Para este post había elegido un tema serio a la
vez que loco, iba a darle un toque divertido y era picante por sí solo. Me
llamó tanto la atención la
noticia en la que me iba a inspirar que se lo comenté a todo el mundo y
tanto va el cántaro a la fuente…, al final se la casqué a quien no debía, a
alguien que no quiero que aparque por aquí sus posaderas. Hablar del tema
significaba que podría buscarme y localizarme. Y me vi de nuevo en una crisis
de ideas, con la presión adicional de contar algo interesante porque me di
cuenta de que este es mi post número cien.
Hello from a bubble - MM bubble, de Ruud van Eck |
Tras una pausa de pronto vino otro tema a mi
mente, esa gente que va por el mundo como si fuera suyo aunque vayan invadiendo
el espacio de los demás. Pero me crea tan mal rollo que en este momento
prefiero no hablar de ello, me da igual que sea gente que golpea porque ha
invadido su izquierda y luego te gritan como energúmenos que eres una
maleducada, coches que salen de los garajes tan lanzados que están a punto de
atropellaros en la acera a ti y a tres personas como si fuerais bolos, ancianas
que te acosan en el tren para que su burbuja sea más grande y luego se quedan
dormidas sobre ti, y bicicletas
y motos… bueno, de esas ya he hablado y son los primeras que quiero
olvidar.
No debo de estar en mi mejor momento social
porque todo, absolutamente todo me molesta, con razón o no. Me encantaría
meterme en mi casa, mi burbuja, mi refugio, no salir ni a comprar… Es más, el
supermercado es otra selva. Estoy harta de que la gente ponga sus cosas encima
de las mías y luego la cajera tenga que perder tiempo en cancelarlas en mi
tique. Y mira, nunca te acostarás sin saber una cosa más. Acabo de descubrir
que la forma españolizada de ticket (y así es como lo escribo normalmente y lo
pronuncio siempre) es tique. Gracias a los acosadores del súper.
Ternary allies, de JD Hancock |
Al menos ayer tuve un momento catártico (acepción segunda del DRAE, quedémonos
con “otras emociones”) con uno de mis compañeros de clase. Un momento de esos
en los que coincides con alguien en algo que no es muy habitual y descubres en
el otro un alma gemela, aunque sea solo para ese pequeño aspecto de tu vida (en
este caso una comida fue nuestro punto de unión). Es un tío majo, peculiar pero
interesante, que me cae bien a pesar de que hay muchas (muchas) cosas en las
que no coincidimos. Quizás por eso fue tan alentador, después de muchísimo
tiempo sin sentir eso con nadie nuevo. Igual queda esperanza todavía. Siempre les
digo a mis amigos que no debemos perderla nunca pero hay que reconocer que, a
menudo, es fácil caer en la apatía, en la desidia y perder la fe en los demás. Es
en esos momentos cuando quisiera largarme a Júpiter o a Saturno o a cualquier
otro planeta gaseoso donde el peso y los triglicéridos no me hagan comerme el
coco. No creo en las señales, pero quiero ver esa comunión con Jota como un
síntoma de que merece la pena, sino seguir fuera, al menos salir de la burbuja
de vez en cuando.
Lo que me gusta de tu texto de hoy es, bueno, el texto al completo. Es que me identifico con esa sensación de que hay gente que cree que el mundo es suyo, de que todo es una selva, el deseo de querer vivir en una burbuja. De la burbuja saldremos nos guste o no. Yo me quedaría alejado de la humanidad pero no soy multimillonario ni tengo rentas. Estoy obligado a salir a buscar sustento en plena jungla. Y las bestias están ahí a jornada completa. A cualquier hora. Pero por supuesto que hay gente con la que te cruzas y hay comunión temporal. A veces incluso gente que no te gusta te descubre facetas que sí te gustan. Pues mucho mejor con los que ni habíamos apreciado. Si no fuera por esos ratos en los que descansamos un poco de tanta batallita estúpida no podríamos con el estrés(de hecho hay quién no puede y cae). Haces bien en acercarte a las otras burbujas que esconden sorpresa. Si no... para qué.
ResponderEliminarSiempre digo que acabaré como el personaje de Michael Caine en Hijos de los hombres, en mi propio refugio (el final final... espero que sea diferente). Pero últimamente, no sé si es que yo estoy más sensible o los demás más agresivos, pero esa sensación de jungla se ha agravado. Y lo peor en nuestro caso es ese, que tenemos que seguir saliendo, no nos libramos. Y mucha gente me dice Es que la gran ciudad esto, Madrid esto otro... ¡ja! que se vayan a mi "ciudad", que es en realidad un poblacho. No hay salida, solo alivios para el alma gracias a encuentros sorpresa. Pero hay que escarbar mucho, mucho.
EliminarUn abrazo.
me encanta leerte lo que decis en el otro blog es maravilloso diste en la tecla Los indeseables
ResponderEliminares gente a veces que parece buena pero las locuras que navegan los hace para mi imposible de relacionarme
.Mi vecina la de abajo es algo asi.
perfecta ante sus ojos con ella misma
y si bien la aprecio tiene giros de locura
que aun hoy despues de 10 año... no entiendo....
arrebatos de llamarme asu lado o de rechazarme sin haber yo hecho nada
Madre mía, qué alegría que hayas dado con él, no esperaba que nadie lo hiciera, al menos de momento :) Es increíble la gente que hay con problemas, no gente con la que no conectemos o nos llevemos mal, sino gente enferma que ni sabe que lo está porque como dices, muchos son perfectos para sí mismos.
EliminarUn abrazo.