Sin título, de Associated Fabrication |
Hace justo un año, el edificio donde trabajo se quedó sin
recepcionistas. Fue una faena que nos atormentó gran parte del curso
porque, por la localización de la mini ofi, todo el mundo parecía caer aquí
como por arte de magia, empleados o visitantes, daba igual. Venían de cualquier
planta, a veces dando rodeos, con asuntos más o menos inverosímiles que no
podíamos (ni queríamos) resolver por no ser de nuestra competencia. Pero el
mayor problema de todos fue en el que me metieron las chicas de la limpieza, aunque
también tengo parte de culpa por no haberlas enviado al cuerno a tiempo.