Lunes 15 de junio de
2020
Ayer la comunidad donde viven mis padres terminó el estado
de alarma. Es un poco raro haber dejado atrás la normalidad para venir a la
fase dos, pero como llevo una vida parecida y las cosas que hago en mi día a
día están permitidas, tampoco hay mucha diferencia. Creo que en Madrid tengo
que estar un poco más atenta a lo que toco y a lavarme las manos con más
frecuencia, pero para eso da igual la fase.
Fui a comprar algunas cosas al supermercado porque no tenía
nada y definitivamente la primera hora de la mañana es mucho mejor para salir a
caminar que la última hora de la tarde.
En cuanto al trabajo, al conectarme me encontré con una
tarea que mi jefa me pedía porque yo soy la experta y bla bla bla, pero la dejé
de lado para terminar lo que me urgía. Y se lo hice saber, si no, ¿de qué
serviría? Por la tarde, diez minutos antes de empezar, pospuso una vez más la
reunión de equipo. Poco margen, pero al menos avisó.
Martes 16 de junio de
2020
Estaba cerrando a las seis y diez cuando vi que entraba un
email de mi jefa. Me llama ahora si no me importa. Y no, no me importaría si
realmente me llamara “ahora”. Ahora para mí es a las seis y doce, seis y
cuarto, quizás. Puedo entender que me envíe el email y tenga que preparar alguna
cosa. Pero la conozco y sé que ese ahora se puede alargar hasta el infinito.
Le di margen hasta las seis y veinte mientras terminaba de
cerrar el resto de archivos, después cerré hasta el día siguiente. Tengo taller
de escritura a las siete y media, la última sesión del curso, además, así que no quiero perder ni un minuto. Antes
quiero hacer ejercicio y cenar. Y si no tuviera nada, tendría que tirarme a la
bartola a ver la tele, o quizás ni siquiera eso porque es mi tiempo libre y no
tengo que hacer nada, mucho menos dar explicaciones o justificarme. Lo único
obligado en mi tiempo libre es que no me molesten del trabajo. Eso para mí y
para cualquiera.
Miércoles 17 de junio
de 2020
Dos llamadas perdidas de mi jefa cuando me conecté a Teams
esta mañana. Dos llamadas. Las dos rondando las siete menos diez, una a las
18:48 y la otra a las 18:51. Ese es su ahora. ¿De verdad creía que la iba a
esperar tanto tiempo? No sé si piensa que no tengo más que hacer porque me cree
sola y aburrida, porque no tengo hijos o porque como trabajamos en casa me cree
pegada a la maldita pantalla, sin salida.
La he fastidiado. Le envié una respuesta a su email de “si
no te importa te llamo ahora” y le dije que no había podido esperarla más allá
de las seis y veinte, que venían a recogerme. Sé que no tengo por qué darle
explicaciones, pero ha sido mi manera de volver a marcar, una vez más, los
límites. A ver cuánto tarda en olvidarlo de nuevo.
Después de eso vino la cancelación de la mundaza. La
historia es larga, pero el resumen es que Sandra, por su incapacidad
para hacer cosas sola, la lio parda. Un pequeño granito de arena convertido
en una montaña. Hoy las detesto mucho, como hacía tiempo que no pasaba, no
porque tenga que aplazar mi viaje, al fin y al cabo mi casa está aquí. Si no
puedo viajar mis padres se tendrán que organizar solos como lo han hecho muchas
otras veces. Me fastidia porque Sandra siempre tiene que joderlo todo y a todos
con su maldita dependencia enfermiza (que me deje en paz, por favor). Me
fastidia el escaqueo de Sara porque ya que se iba a pegar a mí, para qué lo iba
a gestionar ella, ya tenía criada que lo hiciera todo. Me fastidia porque la
previsión de temperaturas la semana que viene es de subida fuerte. Me fastidia
simplemente porque no las aguanto. Y también me fastidia tener este sentimiento
porque estaría mucho mejor sin él.
Tenemos que ir el lunes, cuando ya no habrá estado de alarma
pero sí limitaciones de tiempo en el edificio. Ha sido Mike quien lo ha
arreglado todo al final porque yo no daba más de mí, como para perseguir además
al jefe de mantenimiento. Las otras dos siguen echándole pestes a Mike, pero eso dice
más de ellas que de él.
Domingo 21 de junio de 2020
Domingo 21 de junio de 2020
Empieza el verano y empieza la nueva normalidad. Odio esa
expresión, prefiero decir que se ha terminado el estado de alarma.
Seguimos teniendo problemas con esta mierda de covid-19, hay
rebrotes por todas partes y, aunque ha habido noticias esperanzadoras sobre
vacunas y tratamientos en las últimas semanas, lo más importante sigue siendo
la precaución. Pase lo que pase ahora, seguirá apareciendo en mi blog siempre
que pueda relacionarlo con mi trabajo, como ha pasado con otros temas, pero mi Diario de un encierro llega hasta aquí…
a no ser que otro estado de alarma entre en escena.
Quince entradas.
Cien días teletrabajando, noventa y ocho de estado de alarma.
Calles vacías.
Un apoyo inesperado.
Una compra online con remordimientos.
Mis primeras vacaciones en Madrid.
Un viaje de extranjis.
Todo distinto, pero en realidad, todo igual.
Boa noite minha amiga. Precisamos que apareça uma vacina.
ResponderEliminarLa necesitamos como agua de mayo.
EliminarUn saludo.
mientras leía pensaba que hay nuevos brotes del virus en Madrid. Por la economía todo, por la gente nada.
