La primera semana de trabajo del año vino acompañada de una
visita sorpresa, una que no esperaba: el Pájaro en persona. Este hombre es
demasiado ambiguo para un diablillo de décima categoría, no consigo descifrarlo.
Pensé
que no aparecería por aquí de nuevo y lo hizo. Lo peor de todo es que nada
más felicitarnos el año, se acercó corriendo a mí, se acordó de mi nombre y me
dio dos besos y medio achuchón. Demasiado. Me dio un pasmo y a Sandra dos
porque la saludó de lejos y con un leve gesto con la mano. La justicia de los
dioses. En ese instante, ella habría querido estar en mi lugar y de paso
achucharlo ella también y yo habría preferido recibir ese inocente e higiénico
saludito.
Malheridas. Cada una a nuestra manera. Sandra aun
necesitaría un par de tiritas más cuando el tipo se fijó en mi broche de
fieltro de Hello Kitty y dijo entusiasmado que le encantaba. Para Sandra fue chocante
que su admirado hombretón sea fan de la gatita y que le encantara algo mío
debió de ser como si le clavaran una estaca en el corazón. Le salió a la cara. Una
mueca de profundo desagrado tan evidente que sería extraño que Celia y el
Pájaro no se dieran cuenta. O quizás la leí porque la conozco un poco mejor que
los otros dos. Y justo ese fue el momento de reflexionar. No puedo negar que me
desconcertó. Sí,
malditos
prejuicios. Me cuesta creer que un tío de cuarenta sea fan de Kitty y que
lleve su carita blanca y su lazo colorado de fondo de pantalla de su iPhone, y
debo confesar que el primer pensamiento que me vino a la cabeza fue: “¡lo sabía!”
y me alegré al saber que
mi
radar no estaba estropeado.
Por desgracia tengo prejuicios como cualquiera, pero una de
las ventajas de escribir, es que para hacerlo se reflexiona y la reflexión
debería llevarnos a mejorar. Y escribir sobre esto no va tanto sobre la visita
de un hombre al que no querría volver a ver sino sobre lo establecido, que no
siempre está bien. ¿De verdad un tipo con Kitty en el móvil tiene que ser gay?
Entonces yo debería ser lesbiana por ser super fan de Campeones y de Dragon Ball,
series orientadas principalmente a un público masculino, sin embargo una teta
no me dice nada. Y si defiendo que a mí me gusten cosas que a priori son de
chicos, defenderé con la misma fuerza que a este tío le guste Hello Kitty. De
hecho, lo hice.
En cuanto salió por la puerta su amiguita Sandra lanzó el
primer dardo envenenado. Aún mantenía la mueca de asco cuando preguntó ¿le
gusta Hello Kitty? No hizo falta que yo lo defendiera con uñas y dientes porque
un cortecito de nada que le dimos Celia y yo fue suficiente para que se
callara. Curiosa la situación en la que su querida amiga de tonteo, la que
aprovechaba cualquier ocasión para restregarse contra él, lo traicionara cuando
ni siquiera había cerrado la puerta; la desagradable, en cambio, defendió que le pueda gustar lo que quiera. El mundo me da mucho asco, solo espero ir por un buen
camino.
Es posible que ese hombre sea gay, como también es posible que le encante Hello Kitty porque es una forma de conectar con algún ser querido (¿tiene hijos/as?). O vete tú a saber las filias que arrastra (porque todos arrastramos alguna), y que le llevan a idolatrarla. Lo que me parece más extravagante es que lo exprese en público. Porque ya sabemos lo reticentes que somos los hombres en exhibir nuestras inclinaciones hacia algo, en principio, destinado al género femenino. Somos tan machotes que no nos permitimos sentir simpatía por cosas de chicas. En cambio, si una chica reconoce que le atraen los juegos de chicos, siempre nos lo tomamos como un acercamiento. Es un tema curioso.
ResponderEliminar¡Ah!, y que sepas que no eres la única a la que no le dice nada un pecho. Es más, lo veo muy triste. ¿Has probado con dos?, porque también te digo que entonces la cosa cambia...
