viernes, 7 de octubre de 2016

¿Pasos para calentar una pizza?

Tengo que reconocer que me he equivocado. Mi radar ha fallado. No voy a decir estrepitosamente. No de momento. Acabo de saber que el nuevo tiene un hijo con una mujer, aunque eso no quiera decir mucho. Lo triste del caso es que no parece muy afectado (siendo generosa al describirlo) por no vivir en la misma ciudad que él y apenas verlo. Eso me dice mucho de él como persona. No sé por qué me siento tan triste por ese niño que no conozco, no entiendo por qué al oírselo decir se me puso una cosa en el estómago.

Hombre joven en monopatín. Niño en patinete.
Father and son, de Guilherme Nicholas
Por otro lado, empezó a contarle a Sandra (yo escuchando por el rabillo de la oreja, justo por esa pequeña rendija que queda entre el auricular y el pabellón auditivo) que el sábado fue a verlo y que como no tenían juguetes en el hotel construyeron un paracaidista con un muñeco de McDonalds y una bolsa de basura. El tipo se dedica al diseño, es creativo, al menos sabe solucionar ese problema infantil de la falta de juguetes. Estaba casi a punto de olvidar su desinterés cuando su historia dejó a su hijo de lado y se centró en él y en el muñequito molón, en lo guay que había quedado, en el éxito que había tenido entre los niños del parque. Su monólogo se centraba en él. En mi texto falta su tono, que lo es todo. Puedo decir “qué guapa” y el que me escucha sabe por el tono si lo digo con sinceridad, ironía, envidia, tristeza o varias de ellas mezcladas en un acorde. Eso falta y es vital.

Casi media página y media hora después sigo sin entender por qué me siento decepcionada por un desconocido. Sandra, en cambio, está como loca. Ya le roza el hombro cuando se va y se recrea en la caricia, como hacía con Mr. Lolas. Se interesa por técnicas culinarias para parecer guay, porque ella no se acerca a la cocina ni para comer.

sombra de dos personas de la mano
Freedom to love the person we choose to love,
scott richard, de torbakhopper
En fin, que sí, que parece que al final era mi radar el que estaba estropeado y no el suyo. Aunque ese lado gay de él… Circe me dice que no ponga etiquetas y yo tiendo a pensar que esas etiquetas las llevamos pegadas en la frente. Nuestras hormonas, nuestro olor (ese que en realidad no olemos pero que puede apestarnos), nuestro lenguaje no verbal son los que nos clasifican. Esta vez le haré caso a ella, aunque me gustaría ponerlo en las dos casillas. Quizás sea eso, que le gusta jugar en ambos bandos, que eso no lo tengo muy controlado. Si a un tío le gusto me da igual que sea hetero que bi. Desde hace un tiempo pienso que ojalá pudiera estar en los dos equipos. Se abre un abanico de posibilidades amplísimo. Un amigo gay me dijo en una ocasión que tenía que abrir mi mente y yo abrir la abro, pero qué le voy a hacer si una teta me dice menos que un mudo, como mucho, si es bonita, pienso que querría que fuera mía, que a mi compañero de turno le volvería loco, me lo imagino desnudo, luego excitado por tocármela... y ya he llegado al terreno que yo quiero.

Estoy más intrigada que nunca. No sé si Sandra le ha recomendado un sitio o si han quedado para comer. Quiero saber. De vez en cuando sale mi vena cotilla, sobre todo con la gente hipócrita. Sandra critica a las demás casadas por coquetear con otros hombres, pero ella no para de hacerlo. Por eso quiero saberlo. No tiene sentido, en realidad qué coño me importa a mí lo que haga con su vida.  Si soy sincera, es más interesante lo que mi imaginación inventa que la realidad. Con la imaginación puedo hacer lo que quiera, poner en el blog mis fantasías, exagerarlas, encajarlas como me apetezca porque son piezas de puzzle personalizables. Me encanta que haga todo eso, sus meteduras de pata, sus neuras, sus tormentas y sus dramas. Aquí en el neozulo me desesperan, pero fuera de mi horario laboral sus historias me estimulan y me vuelven creativa. La prueba está en estas líneas. Un par de indicaciones sobre cómo calentar una pizza, y ya tengo una entrada para el blog. Lo único que me preocupa de todo esto es si Google me clasificará para mayores de dieciocho por haber dicho teta y coño… no, eso tampoco.

4 comentarios:

  1. No te preocupes por la teta y el coño. Yo he llegado a decir cosas muchos peores y ahí sigo.
    En cuanto a darte igual los heteros que los bi yo también pienso lo mismo en mi terreno(las mujeres hetero o bi, se entiende). Aunque luego me queda la duda de si el bisexual o la bisexual siempre estará insatisfecho-a en la monogamia porque esta le limita uno de sus lados. I don't know.
    Te agradezco el seguimiento cotilla de lo de Sandra. Es una fiesta asistir a las últimas informaciones sin tener que exponerme como espía y dejándote el trabajo sucio(intuyo que serás muy discreta escuchando). Porque a esta, bueno, parece que le estimula mucho que la vida sentimental de este hombre se haya quedado tan lejos geográficamente. Se esta ilusionando y se ve muy bien desde tus líneas. Ahora te toca desplegar el radar. ¿Se muestra él así de entusiasmado? No importa mucho. Los hombres somos más débiles en los acosos, caemos fácilmente. Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Con lo que me comentas, podría hacerse otro post. Cómo no iba a cumplirte el deseo si eres mi lector más fiel :) Y reconozco que ha sido muy divertido hacer el espionaje. Ni siquiera lo es, porque no se cortan nada. Todo lo hablan aquí. Ella es puro exhibicionismo. Necesita que todos los hombres la miren, sólo a ella. Hace un par de días, por ejemplo, él y Celia estaban hablando de trabajo y Sandra se quedó mirando para él, sonriendo, para llamar su atención. Sin embargo estoy casi segura de que si él le propusiera irse al hotel de aquí al lado a echar un polvo en la hora de la comida, se acojonaría y diría que cómo ha podido hacerle esa proposición. Es una calientapollas de libro. Yo no veo que él le siga el juego del flirteo, pero igual es más discreto y sólo lo hace cuando están solos. De momento no hay movimiento para que él se traslade a su nuevo despacho así que probablemente siga informando :D
      Besos

      Eliminar
  2. Te leo y me gustaria estar en lo que andas Alegras la vida de los que te leemos con las aventuras que nos cuentas y que me hacen sonreir de emoción Gracias por dejar tu huella muchacha
    brindo por vos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tus palabras, Recomenzar. Empecé escribiendo para mí, es mi terapia, pero escuchar palabras como las tuyas, me emociona. Un beso enorme... y brindemos por las dos!

      Eliminar