viernes, 27 de septiembre de 2019

Las botellas de agua

Recepción en obras
Sin título, de Associated Fabrication
Hace justo un año, el edificio donde trabajo se quedó sin recepcionistas. Fue una faena que nos atormentó gran parte del curso porque, por la localización de la mini ofi, todo el mundo parecía caer aquí como por arte de magia, empleados o visitantes, daba igual. Venían de cualquier planta, a veces dando rodeos, con asuntos más o menos inverosímiles que no podíamos (ni queríamos) resolver por no ser de nuestra competencia. Pero el mayor problema de todos fue en el que me metieron las chicas de la limpieza, aunque también tengo parte de culpa por no haberlas enviado al cuerno a tiempo.

Las recepcionistas son las encargadas de imprimir las agendas del día para que las chicas de la limpieza organicen su trabajo. Cuando la recepción se quedó huérfana, me pidieron si podía imprimírsela yo, poniendo como excusa que no tenían confianza con ninguna secretaria. Creo que no fue un tema de confianza con las secretarias, pero aun así accedí, total, imprimir un par de páginas cada día no iba a ser para tanto. Pero sí fue un abuso de confianza conmigo darle a la coordinadora de Mantenimiento mi email para recibir sus comunicaciones. Sin preguntármelo antes. Ya que imprimía un par de páginas, qué más daba lo de los emails. Así que de pronto empecé a ver mi bandeja de entrada llena con sus guardias, las correcciones a las guardias, la confirmación y denegación de sus días libres, los pedidos de material y de uniformes, las peticiones para que pongan estropajo y jabón en la cocina nueva, que comprueben las jaboneras y recuenten los contenedores sanitarios, que las avise con urgencia para que contacten con quien sea… Estoy harta, pero lo que de verdad ha hecho rebosar el vaso fue el tema de las botellas de agua.

dos mujeres con ropa de casa de los años 40
1940s Weekend, de Robert Wade
 Pocos días después de volver de las vacaciones recibí un email de la coordinadora para que le confirmaran si quedaba alguna caja con botellas de agua. Como me niego a recorrer el edificio buscándolas, no les pregunté hasta que me encontré con una del turno de tarde. Creía que no había ninguna, pero quizás, solo quizás, quedaban algunas botellas de los eventos de Sara Pestes, pero ella no lo podía mirar porque ese tema lo llevan las de la mañana. Ya. Claro. No podía ir al cuarto donde las guardan y comprobarlo. Día siguiente y vuelta a repetir la pregunta como un loro, pero Marisa, del turno de mañana, saltó como una fiera. ¡Y muerte a la mensajera! Es una de las primeras personas que conocí cuando empecé a trabajar y me llevo muy bien con ella, creo que por eso me afectó tanto su reacción. Yo no tenía la culpa de que la de la tarde se escaquease. Me dijo de malas maneras que ya no había agua y que no sabía por qué le preguntaba si las de la tarde ya habían hablado con la coordinadora. ¿Cómo que habían hablado con ella si me dijeron que le escribiera yo? No entendía nada y, si pensaba que el asunto estaba zanjado, me equivocaba de pleno. Aquí les encanta complicar las cosas fáciles, supongo que para darles una importancia que no tienen, no veo otra explicación.

Hace unos días recibí un segundo email sobre el asunto. La coordinadora quería saber si quedaba alguna caja de botellas de agua para subirla al despacho de uno de los jefes. Sabiendo que no quedaba ninguna botella, ¿qué podía pensar? La respuesta obvia es que quería una caja vacía para guardar alguna cosa. Pero aquí nada es obvio, ni lógico, así que cuando se lo dije a la misma del turno de tarde que la vez anterior, me preguntó si vacía o con botellas. Y yo, inocente de mí, le dije lo mismito que estoy escribiendo aquí, que tenía que ser vacía si yo misma había confirmado que no quedaba agua. No, no, no, si no te pone específicamente que la quiere vacía, tiene que ser con botellas. ¡Pero cómo va a ser con botellas si me dijisteis que no quedaban! Y llegó el momento de la revelación.

Botellas de agua
Water bottles, de Nick
El día que hablé con Marisa para preguntarle si quedaban o no botellas, a ella y a su compañera les entró un canguelo inexplicable y corrieron a llamar a la coordinadora. Le confesaron que quedaban algunas botellas de un curso para el personal. No preguntéis por qué lo callaron cuando les pregunté ni por qué les entró ese pánico irracional después. El caso es que tanto unas como otras me hicieron dar vueltas inútilmente y quedar mal por haber dado una información errónea. Y respecto a ese segundo email, aunque después de saber la historia oculta entendí perfectamente que se refería a las botellas, mi compañera no. Necesitaba un maldito email en el que pusiera botellas o cajas vacías expresamente, como si no pudiera llamar ella misma desde el teléfono de la recepcionista.