Jajajaja, por desgracia ni una teta, ni dos ni una colección. Siempre digo que la probabilidad de éxito se amplía si eres bi (o igual no y tienes las mismas dificultades para ligar), pero nada, no es el caso.
EliminarCon respecto al tipo este, creo que has dado en el clavo en algo que no se me ocurrió a mí: el expresarlo. Y no se trata sólo de mostrarlo. Usamos el móvil a todas horas, incluido en el trabajo. Es inevitable que los demás vean a la gata cuando se conecte para algo en una reunión, pero se ve que le da igual y, aunque me cae fatal, lo admiro por eso.
Un abrazo.
Pues todo está dicho entonces con esos comentarios anteriores. La clave está en que lo expresa sin problemas y la mayoría de hombres esconde cualquier cosa así. Cualquier icono como Hello Kitty puede representar también un leve interés o añoranza de la infancia. Puede que le recuerde a algún momento bueno de otra época. Hace un par de años salió en las noticias el sorpresón que supuso que "My little Ponny" tuviera numerosos seguidores de cuarenta años. Sobre gay o no gay siempre puedes buscar el entusiasmo que muestra y a dónde se le va la mirada cuando cree que no lo observan. Incluso el hombre más educado suele mirar hacia el culo o los pechos femeninos con más o menos disimulo. Pero vamos, que eso solo importa si te importa. Si no, es mejor dejarlo y seguir compartiendo vuestro amor por el simple pero efectivo diseño de la gata cabezona. P.D: Por cierto, lo tuyo con Dragon Ball no es tan raro. Y las mujeres además, lo expresáis sin problemas. En el fondo no somos tan diferentes. Nos van diferenciando más bien los condicionamientos sociales.
ResponderEliminarMás allá de su orientación sexual que para mí solo fue relevante cuando Sandra le tiraba los tejos descaradamente, quería resaltar lo condicionados que estamos para expresar algunas cosas o incluso para elegirlas y ya no digamos para juzgar a los demás. La reacción de Sandra es solo un ejemplo de alguien que no se para a pensar que los demás pueden tener gustos diferentes y que adoctrina en lo establecido (como ya escribí alguna que otra vez). Pero no soy inocente de juzgar, porque lo primero que se me pasó fue: es gay. Y no, jolín, igual no lo es, o sí y qué más da. Y tener esos pensamientos primero me fastidia. Mucho.
ResponderEliminarLo de Dragon Ball y Campeones es muy curioso, porque todos en clase estábamos enganchados sin distinción de sexo. Fue cuando crecí, cuando empecé a leer sobre la serie ya en internet, cuando descubrí que estaba orientada a los chicos, que salieran tantas tetas no me había dado ninguna pista jajajaja.
que divertido lo que cuentas desde lo lejos se ve divertido un abrazo
ResponderEliminarA mí, cuando me alejo en el tiempo, también me divierte, o al menos me parece que se queda en anécdota.
EliminarBesos.
interesante lo que cuentas achuchon??? escalofrios??? es buen mozo??? cuéntanos de el..besitos querida
ResponderEliminarMmm... yo diría que no, que no es atractivo, pero para gustos, ya sabes :) En realidad no me gusta, aunque entre esos dos besos que me dio y un momento incómodo que provocó unos días después, he llegado a pensar que su actitud distante hacia mí cuando compartíamos neozulo, era una tapadera. Pero fue solo una chaladura momentánea que me dio por no saber leer bien las señales.
EliminarLo que me encantaría sería que apareciera uno que de verdad me pusiera y poder escribir un relato a la altura de tus poemas, pero nada, de momento esto es demasiado femenino y aburrido.
Un beso enorme.
tus charlas son mejores que mis prosas.
ResponderEliminarfijate nunca escribí poemas.
son charlas de la vida en rima es parecido a lo tuyo
Solo en prosa
mil abrazos mariposa
Muchas veces los géneros se confunden o se mezclan entre sí, pero lo importante es lo que contamos. Besos
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