Fotografía sin título, de Simon Laroche |
Cuando durante una conversación alguien me muestra rechazo radical
hacia los homosexuales, tiendo a sospechar que esa persona no
está del todo reconciliada con su sexualidad, que niega ese porcentaje de
atracción hacia su mismo sexo que tiene una buena parte de la población
heterosexual. En la oficina es un tema que trato de evitar porque mis
compañeras son bastante intolerantes y me ponen enferma sus comentarios,
además, tras una discusión, siempre queda tensión y mal rollo y de esto tenemos
suficiente. A Sara Pestes no la tengo tan calada, pero después de muchos años
de observación, estoy convencida de que Sandra es bastante lésbica, también que tiene ese lado absolutamente reprimido y que le sale en
forma de unos ramalazos rarunos, a veces fuera de lugar.