Cuando tuve la confirmación, imprimí el email y lo dejé con las agendas. Me fastidia ese gasto de papel adicional, pero será lo que haga a partir de ahora. Imprimir lo que les envíen, dejarlo con las agendas y que se apañen para resolver dudas. Sé que debería cortarlo de raíz, pero soy como soy, cada vez más tonta por lo que se ve, porque mientras pienso cómo quitarme esto de encima sin molestar mucho, a las otras les importa un rábano fastidiarme a mí.

19 comentarios:

  1. Joder, Dorotea, que cosas pasan en la oficinas.

    Abrazo.

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    1. Jajaja. Y esto no es nada, en otras pasan cosas aún peores.
      Un abrazo.

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  2. Me has hecho reír. Y todo porque le dabas confianza, si es que donde hay confianza...
    SAludos.

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    1. Me alegro mucho, Manuela. De eso se trata, de reírse de esas cosas. :D
      Un saludo y gracias por pasarte.

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  3. qué tema, pero el límite es cuando algo que no te concierne te empieza a molestar... pero bueno, cada uno con sus cuestiones no? ja... saludos!!

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    1. Y tanto que es un tema, al menos para mí, que no soy capaz de decir que no y así me va, aguantando tontenrías que se hacen grandes.
      Un abrazo.

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  4. Demasiao buena... si al final lo apañan todo por email que se escriban entre las implicadas. Si tienen que imprimir algo, que busquen a quien corresponda, o se vayan a un ciber.
    Y cuando te pregunten, con decir que no sabes... si quieres darle mayor efecto, tíñete de rubia y pon la voz correspondiente. Al menos nos echaremos unas risas cuando lo cuentes.

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    1. No sé si buena o tonta. El problema es que aunque estas chicas son de plantilla, no tiene email y lo quieren todo por escrito. Porque podrían llamar a la coordinadora y solucionarlo, igual que solucionan lo que les conviene.

      Me gusta lo de teñirme de rubia. Me valdría para escaquearme de mas cosas, jajaja.

      Besos.

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  5. jaja, me he puesto en tu piel. Como no digas "basta", te veo comprando la lejía para las señoras de limpieza. Fijo.

    Un abrazo

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    1. Comprándoles las lejía y haciendo la limpieza por ellas! Jajaja.
      Un abrazo.

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  6. Pues yo, en cuanto veo una falta de respuesta no lo dudo, se acaban los favores. Si ellas tienen la cara dura de pedir y de no agradecerlo, uno-a debe tener la cara dura de decir que ese no es su trabajo (parezco oír a mi madre detrás de este consejo). Me ofende mucho hacer favores y que eso encima se penalice con quebraderos de cabeza. Y lo peor es que suele pasar. Es como ese dicho de "ninguna buena acción queda sin castigo".
    Otro aspecto interesante de tu texto y muy divertido es cómo un pequeño detalle se va complicando tanto... Muy humano. Saludos

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    1. Justo! Yo creo que eso de la buena acción es el lema en todos los trabajos.

      Sí, lo de las botellas ha sido como una bola de nieve... y espero que no quede más pendiente, estoy al loro por si me tienen alguna sopresa más. :D
      Besos.

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  7. Queridaaa mi blog está en modo privado, pero puedes escribirme dándome tu correo que usas acá en Blogger para dejarte como lectora invitada, gracias!
    franklyhappycat@gmail.com

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  8. Sentada cómodamente desde mi casa te diría que las hubieras mandando a la mierda, pero por experiencia sé que si eres de las que siempre has ayudado será difícil que cambies, aunque tampoco estaría nada mal, sobre todo para evitarte problemas y dolores de cabeza que no tienen que ver contigo.

    Besos.

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    1. Me cuesta mucho, sí, aunque voy aprendiendo y ya he dado varias calabazas, pero recaídas frecuentas.
      Un abrazo.

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  9. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    1. Mil gracias, Recomenzar. De vez en cuando también hay que chismosear un poquito y divertirnos un rato :D
      Un beso enorme.

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  10. Muy kafkiano todo jeje,
    ánimo y aguante!

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    1. Sí, un poco... y sin visos de cambiar, por mí, lo sé. :S
      Un abrazo.

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