viernes, 5 de abril de 2019

Etiquetas

Dos novias
Fotografía sin título, de Simon Laroche
Cuando durante una conversación alguien me muestra rechazo radical hacia los homosexuales, tiendo a sospechar que esa persona no está del todo reconciliada con su sexualidad, que niega ese porcentaje de atracción hacia su mismo sexo que tiene una buena parte de la población heterosexual. En la oficina es un tema que trato de evitar porque mis compañeras son bastante intolerantes y me ponen enferma sus comentarios, además, tras una discusión, siempre queda tensión y mal rollo y de esto tenemos suficiente. A Sara Pestes no la tengo tan calada, pero después de muchos años de observación, estoy convencida de que Sandra es bastante lésbica, también que tiene ese lado absolutamente reprimido y que le sale en forma de unos ramalazos rarunos, a veces fuera de lugar.

No creáis que solo observo a los demás, también me observo muchísimo a mí misma. El hecho de escribir en el blog y escribir mis diarios me hace reflexionar sobre temas por los que pasaría de puntillas, con suerte, si no escribiera. Mi identidad sexual no podía ser una excepción. Mi heterosexualidad definida casi al cien por cien (dejémosla en un noventa y nueve por ciento, por no decir de esta agua no beberé) no me impide defender a capa y espada a los gays frente a la gente rancia. Si habéis leído alguna entrada supongo que veréis que soy bastante cortada y que tengo una alta incapacidad para pararle los pies a la gente en ciertas situaciones, en cambio no tengo ningún problema en meterme en una discusión con estas dos imbéciles y dejarlas a la altura del betún cuando se trata de intolerancias varias, sobre todo con Sandra, que presume de buena, tolerante y progre, pero podría ser una abanderada del partido de verde en las próximas elecciones.

Una vez que estamos en situación, tras una introducción un poco larga, vamos a los hechos. Desde hace un par de meses tenemos un nuevo compañero, Jaime. A Ana, que es una enamoradiza, le encanta. A los pocos días de su incorporación nos preguntó cosas sobre él: si tiene pareja, si es gay… Yo le dije que no descartara esto último porque mis antenas se pusieron en alerta cuando lo conocí. Sin embargo, hace unos días lo vi con una chica y volvieron a dar señal, así que igual este chico tiene ese amplio abanico del que quisiera un par de pliegues para mí.

Hombre con el lado derecho maquillado como una drag queen, el lado izquierdo sin maquillar
No se puede ser y no ser..., de Marcos de Madariaga
El caso es que Ana se puso a bucear en la red para averiguarle la vida y se encontró con una foto suya con los ojos maquillados como si fuera una drag queen. La foto es, por lo demás, aséptica como una de carnet: fondo neutro, gesto serio, camiseta blanca, ojos cerrados para que se vea el dibujo al completo. Fue Sandra quien me la enseñó y puso el grito en el cielo, porque gay, vale, tiene un pase, pero eso, ¡eso!, no. Y la cólera empezó a formarse en la boca de mi estómago. Eso, ¿QUÉ? Reconozco que me quedé en shock, no tanto por el hecho de que sea drag en su tiempo libre (si lo es), sino porque haya alguien con esas inquietudes en medio de la fauna gris que pulula por aquí. Una vez superada la sorpresa, solo puedo decir que el tío me mola y cuando lo verbalicé, Sandra seguía dándole que te pego al no, que no puede ser. 

En este asunto hay un tema adicional, además de la intolerancia y la homofobia: las falsas suposiciones. ¿De qué tenemos pruebas? De que ha posado con los ojos maquillados. Eso es lo único que vemos y sabemos. Ya que está tan mal visto que alguien sea drag, no lo “acusemos” de algo que no sabemos. Se puede estar disfrazando, puede ser el modelo voluntario para que su novia maquilladora trabaje… Y Sandra otra vez con el no: No, no, no, un hombre normal [aquí Dorotea casi la estrangula] no se presta a eso, a no ser que sea… Y un gestito despectivo con la mano. Normal, ¿cómo? ¿Como su marido controlador enfermizo y maltratador psicológico, que flirtea con las esposas de sus amigos en las fiestas que organizan y no estoy segura de que no sea para tapar su lado oculto que para él sería pecaminoso?

Sonó el teléfono y se terminó la discusión, casi mejor, porque iba decirle que no sé con qué clase de hombres sale, a qué clase de gente conoce. Supongo que no a demasiada, porque nunca deja su burbuja. La mayoría de los que la rodean viven de las apariencias, como ella, son especialistas en decirles a los demás lo que está bien, lo que está mal y en ponerles etiquetas, aunque luego son igual de homosexuales, bisexuales y drags que los demás.

