Leave it open, de Tim |
Nino y yo hemos tenido una relación de tira y afloja desde
el día que nos conocimos. Le he dado muchas vueltas a nuestro primer encuentro porque
creía que tenía la clave de su comportamiento conmigo. A veces gestos normales
para una persona pueden ser ofensivos para otra de una cultura diferente. Nunca
saqué nada en claro y de ahí salió mi primera
entrada sobre él con mis impresiones sobre el asunto.
Cuando empezamos a colaborar, se soltó un poco al comunicarnos por email, era hasta majo, como decía todo el mundo, aunque evitó contactar conmigo para entregarme unos documentos y usó una intermediaria. Estuve a punto de hacer la misma jugada para devolvérselos, pero decidí no escurrir el bulto. Hace unas semanas acudí a un evento en el edificio donde trabaja y pensé que era la ocasión perfecta. Le escribí y le pregunté si le venía bien que nos viéramos antes del sarao. Él también iba a ir, pero no quería que tuviera que cargar con los papeles entre copa de vino y canapés. Y debo confesar que quería verlo sin toda esa gente a nuestro alrededor, solo por si acaso me atrevía a cantarle las cuarenta. Spoiler: no me atreví. ¿Alguien dudaba?