En Cortejo humano,
uno de los blogs que sigo, se ha hablado bastante de pagafantas y calientapollas,
sobre todo en un contexto nocturno de ligoteo. Sin embargo, estos especímenes
nunca dejan de ser lo que son y te los encuentras en cualquier ámbito de la
vida. Sólo hay que observar un poquito, al fin y al cabo, los flirteos se dan
en todas partes. Comparto despacho con uno de cada especie: Mr. Lolas y La Otra.
Él es el marido de La Lolas, una compañera que se fue hace unos meses y que le
pone los cuernos con un amigo. Y La Otra… pues eso, la de la otra mesa. Poco a
poco se han ido haciendo “amigos”, es decir, salen juntitos a por una cocacola
y coquetean sin esconderse delante de todos los del edificio.