20 comentarios:

  1. Es todo un tema... aquí lo principal es la tolerancia y el respeto, acá en México existe mucha discriminación aún, sigue siendo un país con muchos tapujos en ese tema, creo que haces muy bien hablando de esto es una manera de exponerlo y ver nuestra realidad, te mando un abrazo y te deseo un lindo fin de semana :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y aquí también, Susy. Precisamente esta mañana leí que en la Comunidad de Madrid hay un ataque homófobo al día. Claramente estamos muchos metros por delante de Sudán, por ejemplo, pero nos queda mucho que aprender sobre el respeto.
      Un abrazo y feliz semana!

      Eliminar
  2. Aiwnso hetero siempre he mantenido que poseo algo de mujer -o que sería mi deseo por algunos rasgos de la inteligencia de las mujeres que admiro- aunque no se manifieste en el plano sexual yo creo que todos poseemos una parte del sexo opuesto. Las cuestiones culturales son otra cosa y tienes mucha razón de que todavía hay ciedrto tabú y también tienes razón en esa posible postura porque te va tu sexo, la edad del postureo.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pitt, lo que comentas me parece muy interesante. Las influencias culturales son un gran peso con el que cargamos y no todo el mundo es capaz de librarse de ellas, aunque sea solo para ver que no todos somos iguales y eso no tiene por qué ser malo. Y no me refiero solo a la sexualidad, sino que nos influyen en cosas tan "simples" como que un hombre no debe llorar.
      Un abrazo.

      Eliminar
  3. La diversidad de inclinación sexual o maneras de vestir son temas privados. Es cansino que hasta en el trabajo, haya que vigilar que nuestro aspecto y comportamiento se el "Correcto", porque son muchas horas en el ambiente laboral. Que cada uno sea quien es y como es, que ya está bien de prejuicios

    Un abrazo y feliz sábado

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En la empresa donde trabajo suceden dos cosas. Por un lado, se fomenta la tolerancia y la diversidad así que no hay ningún problema en que cada uno sea y muestre lo que es, hay un grupo LGBTI en la intranet, organizan reuniones, etc. Sin embargo, por otro lado, los altos ejecutivos gays(y hablo en masculino porque solo conozco casos de hombres, pero probablemente haya también alguna mujer) lo ocultan tanto como pueden. Quizás por las relaciones laborales que tienen fuera de aquí, pero el caso es que oficialmente son "heteronormales". En esos detalles es cuando me doy cuenta de que trabajamos en una burbuja.

      Un abrazo.

      Eliminar
  4. ¡Hola! Yo pienso que una cosa es lo que seas y otra lo que tú toleres. Independientemente de si todos tenemos un porcentaje x de homo (para quien lo quiera creer) ante todo somos personas con sentimientos, familias y en fin, qué más da si a una persona le gusta más un chico que una chica o viceversa, si es feliz pues adelante y ya está. Tenemos una manía muy fea de meternos en la vida del otro.
    Me gusta tu escrito, de vez en cuando hace falta algo así.
    Te sigo, te espero por mi rincón.
    Un saludo.
    https://marca-indeleble.blogspot.com/

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Né. Lo de meternos en las vidas de los demás da para más escritos aun, queremos que todo el mundo sea como nosotros (en general, no tú y yo en concreto :D) y si prueban un poco de todo, viciosos. Creo que mientras no nos saltemos la ley, que cada uno sea como quiera.

      Me apunto tu dirección. Me pasaré en cuanto tenga un rato. :)
      Saludos.

      Eliminar
  5. Que placer fue leerte de madrugada Cuando el fresco entra por la ventana

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra que lo hayas disfrutado. Fíjate que cuando terminé de escribir esta entrada pensé: "Porras, ya me estoy pasando con el largo, qué pensará Recomenzar", :)
      Un beso enorme.

      Eliminar
  6. Yo suelo pensar cuando escucho a estas personas que les falta un buen montón de cultura. Tengo la impresión que un alto nivel cultural te vuelve empático con las personas que piensan diferente a ti(sea lo que sea eso ya que hay gays que por lo demás piensan muy parecido a mí). No siempre pero sí a menudo. Y sobre todo en el siglo XXI donde parecía que ya estábamos de vuelta de todo pero parece que no. Claro que las personajillas de las que hablas ya apuntaban intolerancia por otros motivos y desde hacía tiempo. No me sorprenden.
    Como bien deduces, el pobre Jaime puede haber colgado la foto por mil motivos y da igual cual de ellos sea.
    Buen tema y mejor tratamiento el que le das. Elegante e inteligente. Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, S.! No sé si podré estar a la altura en el futuro. Todos vuestros comentarios hacen que sienta presión. :)

      Sí, estas dos ya asomaban la nariz hace tiempo. Sandra incluso medio cuerpo. Lo que me entristece de este tema es precisamente lo que comentas, que cuando parecía que teníamos algo ganado en tolerancia, parece que estamos retrocediendo. Sobre el nivel cultural, no estoy tan segura. Te diría que convivir con mucha gente diferente ayuda, pero luego veo a gente que se relaciona con latinoamericanos o con gays y cuando no están delante se refieren a ellos como panchitos o mariquitas. Y ojo, también a gays refiriéndose a heteros con el mismo tono despectivo, que no me parece tampoco la solución.

