sus hijas come todos los días con ella, de hecho hoy no fue a trabajar y estuvo con ella toda la tarde, pero prefiere estar tirada en el sofá que ponerse con el coñazo de los canales. Pues yo también prefiero estar tirada en el sofá.

Lo coñero de esto es que tuvieron dos discusiones gordísimas, pero gordísimas, por culpa de la televisión. En la segunda, su hija salió dando un portazo que hizo retumbar el edificio y gritando como una loca que ella no pensaba hacer lo de la tele, que no sabía hacerlo (¡ja!), que lo hiciera su hermana. No sé si lo gritó para que la oyera yo, para que lo oyera su hermana que subía con sus hijos en el ascensor o para que lo oyéramos las dos. Y no, no penséis que estoy suponiendo demasiado. Las conozco demasiado bien como para no sospechar de sus intenciones. En realidad, las dos hijas hablan a gritos para la comunidad todo el rato y tienen segundas intenciones muy a menudo.

Mi jefa me endosó un marrón que le tocaba a Sandra. Se ve que hoy es el día en que todo el mundo quiere sacar algo de mí.

 

Jueves 8 de octubre de 2020

Un marrón, dos marrones, tres marrones.

Llamadas de mi jefa cada cinco minutos toda la maldita mañana. Tengo que empezar a ignorarla de vez en cuando. Me rompe el ritmo, no me deja concentrarme, así no se puede trabajar.

Por la tarde, en cambio, se decantó por una superllamada de hora y media en vez de muchas pequeñas. Me hartó tanto tanto, que le dije que cómo quería que saliera el trabajo adelante si no paraba de mandarme otras cosas. Estuve a punto de renunciar y huir, pero si dejo el trabajo no tengo donde caerme muerta.

Los del Supremo han tirado abajo el confinamiento de Madrid.

Empecé las clases de inglés en el trabajo. Coincido con tres de mis compañeros del año pasado. Ahora duran la mitad de tiempo porque han dividido los grupos para que sean más pequeños en modo online. No llega a nada. O quizás es que rajamos demasiado.

Estoy comiendo como una cerda, me puede la ansiedad.

Sigo sin síntomas.

13 comentarios:

  1. Que divertido tu escrito Andas perdida me imagino
    jajajaja lo que te pasa. Un abrazo y se feliz querida

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  2. Un diario entre humorístico y con avatares de la vida. Muy chula tu semana, y completita.

    Un abrazo, y por el gato de vecino :-)

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    1. Llevo semana y pico en que a las semanas no les falta de nada, aunque sean lo mismo de siempre. En realidad, sí les falta un poco de humor, al menos me quedan la escritura para darles un poco de gracia. :)

      Un saludo.

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  3. Pues he visto mis dudas respondidas antes de lo que esperaba. Asintomática. Genial.
    tu diario está lleno de variedad y diversión para el que lo ve desde fuera. Ni un sólo día en el que alguien te perturbe la paz. La pandemia está al fondo claro, pero van tomando protagonismo hechos de una cotidianeidad de la de siempre. Totalmente creíbles esas hijas que no ajustan los canales(muy grande esa anécdota) o lo que piensas de las mascotas(sí, creo que lo saben de algún modo, que somos amigos o no). Pues seguiré conectado a este canal, lo tengo bien sintonizado. Aunque espero que te vaya bien. Saludos

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    1. De momento sigo bien. Me alegra tambien leerlos y ver que seguís bien.

      La pandemia nos condiciona, nos afecta, pero sí, la cotidianidad se impone. Y supongo que es bueno olvidarse por un instante para poder mantener la cordura.

      Jajaja, este canal por suerte siempre está en la misma onda.

      Un saludo.

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    1. En estos días lo llevo un poco cuesta arriba. Espero que tú lo lleves mejor. Supongo que esto va por rachas y vamos subiendo y bajando de ánimo. :)
      Un saludo.

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  5. No he pillado lo de la mierda tirada (tú sí la has pillado, o limpiado), ¿qué pasa, no usa la taza? Joder, y luego me quejo yo cuando veo una cacola de la nariz debajo de la mesa del despacho de una de las que curran aquí (de verdad que me está cambiando un poco el concepto de feminidad).

    Jajaja, ni siquiera te cachearon? De Rabonegro mejor no digo nada, porque ya sabes lo que iba a decir, ¿no?, sí, justo eso, que los perros y gatos sólo atienden a dos sílabas. El perro de un conocido mío no le hace ni puto caso. Rigoberto le dicen… :-( … al perro...

    En fin, chica, controla la comida o haz lo que quieras que es lo que harás ;-)

    Que un abrazo muy grande para abarcarte!

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    1. Jajaja. Era una mierda metafórica, jajaja. Aunque a veces en el baño del trabajo he encontrado cosas muy asquerosas. jajaja. Me temo que lo de las cacas de la nariz y otras asquerosidades no tiene género. Es neutro total.

      Es verdad que dicen que solo atienden a una o dos sílabas, pero como a esta no la llamo por el nombre pues da igual. Es solo para tenerla identificada. Aunque una de las perras de casa se llama Carbonilla y atiende, solo que igual que se queda con el Carbo, o con el Illa, quién sabe.

      Ay, lo de la comida es un horror. He empezado a portarme mejor este fin de semana, espero ir poco a poco regulándome. Muy mal. :(

      Otro abrazo para ti. Sí, ahora necesito uno enorme y aun así no sé si llegaría. En fin...

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    2. Dos cosas: 1) no, no puede ser neutro, las mujeres no hacen esas cosas, me niego.

      2) Llegaría, te lo aseguro ;-)

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    3. Jajajaja, lo es! Neutralidad total, jajaja.

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  6. MUCHAS GRACIAS por citar una entrada de mi blog! :-)
    Rabonegro es un gran nombre para gato, no lo había oído!
    Y sí que tienen un radar para ciertas visitas y las vibras que traen, aunque hay unas lógicas extrañísimas que sólo ellos entienden, por ejemplo cuando yo tenía mi gatita y venía alguien que no le gustan los gatos, la gata más se acercaba xD o he escuchado historias de gatos que eligen justo irse a dormir a la cama de quien sufre de alergia a ellos.
    A pesar de todos tus altibajos creo que te paras bien frente a todo lo que te están pidiendo, exigiendo y pidiendo.
    Lo de inglés me interesa, me imagino están viendo formas más avanzadas ya?
    Un gran abrazo!

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    1. Un placer. Me encanta enlazar a blogs que leo, solo que a veces no tengo tiempo para escarbar. Pero esta me la pusiste en bandeja. :)

      Leí hace algún tiempos sobre esto que comentas de los gatos. Parece que les atrae pegarse a gente que pasa de ellos, como los alérgicos, como si fuera un reto. Y sí, es una contradicción con lo que cuento en la entrada, pero es que no es blanco o negro, hay todo una gama de grises incluso en la personalidad gatuna. :D

      En inglés, con un poco de suerte, me presentaré al examen de Advance de Cambridge después de terminar el curso en junio. Veremos. Tengo la oreja muy dura, pero últimamente me encuentro con problemas con otros ejercicios (como los de reading y transformaciones).

      Un abrazo, nos leemos!

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