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viernes, 15 de enero de 2021

Las tartas de queso

Tarta de queso.
Tarta de queso (bueno, media), de Dorotea Hyde
¿Qué pasa si tenéis todo organizado para preparar la comida, que tiene que estar lista a una hora determinada para empezar a trabajar en punto, pero alguien lo boicotea todo? A mí me dio por gritar como una energúmena. Y es que la vida en la casa de los demás puede ser un poco más complicada, aunque esa casa sea la de tus padres y la sientas como propia. Cuando pasé unos meses aquí el año pasado, tuvimos un margen para organizarnos y adaptarnos, así que después de un par de semanas tanto mis padres como yo intercalábamos nuestras distintas rutinas como en una trenza perfectamente hecha.

Después de las vacaciones de Navidad, decidí quedarme un par de días más en casa de mis padres aprovechando que puedo teletrabajar. Solo eran un par de días, así que para qué íbamos a hacer la trenza, para qué íbamos siquiera a peinarnos. Pero claro, sin planificar nada era muy difícil comer a una hora decente para evitar sentarme frente al ordenador con el bocado atascado en la garganta. De llegar a tiempo a las clases de inglés ya ni hablo. Cuando estoy en casa cocino el día anterior para tener la hora del descanso lo más despejada posible. Sé que soy un poco como Phileas Fogg en ese sentido, pero mi costumbre de comer a las dos choca con las tres que ha establecido mi padre y ya no digamos con la falta de conciencia horaria de mi madre. Cada quien por su lado y todo un desastre. Así y todo, conseguí llegar a la mitad de la clase de inglés del trabajo, aunque engullendo más que comiendo y pasando un buen agobio. Y no fueron esos los peores días.

martes, 3 de diciembre de 2019

Resumen de noviembre


Letra ene mayúscula
Imagen de lumpi en Pixabay
En las últimas semanas, desde mi última entrada, me ha resultado imposible asomar la nariz por el blog. El ajetreo ha ido in crescendo hasta provocarme un estrés como hacía mucho, mucho tiempo que no pasaba y así es imposible pensar, dejar fluir las ideas y escribir.

Primero vino el evento anual que organiza el superjefe y en el que echamos una mano. Bueno, algunas echamos un par y otras no echaron ni una, solo lucieron palmito, se hicieron fotos y quedaron bien, aun cagándola en temas organizativos de su responsabilidad, mientras las demás corríamos desquiciadas de un lado para otro para solucionarlos. Fue bastante peor que el año pasado, aunque no creo que los asistentes lo percibieran, es algo que solo se nota behind the scenes. Por cierto, volví a decir que no a la cena y me quedé más ancha que larga. 

martes, 15 de enero de 2019

Estilos diferentes

Texto artístico en un cuaderno: Work hard in silence. Let your success be your noise. Frank Ocean
Work hard and let your success be our noise. - 
Frank Ocean, de Paul Muller
Desde hace una temporada Sara Pestes está más insoportable que nunca. Está hasta el moño, se siente infravalorada, tiene un nivel de estrés altísimo y, para rematar, va a impartir un curso, con lo cual, más estrés porque no tiene nada que ver con su trabajo, pero le chupa horas de su jornada laboral. No, espera. El remate de esto es que está y se siente sola, aunque presuma de lo contrario, y no echa un polvo que la destense desde… uf. Así que hace terapia en la mini ofi.

Sandra la lleva mejor que yo, la escucha siempre que se queja porque así recibe una avalancha de noticias, que en realidad son cotilleos y, aunque no la deja trabajar, es la excusa ideal para quedarse más tiempo después de su hora y no aguantar a su familia.  Otra que está sola y presume de lo contrario, así que en cuanto puede también hace terapia aquí.