Miércoles 7 de
diciembre de 2016
12:20h
Office CHRISTmas Tree, de Daniel Go |
Me llama mi jefa. Ha pensado que el lunes que viene
podríamos comer, con Sandra y Sara Pestes. Es decir, las cuatro del departamento,
sin contar al super jefe y a Violeta. Qué raro. En nueve años nunca hemos
tenido comida, ni cena de Navidad. Cada edificio o departamento (depende de
dónde estemos ubicados) celebra su fiesta particular y siempre a cargo de los
empleados. En mi primera Navidad mi jefa organizó unos pinchos para los
del edificio, como hacía siempre. En la segunda, ella no pudo y nos encargamos Inés
miradas indiscretas y yo. En la tercera pensamos que deberían tomarnos el
relevo. Nadie lo hizo. Así que es algo de lo que me he librado todo este
tiempo, porque esa tercera Navidad coincidió con la llegada de gente nueva y el
enrarecimiento del ambiente.
13:50h
Sandra vuelve de su paseo. Creo que sale a hablar con su
amante, o con alguien especial. Alguien al que mantiene oculto de las miradas
controladoras de su marido. Tiene una llamada perdida de nuestra jefa, pero en
vez de devolvérsela, hace una llamada personal.
Ahora, ahora la llama y creo que le está anunciando lo de la
comida.
14:04h
Sandra y yo comentamos lo extraño que es esto. Las dos
pensamos que puede que nos quiera anunciar algo. Aunque ella opina que un
restaurante no es el lugar más apropiado. Estamos con la mosca detrás de la
oreja. Al menos eso significa una cosa: que no me va a echar la bronca en la
reunión que tenemos esta tarde. No he conseguido los objetivos fijados para
cada año. Es imposible si me ponen a hacer otras tareas, pero a los jefes casi
nunca les importa eso.
16:50h
No hubo bronca. Tenía mi respuesta preparada, pero con los
jefes da igual. Ganan siempre tengan razón o no, así que mejor no tener que
darla. Le conté el
problema que tuve con las de la Empresa B. Fuera de contexto, suena fatal
llamarle así… Me dijo que lo hablaría con la jefa del departamento. No con la
de la bronca, sino con la pasota, la que es el origen del problema. Lo que me
extrañó es que estuviera Diana, una de las mejores amigas de mi jefa. Trabaja
en un departamento que depende del nuestro, pero mi jefa siempre ha tenido
bastante secretismo con nuestras listas. Los borradores siempre han sido top
secret entre ella, el super jefe y yo.
Lunes 12 de enero de
2016
12:17h
El tema de la comida de Navidad se complica por momentos. Mi
jefa le ha dicho a Sandra que nos vamos a juntar con el departamento de Diana,
que también iban a comer hoy. ¿Para hacer equipo? Sandra, poniéndose en plan
egocéntrico, dice que es porque nuestra jefa se siente incómoda con nosotras,
aunque en realidad quiere decir con ella. No tiene sentido, si se sintiera
incómoda, ¿por qué convocar esto después de tantos años sin hacerlo? A mí no me
apetece mucho. Me cuesta tolerar a Sara, pero a Carlota ni te cuento. Y
desde que la han ascendido y no es secretaria, más. ¿Qué le pasa a la gente con
sus egos?
15:30h
Mi jefa deja el puesto.
No sé si voy a desmayarme, a escurrirme de la silla o a
volatilizarme… no, volatilizarme imposible con lo que estoy comiendo en
diciembre. Por eso la comida, por eso al final juntaron a los dos equipos.
Porque mi nueva jefa va a ser Diana. Ahora todo encaja. Todo encaja.
AAAAAAAAAH...
Six Screaming Kaleidoscopes, de Stuart Rankin |
18:30h
Estuve reunida con mi jefa casi media hora. Hacía mucho
tiempo que no hablábamos con tanta tranquilidad, contándome sus preocupaciones,
yo las mías a ella. Diana es maja, me cae bien, pero ¿y si no congeniamos? Me
gusta que sea organizada, es experta en operaciones. Y me gusta que lleve los
labios pintados de rojo, como yo. Aunque esto sea una superficialidad que no
indica nada. Pensamos que los cambios son buenos, que pueden despertarnos de un
letargo, pero me dan miedo.
Es lógico dejarse llevar por la incertidumbre de un cambio inminente, pero tampoco hay que hacer saltar todas las alarmas. La gran mayoría de veces un cambio no es más que un cambio. Ni bueno, ni malo. Aunque requerirá un tiempo de adaptación, eso por supuesto. Pero que la valoración sea positiva o negativa casi siempre tiene la culpa nuestra capacidad de ver esa circunstancia con buenos o malos ojos. Bueno, esa es mi modesta opinión.
ResponderEliminarMi lado racional te da toda la razón :) El irracional... ese ya va por libre :D
EliminarUn abrazo.
Pues a pesar de tu lado irracional no tiene por qué ser malo. Parece que tus primeras impresiones con Diana no son desastrosas. Y claro que tendrá sus defectos pero cruza los dedos y espera que no sean apocalípticos. Esos labios rojos ya son una especie de bandera común. O de afinidad. Y ahora me quedo pensando en lo que hace Sandra en sus paseos. Ese hilo de la historia que queda así, de lo más interesante. Con su narrativa a lo serie de televisión para que no puedas abandonar mucho tiempo la pantalla. Suerte con Diana. También conocida por Artemisa. Diosa de la caza. Pero vamos, que solo es un nombre.
ResponderEliminarFíjate, Sergio, que no quería llamarle Diana, pero por extraños mecanismos de mi mente, de pronto tuvo ese nombre y ya no me funcionaba ningún otro. Siento que el hilo de los paseos quede así. Mi yo completo no sabe nada más y Jekyll, que era quien escribía, no quiere saber así que no se pone a imaginar. Era importante para mí que se vieran las diferencias entre mis dos yoes escritores, aun a riesgo de parecer una pirada :D.
EliminarUn cambio
ResponderEliminarlos cambios
lo veo todo positivo
un Año Nuevp frente a vos.
me gusta tu diario es una forma de exlorarte maravillosa
como cuando era chica lo escribía a diario
Sigamos con esto es un buen comienzo un blog de la vida maravilloso
Cuando uno escribe lo que quiere
se convierte en lo que pasa
feliz diciembre muchacha
Recomenzar: sigo escribiendo un diario! :) Menos a menudo desde que tengo el blog pero me acompaña a todas partes.
EliminarUn abrazo y felices fiestas :)