jueves, 29 de julio de 2021

Huelga de consumo eléctrico

Hace unas semanas entraron en vigor nuevas tarifas de la luz por tramos horarios identificados con un código con color:

ROJO para las horas pico con el precio más caro;

VERDE para las horas valle con el precio más barato; 

AMARILLO para las llanuras con un precio intermedio. 

 

Los fines de semana y los festivos son tarifa verde, pero los días laborables, las horas pico, por supuesto, corresponden a los momentos de más uso, cuando hacemos la mayor parte de las tareas del hogar y, desde marzo del año pasado, las horas en las que trabajamos en nuestra casa.

Si usas un par de electrodomésticos a la vez en las horas rojas, la factura puede dispararse unos cuantos euros sin darte cuenta. Y no se trata de que nos empujen a planchar a las once de la noche o a hacer la colada de madrugada impidiendo dormir a los vecinos, es que habrá en casas que dos personas trabajen a la vez utilizando cada una su ordenador, luces, puede que impresora, más el aire acondicionado o ventilador ahora en verano y la calefacción en invierno. Eso es lo que se van a ahorrar las empresas. 

Donde trabajo, van a implantar un calendario semanal en el que el personal que atiende al público trabajará un día en casa y los que no trabajamos cara al público estaremos en casa dos días (que veremos si yo cumplo). Dos días a la semana costeando la luz de nuestros propios bolsillos con las nuevas tarifas de la luz hasta que la pandemia se acabe, si es que se acaba.

Hace unos días, @zandolove, uno de los tuiteros a los que sigo y que es oficinista sufrido como yo, propuso hacer una huelga de consumo eléctrico el sábado veinticuatro de julio. Veinticuatro horas, de nueve a nueve, consumiendo lo mínimo de luz. Lo ideal sería cero consumo, pero digo lo mínimo porque ¿qué haces con la nevera? ¿Y qué haces cuando el baño es interior? El caso es que me apunté, al menos a intentarlo, y lo conseguí. Aquí van mis conclusiones.

1) Soy un desastre planificando. No cargué ni mi ordenador personal ni el del trabajo. Eso supuso no ver televisión, ni Netflix, ni ninguna otra plataforma. Eché mucho de menos, mucho, mi sesión cinéfilo-seriéfila. El cine y las series para mí son como leer, son como respirar. De lo que pude prescindir perfectamente fue de jugar algún videojuego. Tampoco escribí. Podía haberlo hecho en papel, pero tenía varios textos empezados en Word y necesitaba ese formato para continuarlos. Esquemas mentales cuadrados que tiene una a veces. Así que preferí leer. Leí mucho y escuché algún podcast porque sí cargué el móvil a tope.  De hecho, cuando se hizo de noche y me fui a la cama, fueron los podcasts los que me acompañaron, como siempre, por otro lado. Tampoco dejé comida preparada. Comí ensalada, bocadillo para la cena y en el desayuno del domingo, antes de las nueve, tomé la leche del tiempo porque me tocó abrir un cartón. No fue tan mal.

2) Fue medianamente bien porque la temperatura el sábado fue decente y mi casa es bastante fresca en verano, así que pude prescindir del ventilador. Y como los días aún son largos, la oscuridad nocturna no nos invadió pronto. De haberse hecho de noche a las seis, se habría hecho insufrible. Algún invierno en casa de mis padres nos quedamos sin luz por averías y es asquerosamente aburrido. Siempre se puede leer con un par de velas, pero os aseguro que no es lo más cómodo. La luz tintinea y la vista se cansa. Puede ser con una linterna, pero en mi casa no tengo. Lo sé, fatal, pero tampoco creo que sea lo ideal sustituir consumo eléctrico por pilas… y ya habéis visto que lo de cargar las cosas con antelación no es lo mío, si la linterna fuera con batería.

3) En mi día a día soy bastante consciente de lo que gasto. Desde hace unos meses decidí que poner la tele de fondo para hacerme compañía se iba a acabar. Creo que empecé haciéndolo para buscar silencio, pero con las nuevas tarifas eléctricas decidí continuarlo como una actitud responsable. Tengo regletas con interruptor, no dejo luces encendidas gratuitamente, de hecho, en verano a veces estoy a oscuras para evitar el calor y que entren los bichos en casa, cargo las lavadoras todo lo que puedo y pongo lavados más cortos. Desde el cambio de tarifas, además, he intentado variar algunos de mis hábitos para adaptarme a los horarios más convenientes. A veces es imposible y tengo que hacer muchas cosas en la franja amarilla y tampoco puedo hacerlo todo durante el fin de semana, sobre todo si salgo, como el día de la huelga.

4) Realmente estamos atrapados por el sistema.

5) Todo esto es solo un grano de arena que dudo que suponga algo, ni para los ingresos de las eléctricas ni para el bienestar del planeta, pero mi manera de consumir electricidad, como mi manera de consumir muchas otras cosas (comprar ropa solo cuando la necesito, por ejemplo) me hace sentir mejor y eso es lo que me permite dormir en un mundo que cada día me da más asco.

Sé que el mundo tiene también cosas bonitas, que la vida puede ser maravillosa, etc., etc., etc., pero lo estamos jodiendo a base de bien y por eso cada vez me gusta menos el resultado de nuestros actos. Por mí, me iría a Júpiter. Marte tiene cada vez más voluntarios. Aunque el precio de la calefacción en cualquiera de ellos sería aun más caro que aquí. Encendiendo tanto radiador, acabaríamos convirtiéndolos en otra Tierra.

