viernes, 4 de abril de 2025

Rompiendo cadenas: la entrevista de trabajo

Tres mujeres en una mesa de oficina
Foto de Tim Gouw en Unsplash
En julio del año pasado escribí una entrada sobre mi propósito de preparar la salida de esta empresa y mi entrada en LinkedIn como herramienta para conseguir mi objetivo.

En todo este tiempo he escrito muy poco en el blog. Uno de los motivos es la desgana de estar en el trabajo y lo que me rodea. El otro, que estoy activa con otros proyectos que me quitan tiempo para dedicárselo a esto. Y es que cuando dije que estaba preparando mi salida no lo decía con la boca pequeña. Quizás no lo consiga, pero estoy haciendo todo lo que está en mi mano. Incluso hice cosas sabiendo que no serían la solución, como presentarme a unas oposiciones sin prepararlas. No comment.

Pero no todo son locuras. Hace unas semanas quedó una vacante en el archivo de mi empresa y solicité el puesto. Es cierto que la empresa ahora está organizada de una manera diferente, todos tenemos conocimiento de las ofertas que salen, y eso no siempre fue así. Era uno de los muchos secretos que había en los corredores. Pero si me hubiera enterado de la posibilidad de cambiarme hace diez años, no lo habría hecho. ¿Sabéis lo que ha tenido que pasar en mi cabezota para atreverme a dar el paso? Un mundo y mucho hartazgo.

Como era un trabajo de una categoría diferente a la mía tuve que pasar por el proceso de selección igual que los externos, pero por suerte fue breve. Primero tuve una entrevista previa con una de las técnicas de recursos humanos. Nunca creí llegar ahí porque no tengo un máster de los que quieren aquí, pero sí tengo una licenciatura de cinco años que a niveles de conocimiento equivale a uno de esos. Y de una de las universidades punteras en España en el campo. Lo expliqué y coló. Así que me llamaron para decirme que pasaba a la siguiente fase.

No estaba nerviosa, al fin y al cabo tengo mi trabajo actual. Me entrevistaron la directora y el subdirector del archivo y me sentí bien, lúcida y tranquila. Y esa tranquilidad me permitió percibir que muchas cosas que contaba de mi trabajo no les gustaban. No es que estén mal, es sólo que cerraron la posibilidad de adaptación para mí. Que ahora trabaje sola no significa que no sepa trabajar en equipo. Que mi trabajo sea altamente especializado no significa que se me caigan los anillos por tener que hacer otras cosas o echarles una mano a mis compañeras. Así que al día siguiente me llamaron de nuevo de recursos humanos para decirme que no había pasado a la siguiente fase porque se habían decidido por la otra candidata.

¿Hubo ciertas cosas raritas en el proceso? Sí, las hubo. Incluso cabe la posibilidad de que mi primera jefa, Ángela, metiera la patita para que me cortaran el camino y evitar así que deje a mi departamento con el culo al aire. Pero de cualquier forma me siento muy muy bien.

Tengo un curriculum actualizado monísimo (ahora el contenido no es suficiente), en inglés y con palabras clave incluidas. He roto una cadena que me ataba a este puesto. Me he quitado el miedo de encima, miedo a unos jefes que si me voy dejarán de serlo. He conseguido tratar de tú a tú a dos personas que se supone que están por encima de mí en jerarquía, hacer esa entrevista demostrándoles que quería el trabajo, pero que no estaba amedrentada y no me estaban haciendo un favor. ¿Qué no era lo que esperaban? Entonces ese trabajo tampoco es para mí.

Y ahora tengo mi secretito, mi experiencia, la felicidad de saber que puedo hacerlo de nuevo, un contacto en recursos humanos por si me apetece solicitar otro puesto y ahora saben que me quiero cambiar, no mis jefes, ni siquiera en mi departamento porque no se lo he dicho a nadie, pero sí en el departamento donde se decide todo. El trabajo y la situación siguen siendo mierdosos, pero en mi cabeza todo está un poco mejor.

6 comentarios:

  1. Ya has roto un eslabón de esa cadena. Seguro que el siguiente en romper es más fácil. ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Espero que sí, Cabrónidas, porque romper este ha sido muy duro y con un desgaste tremendo. Pero espero estar en el buen camino. Un abrazo.

      Eliminar
  2. el problema de las entrevistas es que no sabes qué es lo que les gustaría escuchar. de todos modos es lo que tú dices, ahora se hacen con otra actitud que cuando eras más joven y buscabas tu primer trabajo.
    ojalá surjan nuevas oportunidades, y hacer esa entrevista ha sido una experiencia más.
    abrazos, dorotea!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La edad y tener un trabajo de apoyo (eso, fundamental) te hacen encarar las cosas de otra manera. Ojalá surjan otras oportunidades. Un abrazo para ti también.

      Eliminar
  3. Es que la actitud en la vida lo cambia todo, o por lo menos, lo que uno piensa de si mismo. Suerte y que vengan esos cambios.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias JLO.
      Y muy de acuerdo contigo. El modo de ver las cosas no lo soluciona todo, pero es fundamental.
      Un abrazo.

      Eliminar