Le he dado muchas vueltas a este último post, no sabía si
contarlo de manera realista con un toque de ironía o darle una pequeña vuelta y
convertirlo en un cuento de brujas. Después de tener escritas las dos
versiones, me he decidido por la versión realista. Aunque la versión cuento
tenía su gracia, no captaba del todo la esencia de la situación.
La historia empezó unos días antes del Corpus. Sandra
decidió a última hora que se iba de viaje a su país en ese puente. Necesitaba
un reajuste en las bolsas de los ojos y todos sabemos que no hay nada mejor que
una juerga con mucho alcohol para eso. Compró los billetes el lunes de esa
semana así que no pidió el día con
el tiempo obligatorio para hacerlo. Aquí ya nos encontramos con el primer
privilegio. El segundo, que ni ella ni mi jefa avisan a Recursos humanos, así
que da igual la antelación. En la práctica, se coge más días que los demás.
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10 hours later, por viviandnguyen_ |
Salí a dar una vuelta en mi hora de la comida. Cuando
regresé a las tres y media no estaba. Llegó a las cinco menos veinte. Todos los
días sale al mediodía a hablar pero nadie la ve salir ni entrar. Ayer averigüé
el misterio. Se mete en un despacho vacío. Sus gestos la delataron, indicando
con las manos y los ojos el lugar mientras me decía muy nerviosa, sin saber
dónde meterse que “fuera” hacía mucho calor. No entiendo ese nerviosismo. En
fin, que me da igual, por mí como si se hubiera quedado allí, de hecho se tenía
que haber quedado allí.
Después del retraso tan enorme y del palique de más de una
hora estaba tan saturada que decidió postergar las tareas de nuevo. Para disimular que
no estaba haciendo nada llamó a sus hijos. Como aún no los había visto se puso
a jugar con ellos por teléfono. Media hora. Primero al veo veo y luego a mandar
dibujitos por whatsapp. La cosa se puso interesante cuando sus hijos
discutieron porque le mandaba más animales al niño que a la niña. Siempre lo
tuvo más sobreprotegido, hasta con los animales de whatsapp hace diferencias..
Lo del día siguiente es mejor. Noté que empezó a moverse de
manera extraña en su sitio, cogió un mantón de lana, lo arrugó, lo puso a un
lado, al otro, cruzó los brazos encima, bajó la cabeza como los perros cuando
se van quedando dormidos hasta que la apoyó… y ahí se quedó. Tuve que mirar y
aun así no lo creía. ¡Estaba durmiendo¡ Sí, se puso a dormir. ¿A que queréis su
trabajo? Yo también, pero la muy perra no me lo cambia. A los pocos minutos la
llamó nuestra jefa y con su voz de zorrita: “sí, eso es lo que estoy haciendo”.
Tras colgar, la misma rutina: mantón por aquí, mantón por allá y cuando la
almohada improvisada adquirió la consistencia mullida ideal, a dormir de nuevo.
Quería dar un golpe fuerte que le diera un susto como para
mearse, pero estaba bloqueada. Lo más sonoro que se me ocurrió fue imprimir un
documento de cien páginas. Al regresar, sin querer, pisé una baldosa suelta. Sonó
tan fuerte que botó en la silla. Después de todo lo que había maquinado
conseguí molestarla con algo casual e inocente. Tras la siesta de media hora
estaba preparada, no para trabajar, no, que con eso envejece. Ella tenía en
mente algo más interesante: intercambio de pulseras con Ana y compra de vinos
por internet porque ¿cómo va a trabajar si ahora sabe que le pagan por dormir?
PD Sé que en ese viaje hizo travesuras, historias de esas
jugosas que molan tanto de vez en cuando. Historias de esas que no deben
contarse a nadie, ni siquiera a tus amigas pero que al final escupes para
aliviar la conciencia o las emociones. No soy esa amiga con la
que desahogarse. ¡Qué pena! Me quedaré con la intriga, que dura mientras escribo este post,
y con el asco que me produce la hipocresía de los que critican las actitudes de
los demás y ellos lo hacen peor.
No es la primera vez que veo a alguien durmiendo en el trabajo pero siempre me sorprenderá. Yo lo quiero. Y luego está el eterno problema de la gente que ve como en igualdad de condiciones unos cobran por trabajar y otros por no hacer nada. Así que igualdad de condiciones nada. También me quedo con la intriga de lo que hizo ese fin de semana, las travesuras inconfesables. Pero esa intriga es culpa tuya y por la forma en que la presentas.
ResponderEliminarMe alegro de haber creado intriga en alguien :D La cosa debió de ser gorda porque lo sigue hablando con su amiga, pero en el zulo sólo le recuerda que no le diga nada a su marido (al de la amiga).
ResponderEliminarLa igualdad de condiciones es muy difícil. Nunca tendré los privilegios que tienen las otras dos personas que están bajo el ala de mi jefa, aunque reconozco que estoy mucho mejor que en otros departamentos de la empresa.
me gusta tu forma clara y espontanea al escribir
ResponderEliminarme dejas sonriendo
Gracias, es lo más bonito que podías decirme. Me gusta crear intriga, pero me gusta más todavía que la gente termine sonriendo e incluso riendo. Un beso
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