The Office, de John |
Hace unos meses escribí sobre la
mudanza del curso que viene, el tema estrella que tiene a todo el mundo
loco y a mí harta. No pensaba escribir de nuevo hasta que el cambio fuera
efectivo, pero ha habido tantas novedades que se han quedado viejas.
Primero nos dijeron que no íbamos al edificio nuevo, que el
edificio donde trabajamos ahora se cerraría y que al personal de mi
departamento le habían asignado puestos en un piso de oficinas muy cool en una avenida con solera. Pasaron
dos meses hasta que llegaron nuevas noticias completamente diferentes. Y en
esos dos meses Sandra me calentó la cabeza hasta casi hacerla estallar.
No me gusta ese sitio, es abierto y no hay privacidad. No me gusta ese sitio, es abierto y no hay privacidad. No me gusta ese sitio, es abierto y no hay privacidad. No me gusta ese sitio...
Después de esos dos meses los rumores que llegaron eran
completamente distintos. Ni íbamos a ir al piso pijo, ni el edificio donde
estamos se iba a cerrar y, por supuesto, no se descartaba que fuéramos a la
torre aunque mi jefa ha pedido no ir allí. Estos cambios de opinión repentinos
no me extrañaron nada. No sé cómo de organizadas son otras empresas. En esta,
hasta que no tienes tus cajas
de mudanza frente a ti, no tienes la certeza de que te vas. Y aun teniendo
tus cosas embaladas, puedes no saber a dónde te vas.
Intuyo que a estas alturas ya han asignado la gran mayoría
de puestos porque algo tan grande no se decora ni se amuebla así como así. Otra
cosa es que no digan nada para que los trabajadores no podamos organizarnos,
para que no podamos comprar o alquilar una plaza de garaje o una vivienda a
precio asequible cerca de nuestro puesto de trabajo, quizás porque ellos, los
de arriba, podrían sacar tajada de un precio más alto. Sabiendo cómo funciona
el país, nada me extrañaría. Así que cuando llegó el tercer rumor en los
primeros días del año tampoco me extrañó, solo me cabreó.
Parece ser que la empresa va a crear un nuevo departamento dedicado a una línea de negocio diferente. ¿Y dónde lo van a ubicar? Exacto, en el edificio donde
estamos ahora. El quid de la cuestión es que quieren empezar a funcionar en
septiembre, así que nos echarán de aquí en cuanto terminen las conferencias de
este semestre, más o menos entre finales de mayo y principios de junio.
Movernos en esa fecha implica unos cuantos problemas. El primero, el lugar al
que iremos. Somos unas cincuenta personas a las que reubicar. El segundo, el
nuevo sitio será claramente provisional. Tercero, seguimos sin saber si iremos
al nuevo edificio el curso que viene. Cuarto, quizás sean solo rumores que alimentan
el monstruo calientacabezas de Sandra. Así que mientras llega el momento de la
verdad (o no) intento no darle mucho palique, procuro evitar a las chicas de la
limpieza que últimamente parecen aves de rapiña al acecho de nueva información
(aunque ellas saben más que nadie) y hago terapia escribiendo cuando no consigo
ni lo uno ni lo otro.
Mi centro de salud se mudaba. Estuvimos un año entero con el rumor. Un día fue verdad, pero llevábamos meses cansados de la mudanza.
ResponderEliminarPorque sea leve :-). Un abrazo
Ups! Justo eso es lo que me está pasando, que con tantos rumores ya estoy cansada antes de que me toque cambiarme, :D Y hoy hemos amanecido con otro rumor diferente, así que la entrada se ha quedado ya vieja. :D
EliminarUn abrazo.
sucede seguido. La cuestión es ese tiempo de rumores y la incertidumbre de is vas a estar peor, nunca mejor ja. Pero la vida te puede dar una sorpresa eh! Ojo, vas a ver...
ResponderEliminarYo también creo que el cambio puede traer sorpresas y que voy a estar mejor en algunos aspectos, aunque a cambio pierda algo de "intimidad". Pero esta rumorología agota. Sobre todo porque yo no soy muy de cotilleos y me bombardean por todas partes. Pero vamos, nada que no sea común a todos los grupos grandes.
EliminarUn abrazo.
Qué difícil Dorotea trabajar en este lugar...cada vez que te leo me da un no sé qué...Yo que no creo en amuletos ni cosas así, creo que si trabajara ahí tendría una lámpara de sal, cristales y piedrecitas contra la mala energía, llevaría la ostia de pulseras contra la envidia, los malos rollos, etc...en el bolso y en la mesa de trabajo un flis flis contra todo...jejeje! la verdad que iría envuelta en todo lo que me dijeran que es contra el mal ambiente...porque eso es mal ambiente de trabajo.
ResponderEliminarPor favor...después tenemos que ser eficientes. La verdad, no sé cómo.
Te deseo lo mejor.
Si al final se hace la mudanza, que sea ya. Sin rumores. Y sin tantas historias.
Te mando muchos besos
Voy a dar una vuelta por el blog.
Ay, sí, este sitio tiene una energía súper negativa, por algunas personas, claro. Tampoco soy supersticiosa y me compré un amuleto por aquello de que "as meigas habelas hainas", jajaja. ¡pero no lo he puesto ni una vez!
EliminarMuchas gracias por pasarte. Esta es tu casa y puedes cotillear siempre que quieras pero sin obligacion. ;) Aunque disfruto mucho tus comentarios.
Un abrazo enorme.
Las chicas de limpieza a veces saben más y mejor que todos los profesionales que trabajan en cierta planta, sin desmerecer; es algo que aplica también a la escuela donde trabajo jajaja
ResponderEliminarQué paradoja. Mi consejo: donde alguien de confianza que lea el Tarot y zanje la cuestión de una vez por todas jeje. Mientras tanto, buena suerte!!
Es ley universal que el personal de la limpieza sepan más que nadie sobre ciertos asuntos. Lo que no entiendo es por qué vienen a mí! :D
EliminarAy, sí, lo del tarot sería ideal. No es que crea yo mucho en eso, pero el buen rato estaría asegurado.
¿No puedes trabajar con tapones en los oídos para no tener que escuchar a los demás?
ResponderEliminarBesos.
Tengo casi siempre auriculares puestos, con o sin música, pero al final es un tema que está en todas partes: en las reuniones, en las clases de inglés del trabajo, viene de alguien que hace mucho que no encuentras... Es imposible huir.
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