      Un abrazo.

      Eliminar
  7. Hay que tener tolerancia con todo. Mientras el individuo en cuestión no le haga mal a nadie, nada ni nadie se tiene que interponer en sus aficiones. Cada cual debe de vivir su vida como le venga en gana.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo pienso como tú, Elvis, pero hay a quien le encanta meterse en las vidas ajenas.
      Un saludo.

      Eliminar
  8. Yo soy nuevo en este trabajo y que yo sepa, nadie me conoce pareja. Supongo pensarán cosillas de mí o harán rumores a mis espaldas, pero nadie me ha dicho ni preguntado nada directamente. Já

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Nocturno:

      No hace falta llevar mucho tiempo para que se cotillee de alguien. Mira el chico del relato. :S Y yo me convertí en la rara del edificio donde trabajaba simplemente porque no les contaba a las cotillas nada de mi vida privada. A saber lo que dirían, pero siempre me dio igual.

      Saludos.

      Eliminar
  9. uuuhhhh!!! yo me habría puesto como una moto con Sandra y le hubiera soltado de todo...ya estoy hasta las narices de esta sociedad de porquería, donde hacemos ver que somos tolerantes, no somos racistas, tenemos "amigos" así y asá...pero al final nadie quiere que en su familia "hay un bichito raro"...grrrrr! La verdad es que me pongo de muuyy mal humor. Qué nos importa qué haga el vecino, el compañero de trabajo, nuestro hijo o nuestra santa madre con su vida. Ya no digo la privada, digo su vida! ¿Porqué tenemos que contar si somos heteros, homos, trans...etc? ¿Porqué?
    ¿Qué le importa a la gente? Pero no...siempre allá donde vas, tienen que saber de dónde vienes, tu árbol genealógico, tus preferencias sexuales...Nunca lo he entendido, la verdad...A mi me da lo mismo qué hagan y quién les guste...Creo que el mundo sería más amable si todos nos metiéramos en nuestras vidas y no quisiéramos opinar sobre los demás. Realmente qué cansinos somos!!!
    Y no parece que vaya a mejorar...creo que vamos hacia atrás a pasos agigantados aunque intenten vendernos la moto de que somos tolerantes...jajja! me río yo de la tolerancia de este mundo...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En esa ocasión la conversación se vio cortada, pero se lo he dicho otras veces, sobre todo porque va de una cosa para ir de guay con no sé quién y luego pone verde a todo el mundo porque no encaja en sus moldes.

      Y pienso igual que tú. Estamos perdiendo mucho de lo que se había logrado en tolerancia y derechos sociales. Parece que volvemos poco a poco a los tiempos de espionaje tras los visillos para denunciar lo que no es "normal". La empresa donde trabajo es tolerante en ese sentido, pero los trabajadores como individuos, ese es otro cantar. A muchos, muchos, me los imagino perfectamente vigilando a los demás para conseguir información con la que poder denunciar. Muy muy triste.

      Un abrazo enorme.

      Eliminar
  10. es una lástima que no se avance mas rápido en este tema, pero se lograron cosas. Quizá quede mucha gente rancia, vieja de mente que hace que esto parezca mas cuesta arriba todavía. Por eso valoro tanto a la gente que sale de la mano, que se besa en público aún poniéndose en riesgo para visibilizar todo y que la gente se acostumbre a esta nueva "normalidad"... besos!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me pasa lo mismo que a ti. Admiro muchísimo a todos esos y esas valientes que han reivindicado y se han mostrado al mundo tal como son. Gracias a todas esas personas muchos de nosotros crecimos viendo como normal lo que hasta ese momento era sucio y pecaminoso y muchos otros pudieron salir de la ilegalidad.

      Es cierto que a veces parece que volvemos atrás por culpa de la gente rancia, pero, de momento, se ha conseguido muchísimo si lo comparamos con la situación que se vivía en los tiempos del Stonewall. Y no digamos si nos vamos hacia atrás. Espero de verdad que solo sea un paso atrás para dar dos adelante a continuación.

      Un abrazo.

      Eliminar