miércoles, 27 de enero de 2021

Covid-19, Diario de un encierro (22): La tercera ola

Calle de Madrid todavía sin limpiar, Dorotea HydeDorotea Hyde

 

Lunes 18 de enero de 2021

Me tocó ir a hacer la prueba de covid para poder ir a trabajar a la oficina. Como abrieron las instalaciones de la empresa el miércoles pasado, pensé que las calles estarían mejor, pero algunas estaban en muy mal estado. Otras estaban decentemente bien, con caminitos pegados a las casas. Tenías que elegir entre no patinar en el hielo o que no cayera algo sobre tu cabeza. Pero lo que más me impactó fueron las calles que todavía estaban cubiertas de nieve porque dan una idea de cómo fue la nevada regalada por Filomena. Me costó llegar. 

 

 

La acera de la derecha, Dorotea Hyde

Fui al mismo edificio que en septiembre, pero a otra planta. Han montado una enfermería real. Me sentí como entrando en un hospital. Han contratado a dos personas para registrarnos e indicarnos a qué box tenemos que dirigirnos. Y confirmé con mis propios ojos que al personal de limpieza y de seguridad de esa sección no le dan mascarillas de alta protección. Me parece indignante, por decir algo suave.

En septiembre nos hicieron análisis de sangre, esta vez la prueba rápida de antígenos. Mejor, porque al mediodía zampé lo que no está en los escritos y habría destrozado los niveles de glucosa, colesterol, triglicéridos y cualquier otro parámetro que se pueda hacer pedazos por comer toda la comida que haya en casa. Por suerte fue rápido pero, si soy sincera, doloroso. Noté cómo se clavaba en la nariz. Todo el mundo dice que se pasa al cerebro como exageración de lo desagradable que es, pero en realidad se cuela casi hasta la garganta. Eso tampoco es nada agradable, notas cómo se dobla y se retuerce hasta encontrar el camino. Un poco más y llegó a la úvula.

Ya está. Ya está.

 

La acera de la izquierda, de Dorotea Hyde

 

 La buena noticia del día es que ha aparecido el gato que teníamos perdido. Una historia culebronesca, como todo lo relacionado con él.Se escapó hace tres semanas al salir de la clínica veterinaria. Mientras estuve en casa de mis padres volví todos los días al lugar para al menos dejar mi rastro, saltándome la prohibición de ir a otro municipio y habría pagado la multa encantada si hubiera podido encontrarlo. Llovió tanto aquellos días que no pudimos poner carteles, aunque todas las redes gatunas de la zona estaban avisadas. Estoy convencida de que él olió nuestras huellas porque apareció muy cerca de la clínica, en un sitio en el que estuvimos buscándolo. Está en un estado un poco lamentable, puede que pierda el ojo derecho, pero ya está en casa descansando, tomando tratamiento y acosando la nevera. Lloramos como magdalenas de la felicidad.

 

 

 

Mini muñeco de nieve, de Dorotea Hyde

Martes 19 de enero de 2021

Esta es la segunda semana que no tenemos reunión de equipo. No seré yo quien lo recuerde. 

 

Miércoles 20 de enero de 2021

De camino a casa encontré un muñeco de nieve encantador que me recordó a Olaf. A partir de mañana subirán las temperaturas y comenzará a llover, así que me temo que el pobre no va a tener una vida muy larga.  

 

Viernes 22 de enero de 2021

He retomado las clases de Pilates y de fisio. El único rastro de la nieve son los montones donde se fue apilando para despejar las zonas de paso. 

El área sanitaria a la que pertenece la clínica está cerrada, así que me han dado un certificado por si me encuentro a la policía, aunque creo que se colocan en otros lugares. Eso sí, se acabó lo de bajar del metro en la parada anterior para caminar, eso ya lo haré por la zona donde vivo.

He ido por primera vez a clase con mascarilla ffp2. Siempre iba con mascarilla quirúrgica porque la clínica es un entorno seguro. Para no toquetearla demasiado iba también con ella en el metro, pero ya no puedo más, me puede la ansiedad. Sé que las ffp2 y las ffp3 tampoco son infalibles, pero lo que no puedo es ir en ese estado de nervios porque lo que gano con las clases y las sesiones de fisioterapia lo pierdo multiplicado por dos en cada viaje. Y no me fue mal… al menos a lo que respiración se refiere. Muscularmente fue desastrosa después de un mes de vacaciones.

