Cuando Sandra llegó al zulo aún estaba la Lolas. Por aquella
época yo les contaba a mis amigos las aventuras de aquella peculiar mujer, pero
como Sandra empezó también a hacer de las suyas, enseguida sus anécdotas acompañaron
a las de la Lolas. Mis amigos preguntaban ¿Eso también lo hizo la Lolas? No, La
Otra. Y La Otra le quedó, excepto en el blog, donde es Sandra.
Silhouettes, de Nikos Koutoulas |
Han pasado unos cuatro años y de pronto, sin avisar, aquella
época volvió a nosotras. Muy alterada, qué fuerte, qué fuerte, y su mano
moviéndose como si quisiera darme mil tortas, me anunció que Mr. Lolas acababa
de enviarle un wasap. “¡Se ha casado y vuelve a España!”. Cómo le brillaron los
ojos en aquel momento. Puede que su candidato a amante esté casado otra vez,
pero ella se ilusionó con su regreso como si le dijera que venía a verla. Lástima
que se vaya a Alicante. “Pasará por Madrid de camino, ¿no?”. Lo que yo decía,
ilusionada.