jueves, 20 de junio de 2019

¿Qué recibo a cambio?

Birrete. Mortarboard
Senior Pictures – Tradon, de Kerri Polizzi
Hace unos cuantos años ya, Sandra comenzó su cruzada personal para conseguir que la empresa le financiara un máster en una universidad top con la que tiene acuerdo. Antes de otorgar la pasta, hace firmar un contrato al empleado o empleada para que no se largue en dos años y ganar un puñadito de personas masterizadas de las que presumir. Normalmente la gente acepta para conseguir un ascenso, además de una subida de sueldo (no siempre sustanciosa), un buen puñado de horas extras no pagadas y la atadura casi permanente al teléfono durante el tiempo libre, con o sin necesidad. Lo último no lo desean, pero va en el saco. En otras empresas probablemente la situación sea similar, sin embargo, la mayoría se va pasados esos dos años.

En el caso de Sandra, ella dice que Ángela (nuestra jefa anterior) se lo puso como condición para hacerle un contrato de cuarenta horas semanales porque su máster en una universidad mediocre no era válido. Aquí empezaron las mentiras. Cuando a mí me contrataron, no tenía un máster, ¿de cuántas horas es mi contrato? El noventa por ciento de secretarias y administrativas no tienen máster, ¿de cuántas horas es su jornada? La mayoría de comerciales e informáticos no tienen máster, ¿cuántas horas a la semana trabajan? Ella lo que quiere es un puestazo, pero le da vergüenza reconocerlo. Los motivos darían para otra entrada, muy compleja además, porque antes tendría que separar las mentiras de la verdad y eso me produce dolor de cabeza en este momento. Así que hoy voy a seguir con la historia diciendo que alentada por conseguir las cuarenta horas, más dinero y un cargo, pero también unas condiciones que no quiere, empezó el periplo para que la admitieran en algún sitio.

Solo hay un par de plazas en cada programa para miembros de la plantilla. En el primero que solicitó, alguna modalidad part-time de un MBA, no la cogieron, según ella, porque estaba muy solicitado por externos. Dos años después, seguía sin ser admitida, así que cuando cambiamos de jefa, cambió de especialidad y solicitó plaza en un máster de comunicación corporativa. Ninguno de los dos le gustaba, pero pensando en el de comunicación se enfermaba. No me extraña, sabiendo los errores ortográficos, gramaticales y de expresión que comete. Pero decía que no tenía otra opción y aguantó la espera. Reconozco que no sé muy bien lo que pasó con ese, nunca me dio muchos detalles. No la admitieron en la primera convocatoria tras hacer las pruebas porque la plaza la había ocupado otro compañero, pero tampoco empezó en septiembre pasado, cuando supuestamente le tocaba entrar. Y vuelta a cambiar de estrategia y de especialidad. Solicitó plaza en un máster de gestión digital que no le sirve para el trabajo que hace, para el que no tiene conocimientos, pero para el que había un montón de plazas libres porque era la primera convocatoria.

Temí que no la admitieran porque, además de no acercarse ni de lejos al perfil que buscaban, tuvo unos resultados nefastos en las pruebas y la primera entrevista. Acudió sin mirar el programa de estudios, sin saber de qué iba el máster. Le hicieron una segunda entrevista por misericordia y porque necesitaban gente de relleno, así que espero que, igual que tuvo suerte en la admisión, nos sorprenda con su valía [¡ja!] y le vaya de fábula en las clases, a ver si la pierdo de vista de una vez. Pero hay un quid de la cuestión con respecto a esto. El mismo día que la admitieron tuve una reunión con mi jefa. Qué alegría lo de Sandra. Sí, sí, claro, qué bien, ojalá le vaya bien, qué alegría. Y tras la alegría tan efusiva, el hundimiento: Bueno, Doroty, ahora la siguiente eres tú.

Estudiantes de graduación con toga y birrete
Mortar board sea, de Rawdonfox



Miro a un lado.


Miro a otro lado.





Definitivamente no hay ninguna otra Dorotea. No hay nadie más que ella y yo. ¿Yo? Sí, sí. Míralo con calma, busca algo que te guste, sin prisas, sin presión, algo-que-te-guste [a ver por qué porras enfatiza esto] y me lo dices. Agradecería el gesto si me hubiera preguntado: Y a ti, Doroty, ¿no te apetece hacer un máster? Eso habría sido lo correcto.

Supongo que cuando Diana tomó las riendas del equipo, Ángela le pasó mi CV, pero ha cambiado mucho en estos años. He hecho talleres y cursos especializados, he estudiado un máster en una muy buena universidad en esa área. Vale, no sirve para mi trabajo, pero tampoco sirve ninguno de los que Diana me ofrece. No sabe nada de mi vida, no sabe si puedo hacer el gran sacrificio que supone estudiar un máster de esa envergadura y esa exigencia, si puedo dejar todo durante al menos un año, con la presión añadida de sacar excelentes notas para no dejar mal a la empresa. Le importa una mierda que no tenga el poder adquisitivo suficiente para pagar la parte de las tasas que me corresponderían, más los viajes de intercambio. Evidentemente, si vuelve a insistir, puedo hacer la pregunta: ¿qué recibo a cambio? Lo siento, pero llegado el momento, no puede ser que solo yo pague un precio. La empresa se esfuerza por disfrazar todo esto como una gran oportunidad, se viste de generosa, pero si hacen esa inversión y retienen a la gente dos años, es porque en ese tiempo lo han rentabilizado.