 

Lunes 26 enero de 2021

Primer día en la oficina. Fui solo por la tarde porque, sinceramente, me apetece comer caliente aunque las temperaturas hayan subido considerablemente. De hecho, hoy ni siquiera habría ido, pero había quedado con una persona que tenía que recoger unos documentos. Nada más llegar busqué la llave del archivo en mi mochila ¡y no estaba! Busqué desesperadamente en todos los bolsillos, pero no, claramente me la había dejado en casa. Escribí para avisar de lo que me había pasado y como no vino, supe que lo había recibido. A media tarde me escribió para decirme que se había equivocado de botón en el interfono porque no recordaba en qué piso trabajo. Como nadie le abrió tuvo que irse para no llegar tarde a su reunión (por cierto, sí, parece que se siguen haciendo reuniones presenciales en esta empresa). No era nuestro día. Hemos quedado en otro momento.

6 comentarios:

  1. Me alegra que apareciera el gato.

    Donde yo vivo hemos visto la nieve de lejos, o así debería de haber sido, porque en fin de semana han habido auténticas caravanas para visitar las poblaciones cercanas donde sí ha nevado.

    Lo de la ansiedad de la que hablas... menuda mierda tener que salir en ese estado y no poder quedarte en casa.
    La ciudad en la que vivo no es grande, así que es fácil evitar las aglomeraciones. Sí que se ha notado el aumento de gente por los paseos y la playa, y la verdad es que es molesto, tienes que ir esquivando gente cuando antes podías ir tranquilamente sin casi cruzarte con nadie.

    Besos.

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    1. Es que estoy entre salir y pasarlo mal o quedarme en casa y pasarlo mal también. Porque el aislamiento me afecta un montón. :( Así que voy saliendo a hacer cosillas y me organizo para hacer recados por una zona aprovechando el mismo viaje. Y, de hecho, precisamente sobre esto, ya tengo preparada una entrada. Pero es un asco. No tenemos solo este maldito virus sino todos los problemas que conlleva.

      Lo que comentas de tus paseos a mí me pasa en el supermercado. Desde hace años iba a una hora determinada por ser la más tranquila, y supongo que lo sigue siendo, pero hay más gente que habitualmente. Al final muchas personas vamos buscando lo mismo: un poco más de tranquilidad.

      Ah, y lo del gato, una felicidad. :) Gracias!
      Un abrazo.

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  2. Que increíble eso de tanta nieve en Madrid, las imágenes son muy bellas pero no se si tanto cuando la nieve se extiende por días (aunque no pasó eso, lo pienso nomás ja).

    Ir al trabajo estos días de pandemia es insoportable! saludos

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    1. Creo que solo fueron dos días los que nevó y aún estaba así más de una semana después. De hecho, ya no hay nieve, pero aún siguen arreglando los jardines. Los árboles quedaron destrozados. Esto no nos lo enseñan en las películas. No quiero ni pensar cómo debe de ser tener esa nieve de forma continuada.

      No, no estamos en una situación fácil.

      Un saludo.

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  3. Una cosa que me preocupa es esa prueba que no he tenido el gusto de comprobar. Tu descripción minuciosa me ha inquietado más que los cuentos de Lovecraft. Esta noche te dejo a deber un par de pesadillas extra.
    Y bien por tus ffp2. El metro es un entorno de riesgo del estilo de un hospital para tuberculosos en la Edad Media. Creo que los virus del covid han llegado a hacer allí bandas y te cobran por pasar por ciertas zonas. Cualquier protección en tu rostro no está de más. Aunque no sé nada de la fiabilidad de la doble mascarilla.
    En fin. Este diario tiene mucho que decir, me encanta. Saludos
    P.D. Felicidades por el felino recuperado. No dejéis que vuelva a ejercer su curiosidad. Ya sabéis lo que esta le hace a los gatos.

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    1. Gracias, S. Lo del gato recuperado fue como si nos hubiera tocado la lotería. Es increíble lo que se les llega a querer y lo que sufrimos por y con ellos.

      El diario de momento seguirá. Creo que podría hacer entradas como las de siempre contando lo mismo, que es cómo me adapto a todo esto, pero me encuentro cómoda y me encuentro cómoda alternando entre unas y otras.

      Sobre el metro y el tren, reconozco que soy suertuda porque hasta ahora no me he encontrado grandes aglomeraciones. Hasta ahora. Hoy hasta pasé miedo. No me bajé porque por el retraso llegaba ya tarde, pero fue demasiado. Quizás debí hacerlo y esperar al siguiente, aunque podía llegar igual.

      Un abrazo, S.

      PD Espero que no llegues a conocer esa prueba, sobre todo que no te haga falta. :)

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