Diario de Sandra (3): comida de Navidad

Lunes 12 de diciembre de 2016

15:52h

Salimos de la comida de Navidad. Sandra ha estado callada prácticamente todo el tiempo, incluso antes del gran anuncio en los postres. Nunca la había visto fuera del zulo, con otra gente que no fueran Ana y la Rotten. Parecía metida en su cascarón. No es que yo hablara mucho, no tenía nada que decir en la mayoría de conversaciones que sobrevolaban la mesa, pero ella no solo estaba callada sino que podía ver cómo se encogía a mi lado.

La calle. Nuestras compañeras hablando. Ella y yo en silencio, incómodas. Incómodas porque sé que ella está a punto de manchar las bragas del susto. Se lo noté sin verle la cara. Quiere ocultar la verdad, fingir que todo va bien, pero a mí hay poco que pueda ocultarme. Su actitud forzada para tapar lo que realmente le pasa por dentro me ha enseñado a leerla como un libro abierto. Si se comportara de manera sincera, probablemente no sabría qué pasa por su cabeza, habría un pequeño espacio para la improvisación y los imprevistos. Tendremos un comienzo de año movido. Sí, bueno, por decir algo. Silencio otra vez.

Martes 13 de diciembre de 2016

9:55h

Let's make some noise, de Dawolf-

Entro en el neozulo. Sandra me ataca con la reunión de ayer. No digáis nada de momento. Eso no lo entiende. Tiene que soltarlo delante de Celia. No es la primera vez que cuenta algo que no debería. Tengo que recordarlo, apuntarlo donde sea y leerlo de vez en cuando, que no se me olvide porque si ella es bocazas, yo soy despistada.

Estoy segura de que Ángela A MÍ tiene que decirme algo más. No sé por qué me sorprende su egocentrismo. Comprendo que tenga miedo, al fin y al cabo al terminar la beca la contrataron sin tener trabajo real para hacer, pero no la van a echar. Si acaso, cuando pase un tiempo y se produzcan los cambios que ahora dejarán aparcados, si no hay sitio para ella en el departamento la mandarán a otro. Aquí hay que hacer algo muy gordo para que te echen. Si no se deshicieron de la Rotten, menos de ella. Otra cosa es que quiera el puesto, porque tiene que ser uno de presidenta de algo. No para y todo yo, yo, yo, como si el cambio solo fuera para su culo. ¡Qué aires!  Me está despeinando.

10:30h

Y sigue y sigue mientras nuestra jefa no la llama. Está ofendida porque son y media y todavía no ha sonado el teléfono. La gente tiene que dejar lo que esté haciendo para hacerle caso. Pobrecita. Es capaz de montar el numerito del caracol sin pestañear, no me mires, no me mires, y al segundo siguiente cabrearse porque no le prestan atención. Que se aclare. No sé si asistimos a la misma comida ayer, pero no entendimos lo mismo. Hubo un momento en que dudé de mi propia percepción, entonces recordé la conversación con Patricia y Carlota, no había diferencias. Es ella, que se mete tanto en la concha que entiende lo que quiere para victimizarse mejor al salir.

Menudo chaparrón. Ahora quiere dirigir el departamento. Todo le parece mal y yo mordiéndome la lengua para no decirle que igual si hacen cambios, ella se va a la calle justo en Navidad. Pero no quiero meterme en ese berenjenal que el chaparrón puede convertirse en huracán y con uno me llegó. Pero voy a abrir la ventana y, con el tridente, invitarla amablemente a que se quede en el tejado.

10:40h

Que si le escribe a nuestra jefa, que si la llama, que no puede ser que pase de ella de esa manera. ¿Te querrás callar? Haz lo que te salga de ahí. Voy a desconectar, ya ha sido bastante por hoy...

11:05h

BLA BLA BLA BLA

Sin título, de Straat Fuchs 

He estado perdida todo este tiempo. Al fin sale.

11:15h

Ángela la ha despachado pronto. No me extraña. Lo primero que le dijo al entrar en su despacho fue que quiere que le cambien su “título” en la intranet. En qué quedamos, ¿le importan o no le importan los títulos? Todavía aparece como becaria y entiendo que le fastidie. También entiendo que nuestra jefa debió cambiarlo antes, pero hoy, ahora, decidir qué título le ponen no es su problema porque quizás la sustituta, tenga pensada otra cosa. Siempre tiene que dar la nota con pijadas a destiempo.

13:55h

Se lo ha contado a Ana. El día que se meta la lengua en el culo, el mundo irá mejor. Ana toma café con las de su departamento y acaban de hacerle contrato. Cuando mañana se queden en silencio por un segundo, querrá ser la heroína de la oficina y lo contará. Y se lleva a las mil maravillas con la cotilla del edificio. ¿De verdad va a aguantar las ganas de contar algo prohibido?

Me parece que no hace falta decir que cada vez la detesto más.

Miércoles 21 de diciembre de 2016

16:54h

Roadside Tree.  Decorated for Christmas, de smysnbrg

No me quiero ir de vacaciones y dejar el blog con mal rollo. Hoy estuvo insoportable otra vez, ofendida por un trabajo de poca categoría que le ha pedido nuestra jefa. Tengo mis propios problemas y preocupaciones que hacen difícil soportar tanta superficialidad y gilipollez. Ojalá la cambien de departamento u ojalá me cambien a mí. Aunque yo hago lo que hago, no sé qué podría hacer en otro sitio. En cambio ella, como lo sabe todo, puede encajar en cualquier otro lugar, tiene más posibilidades. Si no quisiera pedirles a los reyes un videojuego, un metrónomo y unas zapatillas, les pediría que se la llevaran. Tres hombres para ella, imaginad qué felicidad… Uf! Son de Oriente, serán polígamos. Que la aguanten las del harén.

¡Felices fiestas!