lunes, 7 de marzo de 2022

Traición

Lego Darth Vader Stormtrooper
Bon voyage, my friend, de Nukamari
Hace un año comencé a colaborar con Dani en un proyecto. Diana, mi jefa, lo controla absolutamente todo desde hace unos dos años y no tengo apenas libertad de movimientos (aunque yo por detrás…), así que ella fue quien decidió cuándo presionarlo, cuándo dejarlo, cuándo machacarlo otra vez y cuándo abandonarlo del todo. Tan maja. Para ella solo somos engranajes metálicos, sin alma, de una cadena de suministros.

Los proyectos que gestiono no son gran cosa. Aparentemente no tienen grandes beneficios y es una pesadez sacarlos adelante, no obstante, un resultado positivo en uno de estos es imprescindible para tener acceso a otros más jugosos. Esto es lo que pasó en el caso de Dani: necesita rematar esto para entrar en otra cosa, solo que mi jefa lo dejó de lado y se armó una gorda. Lo que me extraña es que nadie haya montado un pollo antes porque no es la primera vez que ella hace eso.

A mediados de febrero, cuando cayó la bomba, Dani no había entregado ni uno solo de los documentos solicitados para poder empezar. Aun así, yo había hecho cosas sueltas desde el año pasado y, desde enero de este año, había empezado a avanzar en firme con mis propios recursos. Eso sí, en el formulario online no había nada metido. Mis compañeros hacen esa tarea cuando tengo lista la mía. Por supuesto, el formulario es la barra de medir: si hay algo, he trabajado; si no hay nada, soy una zángana. Así que Dani, cabreado por el vacío, en vez de contactar conmigo y pedirme explicaciones, le escribió directamente a nuestra jefa. El tono no era del todo terrible, pero era una acusación evidente hacia mi persona. Insistió en que no había nada subido, por lo tanto, recalcó mi vagancia.

Voy a hablar de Dani. Es brasileño, habla español con un acento precioso, cumple cuarenta y seis en unos días y lleva diez años trabajando aquí. Lo conocí cuando llegó porque tuvo su oficina durante algún tiempo en el edificio donde estaba mi zulo. Es una de las personas más dulces y encantadoras que trabajan en esta empresa nido de venenos y se presenta a las reuniones en Zoom con camisetas de soldados de asalto (para fans de Star Wars, no para fans de guerras reales). Nunca hemos tenido mucho contacto, sobre todo desde su primera mudanza de oficina, pero siempre fue majo conmigo, incluso noté cierta química entre los dos después de su divorcio. La cosa no iba a llegar a más, solo explico esto para mostrar que teníamos una buena relación. Sé de sobras que no hay amigos en el trabajo, aun así, ese email fue para mí una auténtica traición.

Después de su email llegó otro de Charo, su jefa directa (a ella solo la mencioné una vez de pasada en este blog, pero es tela marinera), y su tono era de todo menos amistoso. Su mensaje iba dirigido a Diana, sin embargo, una vez más, era una queja a mi trabajo. Por supuesto, después de estos dos emails, Diana montó en cólera y tuvo una conversación telefónica muy desagradable con él, conmigo presente, en la que confesó que todo esto era fruto de sus decisiones. Al menos fue honesta y me exculpó.

Él no es mala persona, ni siquiera creo que tenga el carácter muy fuerte porque se le notaba muy nervioso y su única defensa consistía en repetir que el formulario estaba vacío. De nuevo me atacaba, la última de la fila a la que le cae toda la mierda, aunque todo esto se organizó porque Diana se comporta como una cerda, pero claro, no podía poner verde a su jefa, eso solo lo hago yo. No consiguió superar a Diana, pero ella tampoco consiguió una victoria aplastante a pesar de no dar su brazo a torcer. Cuando colgaron le dije que, si era necesario meter datos en ese maldito formulario para que entregara los papeles, se metían. No tiene ningún sentido, pero esto la calmó… solo un poco.

Antes de dejar su despacho me ordenó hacer tareas que no venían a cuento, como si algo de lo que hiciera ese  día pudiera ser el remate del proyecto. En un principio me agobié, cometí errores por querer avanzar demasiado, pero este es un trabajo tan monótono que da para pensar y recapacitar. Y decidí desobedecer. En contra de sus indicaciones, saqué todos los documentos de la carpeta compartida. No tengo por qué dar explicaciones a nadie y esos documentos significaban darlas. Diana me dio todas esas órdenes para contentar a Dani y a Charo, pero a ellos solo les interesa el dichoso formulario. ¿Quieren campos cubiertos? Pues los tendrán. A su debido tiempo.

Al día siguiente continué con la labor, pero sacar los documentos de la carpeta compartida no fue mi último acto de rebeldía. Cada día reservo un rato para otros asuntos. Lo triste es que ni siquiera se nota por mucho que Diana intente controlarme. Lo que se ve es que Mike empezó a rellenar el formulario y, como ahora tengo permiso para realizar gestiones para este proyecto, estoy en contacto continuo con Dani para ayudarle a solicitar certificados, lo estoy asesorando, está viendo que descubro información que él no consideraba importante pero que es necesaria… Pero cómo me cuesta ayudar, hacer bien mi trabajo aunque sea conveniente para mí y para mi reputación. Una vez pasado su cabreo de hace dos semanas, él está encantado conmigo y yo tengo que hacer de tripas corazón para poner buena cara cada día porque lo único que deseo es hacerle daño, como él me lo hizo a mí. No sé si es evidente que no soy ese tipo de persona, así que lo único que me queda es escribir y desahogarme.

