¿Sabéis cuántos años hacía que no hacía un examen?
Diecisiete.
17.
La última vez fue aquella última
convocatoria de oposicióndel 2007. Y presentarme a uno de nuevo ya no era una gran motivación por
todo lo que había pasado las semanas anteriores.
Ese día por la mañana aún me sentía bastante mal del resfriado que tenía, pero así y todo decidí ir. Salí pronto a hacer la compra y un par de recados pendientes, picoteé algo temprano y busqué la mejor ruta para llegar evitando el tren de cercanías, por si el destino ponía retrasos debajo de las ruedas. Y menos mal que se me ocurrió buscar una alternativa porque hubo problemas tanto a la ida como a la vuelta y no sé si habría llegado a tiempo. Mi subconsciente al final se puso en modo llegar.
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Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales. Universidad Complutense (Campus de Somosaguas) |
Al fin llegué al edificio donde
nos habían convocado. El día estaba buenísimo. Ya había gente por los
alrededores, casi todos en grupos y casi todos repasando. Yo me tiré en el
césped para llamar a mis padres y luego leer un rato. El tiempo no pasaba y
decidí dar un paseo. Me recorrí sendas vacías que normalmente estarán
concurridas. Llegué a la zona de paradas del bus, que ese día estaba muerta. Y
vi cómo poco a poco la gente iba llegando al edificio.
Grabé un vídeo para contarles la
historia a dos amigos blogueros en primicia y, al terminar, regresé al lugar de
la convocatoria. Y cuál no fue mi sorpresa que me encontré a una amiga de los
tiempos de la universidad. Allí estábamos las dos para pasar por lo mismo. Al
menos el último tramo de espera se hizo más agradable mientras nos poníamos al
día. Y gracias a eso el tiempo se pasó más rápido y casi ni noté que nos
llamaron más tarde de la hora.
Al fin nos tocó entrar. Teníamos
que ir a plantas diferentes, así que me despedí de ella y busqué mi aula. Fui
al baño porque no tenía prisa por entrar y entré casi de las últimas. Me tocó
en la penúltima fila ocupada, pero faltaba mucha gente.
Para controlar el examen había
dos pipiolines que de lejos parecía que ni siquiera tenían barba. Me pareció
curioso que, el menos en el aula donde estaba yo, la media de edad era bastante
alta. Y ver a esos dos niñitos jugando a tener autoridad tenía su gracia. Nos
dieron las instrucciones, nos pasaron un sobre para guardar nuestros objetos
electrónicos y repitieron hasta el aburrimiento que los aparatos tenían que
estar apagados, aunque estuvieran en el sobre. Y el inicio del examen se
retrasó un buen cuarto de hora porque había varias personas que no sabían cómo
apagarlos.
Cuando abrí el cuadernillo de las
preguntas se me calló el cielo encima. ¿Pero sabéis qué? No me pareció tan
difícil. No aprobé porque no estudié. No aprobé porque no tenía nada que ganar
y me la jugué, y en estos exámenes te quitan un tercio de punto por cada fallo.
Arriesgué como si estuviera en un casino jugando dinero que no era mío.
Terminé lo antes que pude y ni
siquiera fui la primera en salir. Si soy sincera, el camino de vuelta fue un
poco desalentador. Ya estaba anocheciendo, el campus estaba completamente
vacío, los edificios en obras tenían una pinta fantasmal y el bajón cayó sobre
mí con toda la fuerza. Porque me quiero ir de este trabajo, estoy en una edad
malísima y veo que la única opción que tengo para cambiar es emprender y qué
coño sé yo de emprender. Porque esto, que era un sueño, ya no lo es y los
cambios, aunque sean los de nuestra propia mentalidad, quizás sobre todo esos,
siempre son duros.
Pero sigo adelante. Y no pierdo
la esperanza de poder irme de aquí.
Hace muchos, muchos años, fui opositora y lo recuerdo como una experiencia terrible, no conseguí plaza y creo que fue lo mejor porque acabé reinventándome por otro lado y no salió mal. Supongo que quien consigue superar ese tormento lo ve de otra forma, como un merecido premio. El caso es que me parece entender lo que se desató ese día, sabiendo que por esas cosas de la vida ni siquiera pudiste prepararte en condiciones. Yo también me la habría jugado, nada que perder y que sea lo que tenga que ser. Al final como dices, se abren puertas dónde menos lo esperas y muchas veces es cuestión de mantenerse a flote hasta que se presente tu oportunidad.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola, Ana:
EliminarGracias por tu comentario. En esas estoy, en mantenerme a flote. Espero que no me pase como a Jack en Titanic. :D
Un saludo.
Casi como una experiència nostàlgica de los antiguos exàmenes de estudiante... : ) Resulta difícil estar en esa situación de querer cambiar , pero que no puedes hacerlo del todo i más según la edad que se tenga, pero si aceptas una pequeña opinión, "no te sueltes de un amarre , sin tener otro ya amarrado !" , te lo digo por experiència pròpia ...entonces el vértigo resulta colosal.....
ResponderEliminarÀnimos i confia en que te llegue esa nueva oportunidad !.
Buen fin de semana !!.
Gracias por tu consejo, Artur. Lo sigo al pie de la letra. Qué haría yo sin este infierno. Voy tirando como puedo, pero voy tirando.
EliminarUn saludo
Me alegro al menos hayas publicado tus reflexiones o vivencia, siempre es terapéutico escribir, dicen.
ResponderEliminarEspero haya luz al final del túnel pronto, un gran abrazo.
Ojalá, Nocturno, gracias.
EliminarEscribir siempre ayuda a poner algo de orden en los pensamientos, aunque ahora no publique tanto.
sí, a veces al presentarte a un examen ves que sabes responder a algunas cosas incluso sin haber estudiado, y piensas: cuando estudie ya será la leche.
ResponderEliminarojalá pudiéramos volver a la época universitaria con lo que sabemos ahora...
abrazos!!
Gracias por tus palabras, Chema. No sé si volvería a la época universitaria, pero a la de aquel otro examen de oposición creo que sí. :D
EliminarVeo que vas probando con distintas cosas para conseguir finalmente cambiar de trabajo, estoy segura que lo vas a conseguir. No desistas.
ResponderEliminarMe sigo quedando con tu entrevista de trabajo; ¿sabes lo que más me gustó?
y que lo tomo también para recordármelo a mi misma cuando llegue la ocasión...que cuando estás en una entrevista, no te están haciendo un favor...es un intercambio,ellos necesitan a alguien y tú quieres un empleo. Si al final interesa por las dos partes se dará. Me gustó leerte para recordarlo.
Hola, Maman:
EliminarSí, estoy probando cosas para tentar a la suerte, a ver si con alguna consigo engañar al destino. :)
Ahora me paso por la otra entrada a responderte. :)
Un abrazo enorme.