ResponderEliminarQue pesada tu jefa ja... después de las 17 hs (horario laboral) acá no se atiende mas nada... saludos
En Madrid y en toda España, J,. :( Menos mal que de momento parece que tenemos capacidad para detectarlos y para contenerlos. Pero en este caso tengo que decir que no solo es que el gobierno piense más en la economía, es que la gente piensa más en el cachondeo que en otra cosa. Mucho aplaudir a los sanitarios, ¿y ahora qué? En fin.
EliminarYo intento no responder nada después de mi hora y mi jefa lo sabe. Pero creo que desde que trabajamos desde casa, está manteniendo un pulso de control conmigo. En fin también.
Un saludo.
Pues te he leído viviéndolo, y me ha gustado que a pesar de la jefa, mantengas cierta cordura :-), y bastante temple.
ResponderEliminarDefinitivamente hay ineptos que llegan donde no deberían. Cada día estoy más convencida. Un abrazo y sigue con la actitud de resistir.
Gracias por decirme lo de la cordura porque durante el encierro (y lo sigo manteniendo bastante) he creído que la perdía. Tú que me has leído durante estos últimos meses, desde que me "enfrenté" al chico del café, soy otra, un poco más valiente.
EliminarYo también estoy convencida de que hay ineptos e irresponsables en cualquier rincón y no parece que las leyes de la evolución jueguen en su contra.
Un saludo.
Te equivocaste de hora, chica, así no me extraña que te agobies, jajaja, has puesto las ocho menos diez.
ResponderEliminarEn fin, aquí las temperaturas sijen baixiñas y se está que te mueres, así que vuélvete.
Lo de la nueva normalidad, como escribí hace poco en mi blog, es una contradicción en sí misma; o es normalidad o es nueva situación. No es lo mismo la libertad que la libertad condicional, si tiene un adjetivo ya no es lo que es.
¡Un abrazo fuerte-fuerte!
Jajaja, madre mía, mira que lo reviso y no me di cuenta. Ya está corregido.
EliminarEn menos de nada, la nueva normalidad será normalidad a secas, me gusta nueva situación, lo de nueva normalidad me molesta.
Ay, estoy deseando volver, pero aún me quedan unos días aguantando calores. :(
Un abrazo.
Para mí que llegue el calor es el bajón absoluto. Por Barcelona solo estamos en los inicios pero la idea de que caiga una ola de viento africano ya me perturba el día. La mascarilla y el calor, nuevas maneras de pasarlo mal en verano cuando pensaba que me las conocía todas.
ResponderEliminarEntiendo lo de tu Sandra. Y lo peor es que puede cambiar. Pero a estas alturas solo para peor.
Me interesa tu curso de escritura. Hace años que pienso en ir a uno pero siempre me echo atrás. Sólo por la gente que podría conocer allí, ya lo amortizaría. Supongo.
Celebra el estado de alarma general pero mantén el tuyo particular. No hay nada nuevo ni normalidad alguna en el país. Un abrazo
Tienes razón, El calor con mascarilla es infierno. Lo he pasado fatal estos días precisamente por eso y he salido lo mínimo.
EliminarEl curso estuvo muy bien, aunque era más para tener una excusa para hablar en inglés, lo hice en la escuela donde estudio. Pero aun así me encontré con gente maja y sobre todo en cuarentena, fue el único momento que dediqué a escribir cosas diferentes a las del blog, me ayudó mucho al desbloqueo.
Estamos en una situación muy rara. Cuídate mucho.
Un abrazo.
A mí no me apetece nada que llegue el calor, la verdad.
ResponderEliminarMe cae mal tu jefa ¿lo sabías?
Besos.
Jajaja. Te cae mal porque solo cuento lo negativo de ella, pero también tiene cosas positivas. Aunque he de reconocer que teletrabajando ha sido bastante intensa, no me ha dejado respirar como antes, supongo que para controlarme.
EliminarUn abrazo y ánimo con el calor, ya lo tenemos encima. :(
Mi topico de hoy seria para vos interesante escritora
ResponderEliminarCuando el acoso y las palabras feas llegan a una mujer por no aceptar el sexo que le ofrecian Y como se maneja el acosador teniendo mas mujeres el que la que escribia. Mil besos un buen topico para vos muchachita
Pues sí, Recomenzar, un tema muy intenso además.
EliminarUn abrazo.
La compra online culposa me suena interesante jeje cuéntanos!!! queremos saber jeje
ResponderEliminarTodos lo hacemos yo creo :P
Y aquí en Chile la cosa anda similar, rebrotes, todo mal y el gob culpando a la gente mientras las grandes empresas logran hacer que los trabajadores tengan que ir igual a laburar.
En fin, a mantenerse y aguantar.
Un gran abrazo y perdona no haber pasado por aquí.
Hola, Nocturno.
EliminarSí, yo creo que todos caemos en compras culpables. La mía sucedió al principio del encierro, hablé sobre ella aquí: https://diablillodoroty.blogspot.com/2020/03/covid-19-diario-de-un-encierro-4.html
Lo único que podemos hacer es ser cautos y seguir tomando medidas personales. Entiendo por qué aquí se han abierto los bares y restaurantes, pero no lo comparto. Y no entiendo que la gente haga botellón, así que me encierro como cuando era obligatorio, pero me fastidia sacrificarme porque unos cuantos no entienden de responsabilidad.
No hay nada que perdonar, las visitas son voluntarias. ;)
Un abrazo.
Aquí en mi Estado tuvieron que poner de vuelta el confinamiento cuando apenas empezaba la reapertura. Nada se ve bien ya.
ResponderEliminarPues no sabes cómo lo siento. Cerrar de nuevo no solo significa que las cosas van mal otra vez, sino que pueden ir peor ecónomica y socialmente. Y todo está conectado. Desde luego cuesta mantener el optimismo o ver las cosas de manera algo positiva. :(
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