14 comentarios:

  1. Desahógate, respira hondo, cuenta hasta mil y vuelta a empezar.
    Es difícil hacer lo que crees que debes hacer en ciertas circunstancias cuando tu forma de ser no es así. Yo opto por dejar pasar el tiempo suficiente para ver las cosas con más calma, y si aun así sigo pensando que debería hacer eso con lo que no me siento cómoda, pues hago de tripas corazón y que sea lo que Dios quiera.

    Besos.

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    1. Creo que has dado en el clavo con lo de dejar pasar tiempo. Necesitaba un tiempo de duelo y no lo he tenido. También te digo, que otras veces se han portado mal conmigo y no me ha afectado tanto. Me estoy autopsicoanalizando porque esto huele a chamusquina. XDD
      Un abrazo.

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  2. Está bien que uses tu espacio para desahogarte.

    O sea alguien, con quien te llevabas bien, se portó incluso peor que una jefa, que claramente no te cae bien. Alguien que no hizo su trabajo, te echó toda la culpa. Lo que claramente es una mala actitud.
    Un abrazo emático.

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    1. Justo. Aunque hubiera hecho su parte, debió preguntarme primero. Me sentó muy mal. :(
      Un abrazo para ti también.

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  3. Luego de un mal trago hay que desahogarse.

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    1. Totalmente de acuerdo. Esta historia realmente necesitaba ponerla por escrito. Me sentí mejor después. :)
      Un saludo.

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  4. Sé desde la objetividad que la mejor actitud es la que te recomiendan. Las pocas veces que he mantenido la cabeza fría ha sido para bien. Con el tiempo me ha funcionado mejor no actuar que actuar. Y hasta en algún caso me equivoqué yo en la valoración y mejor no haberla liado. Pero te mentiría si te dijera que mi carácter no me obliga casi como un fatalismo a montar un pollo contra el que me traiciona. Sólo lo digo porque sé que es un buen consejo pero no puedo ser tan hipócrita y afirmar que soy capaz de seguirlo. No soy tan buena persona después de todo. En cualquier caso la escritura sobre estos asuntos libera mucho. Como te contaba de la Highsmit, si yo no escribiera creo que ya hubiese eliminado a más de uno. Paciencia y cuídate.

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    1. Escribir ayuda muchísimo, al menos ya no tengo tantas ansias de venganza, aunque sigue siendo doloroso estar en contacto continuo con él. Montar un pollo, no, pero sí me gustaría decírselo. Y poder llamarle gilipollas, también. Pero me temo que va a quedarse en el bote de las tareas irrealizadas como lo de Nino.
      Un abrazo y cuídate mucho, Sergio.

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  5. Uy a veces soplo nos queda respirar hondo y seguir. Te mando un beso. Enamorada de las letras

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    1. Unas veces cuesta más que otras, pero sí, seguir puede ser la única opción muy a menudo.
      Un saludo.

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  6. Bien, ya sabes lo que hay, en esos momentos es cuando uno se da cuenta de lo que tiene al lado. Las sonrisas, el buen rollete y lo demás están muy bien si van acompañados de verdadero compañerismo. Una persona así te la clava cuando le interese, eso ya lo sabes, a partir de ahí, que hagas bien o mal en tomarte tu venganza o no, es cosa tuya, lo que sí has de tener claro es que no puedes confiar más en él. Ni aunque esté un año seguido de buen rollo contigo. Esto te lo digo por varias experiencias, pero como es una obviedad, me tendrás que disculpar o no :-P

    Un beso, Dorotea.

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    1. Es una obviedad, pero nunca está de más que alguien lo recuerde, no vaya a ser que el encanto actual me nuble la vista... Aunque ese encanto de momento me cabrea más que otra cosa porque sé que lo que esconde. :(
      Un abrazo.

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  7. Difícil lo que te toca, ahora tener que ayudarle a quien te traicionó. Te hubiera dicho que quizá el suyo fue un error de principiante, pero cuando leí que tiene 46 años... Mal, pero bueno, que los hechos hablen por sí solos. Algún día encontrarás el momento de enrostrarle que cometió un error, que con la buena onda que había entre ambos podría primero haberte preguntado a ti sobre los dichosos documentos antes de ir a acusarte con los jefes. La venganza es un plato que se sirve frío, así dicen? jeje y que no quede impune, la cosa. Un abrazo!

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    1. No debería pensar tanto en esa venganza futura, pero por desgracia lo hago. Las venganzas frías molan. :D En cualquier caso, me contentaría con decirle que la cagó, aunque no sirviera de nada. Pero me conozco, Nocturno. Me da corte, me entra la timidez y ocasión perdida a pesar de tenerla delante de la nariz.

      Un abrazo.

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