Birrete sobre pupitre antiguo
110:365, 2016, Going back in time, de Carol
Dudo que la respuesta a mi petición sea un cargo creado ex profeso con subida de sueldo y siempre me quedaría la opción de cambiar de rumbo pasados los años, pero me fastidia mucho que mi jefa no tenga en cuenta mis necesidades laborales, que ni se moleste en conocerlas, porque para mí, hay vida más allá de un máster. Me fastidia aún más que no tenga en cuenta mis necesidades personales, que dé por hecho que voy a sacrificarlas. No todas queremos pasarnos la vida colgadas de un teléfono en nuestro tiempo libre. Algunas personas tenemos aficiones, tenemos vida más allá de las cuatro paredes de la oficina, aunque nunca mencionemos nuestras dificultades para conciliar, ni vayamos llorando por los pasillos y los despachos. Odio que no se haya molestado en conocerme y que me meta en el mismo saco que a Sandra. Qué voy a decir, esto último me revienta. 

Me sorprende que no contemple la posibilidad de mi marcha, eso dice mucho, y que me ofrezca algo que no aporta nada a mi trabajo. ¿De verdad cree que con un súper máster en mis manos me quedaría en esto para siempre? Me enerva que todas las acciones de la gente que me rodea (consciente o inconscientemente) se traduzcan en presiones para dejar un trabajo en el que me encuentro cómoda y que me permite llevar la vida que quiero. Mi jefa sería demasiado inocente si no supiera que tanto fue el cántaro a la fuente… Veremos si resiste o directamente me lo cargo.

8 comentarios:

  1. Los ascensos en una empresa tiene un carácter tan cerrado en cada una, que es un crucigrama imposible saber cuándo y por qué de cada uno. Expresas perfectamente las inquietudes de cada oferta paar hacer un máster que las empresa pagare en teoría, y esas jornadas que no constan y que exceden a las cuarenta horas.

    Muy real tu entrada. Muy buena la verdad. Un abrazo y feliz tarde

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    1. Muchas gracias, Albada. Estoy totalmente de acuerdo contigo en lo de los ascensos. Aquí se supone que sin un máster no puedes llegar ni a subdirector de departamento, pero hay muchas excepciones, demasiadas. Que es lo opuesto a lo que me sucede a mí. ¿Por qué un máster si no lo necesito para mi trabajo? Y también hay casos de gente que hizo el dichoso el máster y no recibió nada a cambio y, si no se han ido a otro sitio, sus razones tendrán, pero por lo de pronto, nada de ascenso.

      ¿Qué más puedo decir si el mundo laboral es un asco?

      Un abrazo enorme.

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  2. A mí ya lo de horas extra no remuneradas me hace retroceder como un vampiro ante un crucifijo. Y a la vez me enerva. Pero no lo dudes. Por supuesto que no les importa nada si tienes tiempo o ganas de hacer el máster o si lo necesitas. Cuanto antes lo asumas mejor para ti. Les da igual. Lo cual tiene el lado positivo de que a ti te tiene que dar igual lo que opinen ellos sobre tus decisiones. Obligarte a estar de guardia con un móvil encendido en tu tiempo libre no sería bueno ni aunque te lo pagasen bien.
    Sólo piensa que puedes defenderte de todo eso sin mucho esfuerzo. Porque... puedes ¿No? En fin. Siento mucho que pases por eso. Es el tipo de injusticia laboral que me indigna especialmente. Un beso

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    1. Intento no regalarles nada, ni un minuto. Nunca me irá bien aquí (ni en muchos otros lados), pero me irá bien en otros aspectos. Y sí, espero poder defenderme, pero no lo tengo claro porque igual que engañaron a Sandra diciéndole que sin él no le hacían contrato de 40 horas (si es que es verdad...), también me pueden venir con el cuento de o el máster o el puesto. No quiero ponerme en lo peor, pero tampoco quiero estar desprevenida.

      Un abrazo, S., y gracias por tus ánimos.

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  3. Ugh se ve complicada la situación porque si te niegas puede que amenace ella tu continuidad o te declare su enemiga. Tendrás que poner en una balanza lo que estás dispuesta a sacrificar versus lo que "ganarás". En mi caso, creo que aceptaría, pero si no me financian buena parte o todo, diría bien honestamente que no tengo cómo costearlo por ahora.
    Aquí mucha gente estudia post títulos con ayuda del estado, becas y programas e incluso internacionales, lo malo es que para acceder más fácilmente a esos en Chile tienes que ser participante activo en algún partido político o bien, ser masón, já.
    Un abrazo y buena suerte!

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    1. Sí, es complicado. Casi todo en el trabajo lo es. :S

      Mi idea es, si vuelve a insistir, saber exactamente qué voy a recibir a cambio y quizás, elegir un programa corto y no un máster. Ya que tengo que hacer algo que probablemente no me guste, que sea lo más breve posible, jajaja.

      Un abrazo.

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  4. Mi adorable escritora
    Toda la valentía que pones en tus escritos me fascina
    No te aconsejo ni juzgo en nada
    Me encanta leer la frescura infinita de tus letras
    donde me pierdo sin decir nada ...
    Un brindis con helados

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    1. Eso del brindis con helados es perfecto! :) Gracias por no juzgarme. Creo que es lo que esperamos tod@s pero no siempre cumplimos con respecto a los demás.
      Un abrazo enorme.

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