Llevo en
este trabajo siete años, seis meses y veintiséis días. Recuerdo mi primer día
como si fuera ayer. Casi en completa soledad. Mi jefa no pudo dedicarme más de
cinco minutos para explicarme el funcionamiento de la empresa, ni siquiera qué
tenía que hacer o por dónde empezar. En realidad ese día fue una señal bastante
fiable de lo que me esperaba aquí: soledad, soledad y soledad. Aunque gracias a
eso también gané mucha independencia y autonomía, lo que me ayudó a ser
resolutiva y a tener que moverme para salvarme el culo.
Al
principio fue duro. En mi trabajo anterior estaba en una sala enorme, sin
división de ningún tipo, llena de periodistas comentando continuamente las
noticias, preparando sus piezas para el informativo del mediodía, televisiones
funcionando siempre. Movimiento continuo y paredes de cristal con chorros y
chorros de luz entrando por todas partes. Acostumbrarme al zulo me llevó muchos
meses. Creo que tardé unos dos años en adaptarme y no deprimirme en invierno.
Después
de un par de días, la gente empezó a incorporarse a sus puestos de trabajo,
también llegaron mis compañeras de agujero y aunque la soledad física
desapareció, a menudo sigo sintiendo soledad espiritual. Echando la vista atrás no puedo dejar de recordar aquellos
tiempos duros en los que el zulo me consumía, en los que no tenía nadie con
quien hablar de algo interesante. Ahora tengo más experiencia, he encontrado mi
sitio y hasta disfruto de mi trabajo en soledad, hasta tal punto que me
fastidia cuando tengo que colaborar con otros, especialmente porque sé que esos
encuentros traen problemas con demasiada facilidad.
He
recordado mis inicios aquí porque hace dos semanas empezó a trabajar la nueva
secretaria del súper jefe. Se llama Violeta, es rumana y parece bastante joven.
Puede que engañe, pero no creo que llegue a los treinta. Y yo sé lo que es no
llegar a los treinta y tener que aguantar a Ascensión, su prepotencia y su
continuo “tú no sabes tanto como yo”. Es esta mujer en caída libre la que le
tiene que enseñar sus tareas y cómo funciona la empresa. El problema es que no
quiere deshacerse de sus antiguas responsabilidades, no quiere soltar al súper.
Ese es solo uno de los problemas. Otro es que es muy caótica explicando. Puede
que sepa mucho, pero lo enseña fatal. Se va por las ramas, le da mil vueltas,
lo retuerce y le hace trenzas y nunca llega a ningún lado. Esta ha sido la
segunda semana de Violeta y aún no sabe hacer bien justificantes de gastos
básicos.
Ayer me
ofrecí a ayudarle. Tenía unas facturas y le dije que si quería que las
hiciéramos juntas. No sé mucho de justificantes porque no es mi trabajo, sé lo
justo para hacer los míos. No controlo los códigos de otros departamentos, ni
siquiera los de otras cuentas presupuestarias, ni idea de divisas, pero que
alguien haga ese coñazo contigo es la mejor manera de empezar. Tras algo más de
una hora de trabajo en la que le resolví un par de dudas, me di cuenta de
varias cosas. Primero, que la Rotten hace mal los justificantes. Como sabe más
que nadie, los hace a su manera, que es mejor que la manera de Administración. Segundo,
confirmé que aturulla a esta pobre chica con cantidades ingentes de información
desordenada y sin sentido y que no le da completa la información importante,
como quien da una receta y se guarda el ingrediente secreto.
Violeta
puede convertirse en la condesa Drácula en el futuro, igual un día me
arrepiento de haberle ayudado, pero sé lo que es entrar y estar (y sentirse)
sola. Quizás no tiene experiencia, precisamente por eso, si no recibe ayuda de
los que estamos a su alrededor le va a costar más desenvolverse. Me fastidia
mucho que la juzguen en negativo por eso y también que empiece con mal pie
porque uno de los grupos oficiales de cotillas la calificó de borde el día de
su entrevista para hacerle la pelota a la Rotten.
PD La
Rotten está siendo tal desastre enseñando que le pidieron a otra secretaria que
fuera a echarle una mano a la nueva. Lo malo es que mi jefa tuvo la feliz idea
de mandar a la arpía, que es más vaga que un perezoso.
PD2 La
Rotten tiene pulgas en todas partes: en la nueva oficina, en su casa, en casa
de su madre. Su médico loco la puso en contacto con un "especialista" y este le
dijo que seguramente eran pulgas extranjeras porque se comportan de manera
diferente a las autóctonas. La conclusión de la imbécil esta es que como aquí
hay tantos indios, las han traído ellos. Esta mujer me provoca arcadas.
Pero claro, si le pones rotten a tu personaje(podrido o puñetero). Es genial que sea así esa Rotten tan bien denominada.
ResponderEliminarLa primera frase de tu post parece la explicción de una condena o una sentencia. Explicado como zulo cuesta verle el lado positivo pero tu se lo encuentras.
A mí también me gusta dar de comer a los cuervos y por experiencia algunos me sacaron los ojos y otros no. Con esta chica ya se verá. Actúa como debes actuar que ya lo haces. Dale el beneficio de la duda y si luego te sale rana pues mala suerte. Pero nos pasa a los que tenemos un algo de empatía y humanidad que no nos gusta aplastar al débil. También tiene que ver con no sentirse un gusano deseoso de aplastar al mundo por complejo de inferioridad. Veremos.
No dejes que las malas pulgas pudran a la nueva.
Sí, tienes toda la razón, S. Empezamos a llamarle Rotten para acortar Rottenmeier, pero si lo dices en inglés le viene aun mejor.
EliminarHas dado en el clavo. Me gusta ayudar. No me gusta poner trabas solo porque a mí me las pusieron. Y si esta chica sale rana, pues mala suerte, pero necesitaba ayuda y yo podía dársela. Malditas malas pulgas :D
Suscribo y apoyo todo lo que ha dicho S. así que no puedo añadir mucho más. Tenía algo de miedo cuando leí la primera línea porque pensé que igual te habían despedido. Pardiez, que no pase nunca y que si cambias de empleo, sea porque has encontrado uno mucho mejor.
ResponderEliminarDicho lo cual, ¿a qué te dedicas? Si dicha información te compromete, entiendo que no respondas. Pero siento curiosidad. A priori parece que eres secretaria, pero también llevas proyectos, así que no lo tengo claro...
A ver si me pongo al día respondiendo comentarios. Por ahora estoy en casa y aquí no hay malas pulgas pero sí mosquitos :P.
Si algún día me voy, espero que sea por voluntad propia.
EliminarSoy documentalista. Pero entre que no hay una secretaria que nos eche una mano para ciertas cosas y que nos toman por chicos/as polivalentes, me toca hacer de todo.
Ten cuidado con los mosquitos, son tan malos como las pulgas :D