7 comentarios:

  1. Qué medida más rara, la electricidad creo que es una de las energías más abundantes y menos costosas, ¿cómo las autoridades han fundamentado esta nueva medida? acaso les dijeron que la pandemia ha hecho que la gente consuma más y no dan a basto? me parece muy raro.
    Es interesante que lo compartas de todas maneras, muchas de las cosas que ocurren primero allá en el viejo mundo luego se copian acá, sobre todo si ayuda a las grandes empresas o al gobierno a ingresar más billetes...
    Hace poco leí un artículo sobre la desintoxicación digital, que era por ejemplo durante 12 horas (si es que no te es posible más por temas laborales por ejemplo) apagar todo: el router de tu wifi, el ordenador, la tv (en general todas las pantallas) y obviamente el móvil. Sí se permite usar la luz porque la sesión de "detox" digital no requiere que se haga a oscuras necesariamente. Lo probé una noche y siento que tuve un sueño más reparador. Igual tiendo a pensar que el aparatito de wi fi, al dejarlo encendido y enchufado toda la noche ocupa una energía que no requiero, pero en fin, quizá eso es ya más conspiranóico jeje.
    Qué mal lo de tu trabajo, se siente como que han afrontado la medida traspasando los nuevos costos a los empleados :(
    Stay strong!
    Interesante iniciativa la de ese tuitero que describes, acá me he sumado algunos años a la movida internacional "la hora del planeta" pero es algo mucho más fácil que la huelga que comentas,
    un abrazo,

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    1. Hola, Nocturno:
      Yo también he hecho la hora del planeta varias veces. Esto es más "heavy", muy difícil de llevar, Zando y yo coincidimos en que no se puede hacer todas las semanas, pero sí está bien para conocer nuestros hábitos. Dicen que lo de estas franjas es para promover el consumo en horas en las que se consume menos. Ya, claro, como que te vas a poner a planchar, cocinar, etc., de madrugada. Está hecho para recaudar. Parece que estaba pensado hacía mucho tiempo pero justo ha entrado en vigo cuando más tiempo pasamos en casa. Con la compañía eléctrica se puede acordar qué franja roja es la que más vas a utilizar y que te hagan un descuento en esas horas (si no estoy mal informada), pero cuando trabajas en casa no tienes escapatoria.

      sí! también hice un par de veces lo de esas desintoxicaciones siguiendo un libro para fomentar la creatividad. La verdad, no me ayudó, quizás porque justo lo hice en vacaciones. pero cómo voy a hacerlo cuando trabajo? no puedo prescincir del ordenador y del correo electrónico. En todo caso reducir el uso de algunas cosas.

      Fuertes, siempre! Ánimo para tu vuelta al trabajo.
      Un abrazo.

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  2. Tu experiencia me demuestra que se requiere una cierta preparación para este tipo de iniciativas. Es difícil porque estamos atrapados en nuestro modo de vida. De un día para otro no vas a conseguirlo. Pero a veces recuerdo que yo viví una época sin plataformas de tv(ahora tengo 3), ni podcast y hasta con peores formas de comunicarme con el mundo. Aún así no era más feliz o menos que ahora. Creo que podemos ser más ecológicos. Pero después de un proceso. Claro que el mayor poblema es que al final se sacricarán unos pocos y otros seguirán pasando de todo. Muchos. Saludos

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    1. Ahí le has dado, S. Podemos hacerlo por nuestra propia conciencia, por nuestro propio bienestar mental, pero no sirve de nada mientras otros pasan del tema olímpicamente.

      No solo se necesita preparación para esto, también para hacer un consumo responsable. Debes organizarte e, incluso para cambiar algunos hábitos, acostumbrarte poco a poco. De todos modos yo tampoco volvería a vivir solo con velas. :S

      Un saludo.

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  3. Nos llevan por donde quieren porque hay situaciones en las que lo único que podemos hacer es jugar al tetris para consumir en otras horas, porque el consumo lo tenemos que hacer igual.

    No lo había pensado porque no es mi caso, pero menuda faena lo de trabajar ahora desde casa... la empresa se ahorra el consumo que tienes que hacer y pagar tú desde tu propia casa.

    Basándome en lo que comentas en el punto uno creo que soy algo más planificada que tú, pero es que tener hijos te obliga un poco a ello y con el tiempo ya se te queda como costumbre.

    Sí, estamos atrapados por el sistema. Da igual las vueltas que le demos y el estilo de vida que tengamos, en algún momento o en algún aspecto tenemos que adaptarnos a lo que nos marcan.

    Aunque un grano de arena pueda parecer poco no lo es, sobre todo para el que lo aporta. Además, estoy segura de que aunque comparados con el resto puedan parecer poco, un granito tuyo, otro mío y unos cuantos más de aquí y de allá algo hacen, seguro. Sobre todo por lo que comentas de hacernos sentir mejor y porque al final terminas adoptando medidas más respetuosas en otros aspectos de tu vida.

    Besos.


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  4. Lo de trabajar en casa es un faena. Aún no he tenido oportunidad de hacer cálculos porque coincidió que trabajé en la ofi desde que se implantaron estas tarifas, pero no me va a salir a cuento. Como lo mínimo que voy a trabajar en la oficina son tres días por semana tengo que comprar el abono de siempre para el transporte. Así que nada de ahorro en transporte, más el gasto adicional de electricidad. Quizás los que van en coche se ahorren algo, yo pierdo.

    En la comida, por ejemplo, soy muy organizada, pero ese día me pilló fatal. :S En cambio soy bastante desastre para cargar los aparatos. Como nunca tengo problemas para enchufarlos, el día que surge un imprevisto me veo con el culo al aire, jajaja.

    Un saludo.

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  5. sigues escribiendo y comentando largo bella mujer
    saludos

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